Desde mi rincón
Ni tolerarlas ni olvidarlas
Cuando han pasado nueve meses, no hay proyecto conocido para los bancos de los Jardines de la Agricultura
No merecemos esto (7/11/2024)
Los responsables municipales de Córdoba invierten nuestro dinero en cosas que seguro son buenas y plausibles. Pero si al mismo tiempo son incapaces de mantener en perfectas condiciones de uso y disfrute los bienes ya existentes, los ciudadanos no podremos disfrutar de cuantas ... cosas nos ha regalado la naturaleza, la historia o el esfuerzo de nuestros antepasados.
Esto sucede cuando el político busca notoriedad despreciando las cosas que hicieron sus predecesores. Es decir, mira más su ego que el interés de la ciudad y los ciudadanos. Dicho lo anterior y rehuyendo hablar de tanto político cobarde, inútil, irresponsable, sectario, avaro, mentiroso o corrupto que manejan las instituciones de España amargándonos la vida, comentaré algo más placentero para quienes vivimos aquí.
Basta con buscar en internet la noticia de ABC 'Canadá se rinde ante los bancos de azulejos que Córdoba abandona', para saber que hablamos de la que fue una maravillosa glorieta de un parque situado en el centro de Córdoba, actualmente abandonada. Sobre este tema escribí una columna, 'El valor de lo pequeño', el pasado 22 de febrero.
En la web de ABC Córdoba, y fechada dos días después, leemos que el Ayuntamiento se comprometía a recuperar la glorieta y sus bancos. Si de algo sirvió la columna me doy por satisfecho. Pero cuando han pasado nueve meses, no hay proyecto conocido para esa glorieta y tras un 'lavado de gato', todo sigue igual.
Pedía en la anterior columna a nuestros responsables municipales que empatizaran con los ciudadanos olvidando intereses personales o partidistas para evitar que el Pueblo, desesperado, termine estallando. Hoy les ruego que cuando se comprometan a algo nos digan claramente, cuando empezarán a cumplir lo prometido, cuando lo acabarán, como quedará y cuanto nos va a costar. En Córdoba sobran palabras y faltan hechos. Espero coincidir con los lectores que las promesas incumplidas son también mentiras. Y de mentiras en política estamos hartos. Como pueblo soberano que somos, no debemos ni tolerarlas ni olvidarlas.
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