Los diplomáticos denuncian en las Cortes su «miedo» e «indefensión»
Albares responde con vehemencia a las críticas y culpa al PP del problema en Exteriores
Cónyuges de diplomáticos denuncian el «limbo legal» en el que les mantiene Albares

Los diplomáticos han dicho basta. Después de sentirse ignorados durante meses por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, quien no les ha contestado a las cartas en las que le pedían una serie de mejoras en las condiciones de trabajo en las ... embajadas y consulados de España en el exterior, la junta directiva de la Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE) se reunió este martes con los miembros que componen la Comisión de Exteriores del Senado.
En una reunión sin cobertura pública, a la que solamente asistieron los representantes del Grupo Popular, el presidente de la ADE, Alberto Virella, volvió a denunciar en la Cámara Alta que en el ministerio «hay miedo, indefensión, arbitrariedad y temor» por parte de los diplomáticos «a que se tomen represalias» contra alguno de ellos cuando visibilizan «algún tipo de comentario o actitud crítica» contra Albares. «Temen que pueda haber medidas de castigo contra ellos», apuntó Virella, quien subrayó que les habría gustado que estuvieran presentes miembros de otros grupos parlamentarios «como muestra de interés por esta situación que afecta al Servicio Exterior español y al fin y al cabo a la defensa de los intereses de España y del servicio a los españoles en el exterior».
La ADE -que agrupa a unos 700 miembros, 100 de ellos jubilados, por lo que representa al 60 por ciento de los diplomáticos en activo- se ha convertido en las últimas semanas en la asociación que representa a los diplomáticos, quienes desde la llegada de Albares asisten en el ministerio a una «época oscura», como muchos de ellos han ido denunciando en ABC desde hace tres años, a causa del «mando de terror» que ejerce el jefe de la diplomacia española en Exteriores.
Esta gestión del ministro, que como han afirmado varios de sus compañeros es controladora porque «todo tiene que pasar por él», ha llegado incluso a la prensa internacional por su famoso 'cuaderno de Montecristo'. Tal y como contó ABC, los diplomáticos que se encuentran en la sede del ministerio, en la madrileña plaza del Marqués de Salamanca, han denominado así a una libreta que Albares siempre lleva encima, donde tiene apuntados nombres y apellidos de algunos de sus compañeros con quienes tuvo encontronazos en el pasado y que ahora sufren la purga del jefe de la diplomacia española. De ahí que la ADE hace unas semanas le enviase una nueva carta, de la que tampoco recibieron ni acuse de recibo, alzando la voz contra la política de nombramientos de Albares. Le reclamaron «criterios objetivos y no arbitrarios» a la hora de designar y cesar a embajadores. Denunciaron, además, el «clima de terror» que existe en la carrera diplomática por esta circunstancia.
Al contexto de crispación y frustración que existe en el ministerio por la gestión de Albares se suman, además, las denuncias de los diplomáticos por el deterioro del Servicio Exterior. Tras la reunión mantenida este martes, Virella apuntó que la junta de la ADE volvió a denunciar delante de los senadores la «lamentable situación» de la red consular y pidió su apoyo para «revertir el proceso de paulatino deterioro del Servicio Exterior que se viene produciendo en las últimas dos décadas». Al mal estado de las representaciones de España, se suman una serie de medidas en materia de conciliación que resultan vitales para los diplomáticos a la hora de elegir sus destinos en el extranjero.
«Desde que han empezado a visibilizarse estas denuncias, lo primero que hemos notado es un incremento de los asociados y del apoyo de la gran mayoría de los diplomáticos españoles», dijo Virella, quien apreció el respaldo del CSIF. Por parte del ministerio, «aunque ha habido respuestas positivas» de la subsecretaría, lamentó que no han sabido nada de Albares tras las quejas de los miembros de la ADE. «Cualquier movimiento que sea una recuperación de la institucionalidad, del rigor, de la profesionalidad como una pauta importante en una administración pública, será bienvenido», concluyó.
El ministro Albares no ha respondido a la ADE, pero a primera hora de la tarde de este martes, sí contestó con tono chulesco al senador popular Íñigo Fernández García cuando le preguntó por las razones para los tres ceses de embajadores que ha ejecutado en el último mes: los de Croacia (Juan González Barba), Bruselas (Alberto Antón) y Corea del Sur (Guillermo Kirkpatrick). Como esos ceses no han salido publicados en el BOE -ni saldrán hasta que no sean oficiales los nombramientos de los nuevos embajadores para esos destinos- Albares redujo su respuesta para ridiculizar al senador.
No se molestó en dar explicaciones ni defenderse porque entiende que hasta el momento nadie puede reprocharle que haya hecho algo malo ni haya abusado de la condición que le da su cargo para nombrar a diplomáticos de su confianza. Por eso considera que nadie debe pedirle explicaciones, por mucho que los diplomáticos hayan roto su silencio el último mes y la ADE haya dado un golpe sobre la mesa denunciando su gestión.
La otra cara del ministro
Así, de muy malas formas, Albares contestó en tono vehemente: «Señoría, su pregunta me deja perplejo. Me pregunta por el cese de tres embajadores que en el momento en el que le estoy respondiendo están en su puesto. ¿Está usted de broma o habla en serio?». La respuesta en el Senado retrató al ministro. Mostró una cara muy similar, aunque más suave, de la que enseña en la sede del edificio de la plaza del Marqués de Salamanca, a sus compañeros de la carrera diplomática cuando hacen una pregunta que no agrada al ministro.
Esta respuesta de Albares solo fue el inicio de una discusión en la Cámara Alta que se alargó durante unos minutos y que fue uno de los momentos estelares de la tarde. Tras la primera interpelación de Fernández, el ministro acusó al PP de «politizar la carrera diplomática» y le instó a dejar «a los funcionarios en activo tranquilos». En este sentido, el senador lamentó que en Exteriores «lo prioritario no es el interés de España, sino cualquier otra consideración, como pueden ser las campañas de promoción personal del presidente del Gobierno o los intereses personales del señor Rodríguez Zapatero o la vanidad del propio ministro».
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