DESDE SIMBLIA
Una enorme deuda
El rearme, sin eufemismos sanchistas, es una necesidad por mucho que griten quienes callan ominosamente ante las agresiones de Putin a un país soberano
José Calvo Poyato: 'Patas cortas'
'Daza Valdés'
EL nuevo presidente de Estados Unidos anda actuando y tomando decisiones que a decir de los expertos son algo más que descabelladas. Desde unos aranceles que harán mucho daño a todos, incluidos los Estados Unidos, hasta intentar blanquear a un criminal de guerra ... como es Putin. Anda también recriminando a Europa el haberse acomodado a que fueran los Estados Unidos quienes hayan cargado con la defensa del mundo occidental. No le falta un punto de razón en esa crítica y, a nuestro parecer, ha tenido la virtud de que Europa se desperece —esperemos que despierte— del letargo en que ha estado sumida demasiado tiempo. El rearme, sin eufemismos sanchistas, es una necesidad por mucho que griten quienes callan ominosamente ante las agresiones de Putin a un país soberano ni se refieren el armamento que posee el sátrapa de Moscú.
La deuda de Europa con Estados Unidos es importante en el terreno militar y en otros más a los que acudió, en buena medida porque también ellos salían beneficiados, cuando Europa occidental se encontraba devastada tras la Segunda Guerra Mundial. Pero, tal vez, sea bueno conocer algo de lo ocurrido en un pasado anterior y eso parece no estar al alcance ni de Trump ni de Vance. Ambos deberían saber que la ayuda que países de Europa prestaron a las colonias de América del Norte que se convirtieron en Estados Unidos fue decisiva para su victoria frente a Gran Bretaña. Esos países fueron España y Francia. Los franceses han sacado mucho partido a aquella ayuda y, como ha ocurrido en tantas ocasiones, lo que hicieron nuestros antepasados careció de importancia y se ha olvidado. Holywood ha hecho películas sobre ese acontecer —un ejemplo es El Patriota— donde resulta sumamente importante la ayuda francesa a la lucha por la independencia. Por lo que se refiere a la ayuda prestada por la España de Carlos III ni mentarla.
Pero la realidad es que fue fundamental, incluso en algún aspecto más importante que la prestada por Francia. En un primer momento, la ayuda española se hizo discretamente. Fusiles, bayonetas pólvora, tiendas de campaña, uniformes y dinero. Se ha ajustado lo que hoy podría suponer el montante de aquella ayuda. En torno a la friolera de trescientos mil millones de dólares. Después entró en la guerra abiertamente y, entre otras cosas, el almirante Luis de Córdova apresó una escuadra británica que condujo al puerto de Cádiz —otro episodio poco conocido de nuestra historia— se apoderó de dos millones de libras esterlina que hizo tambalearse a la bolsa de Londres y de miles de mosquetes y otro material de guerra con destino a aquella lucha.
Si Trump quiere hablar de deuda de Europa con Estados Unidos él y su vicepresidente Vance deberían saber hasta dónde llega la deuda de Estados Unidos con Europa. Pero eso es pedirle peras al olmo.
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