España rechaza en pleno vuelo un avión de Argelia sin autorización
El Gobierno espera que el líder del Frente Polisario se vaya «en cuanto se recupere»
De qué se acusa a Brahim Gali, líder del Frente Polisario
La presencia en España del líder del Frente Polisario, Brahim Gali , sigue estando rodeada de misterio. El último capítulo tiene que ver con su posible salida del territorio nacional después de que ayer el juez de la Audiencia Nacional le dejara en libertad sin medidas ... cautelares tras tomarle declaración.
En paralelo al trámite judicial, un avión de Estado argelino –modelo Gulfstream– echó a volar ayer desde Argel dirección a Logroño y tuvo que regresar a la altura de Ibiza porque no reunía las condiciones necesarias para un aterrizaje en el aeropuerto riojano de Agoncillo, según informaron desde el Ministerio de Transportes. Esta pista riojana está junto a una base militar de helicópteros del Ejército de Tierra y deben darse una serie de circunstancias, «que no se cumplían», para que un avión de las citadas características pueda aterrizar.
Hay que recordar que Gali entró en España, en secreto y con identidad falsa, a través de Zaragoza. Y fue trasladado al hospital de Logroño en una ambulancia de la sanidad aragonesa. Además, según fuentes consultadas conocedoras del plan de vuelo del avión oficial argelino, éste «no tenía la autorización de sobrevuelo» dentro del espacio aéreo español. Por tanto, recibió una advertencia desde la Escuadrilla de Circulación Aérea Operativa (ECAO) de Barcelona, unidad del Ejército del Aire.
Autorización de Exteriores
Según los acuerdos bilaterales entre países, esa autorización de sobrevuelo de aeronaves de Estado puede ser automática –tal es el caso entre España y Francia, por ejemplo– o requiere de unos permisos a cumplimentar a través de la Agregaduría Militar o canales diplomáticos que en el caso argelino requerían cierto tiempo. Por ello, el avión tuvo que volver a Argel. «Las autorizaciones para entrar en España sólo las puede dar Exteriores» , se insiste.
Fuentes del Frente Polisario subrayaron ayer a ABC que no «les consta notificación de Argelia sobre la evacuación de su presidente y niegan cualquier plan de fuga». El responsable de la legación saharaui española, Abdulah Arabi, subrayó que la salida de Brahim Gali queda a expensas del criterio médico.
Gali, que también es presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) salió airoso de su comparecencia ante el juez Santiago Pedraz. Durante cerca de hora y media, respondió a las preguntas de la Fiscalía y su propio letrado, el penalista Manuel Ollé, sobre las dos querellas admitidas a trámite que le sitúan como autor de delitos de lesa humanidad, asegurando que en la época de los hechos, él era ministro de Defensa y después, presidente de la RASD y estaba «a las contingencias de la guerra» y a nada más.
Según argumentó, ni su competencia ni su ámbito de influencia correspondían al contexto en el que se produjeron los abusos denunciados, que sitúan a militares al frente de desapariciones forzosas, asesinatos y torturas.
En declaraciones a los medios, su abogado, Manuel Ollé, incidió en que las dos querellas son «políticas» y buscan utilizar a Gali como un «trofeo» de caza. El juez coincide con él en que del relato de los querellantes no se desprenden indicios suficientes como para proceder contra el líder del Polisario, como tampoco concurren riesgo de fuga, de destrucción de pruebas o de obstrucción a la Justicia que justifiquen una medida lesiva de sus derechos fundamentales como lo sería la prisión provisional o prohibirle salir de España.
La Fiscalía estuvo de acuerdo con el juez, que a lo largo del último mes ha venido denegando con informe en línea del Ministerio Público todas las medidas cautelares que las acusaciones –una asociación saharaui y un activista disidente– habían pedido para mantenerle en territorio nacional.
Y en su salida, es en lo que está ahora mismo pensando el líder del Polisario, ingresado en un hospital de Logroño desde el pasado 18 de abril, cuando fue evacuado por Argelia, y cuyo estado define su abogado como «muy débil».
Según informan fuentes de su entorno, ahora que «se ha esclarecido que no tuvo nada que ver» con los hechos objeto de las querellas, «tiene que volver» a los campamentos saharauis de Tinduf (suroeste de Argelia) pero eso dependerá de su estado de salud. «En cuanto el médico diga que se encuentra en condiciones de viajar, lo hará», señalan las mismas fuentes, para recordar que Gali es libre de hacerlo una vez ha comparecido en la Audiencia Nacional.
El Gobierno y Marruecos
Por su parte, desde el Gobierno español se espera que el líder del Frente Polisario abandone nuestro país de forma rápida, pese a que las informaciones que tiene respecto a su estado de salud es que no está completamente recuperado. «Cuando se recupere entendemos que se marchará a su país de origen o de donde llegó. A no mucho tardar», aseguran.
Fuentes marroquíes reiteraron ayer a ABC que la salida de Gali de España no acabaría con la crisis diplomática abierta. En el fondo Rabat ve una oportunidad histórica para presionar a España y que el Gobierno de Pedro Sánchez reconozca la soberanía marroquí del Sahara Occidental.
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