El INE entra en las guerras de cifras y dará datos oficiales sobre debates de actualidad
Planea lanzar informes «sobre temas concretos de interés» para reforzar su imagen como fuente confiable de datos sobre la realidad española
Asume como objetivo coordinar toda la producción estadística pública nacional, de la que actualmente solo gestiona una cuarta parte

El Instituto Nacional de Estadística (INE) está decidido a asumir un papel mucho más proactivo en la difusión de datos que contribuyan a perfilar la realidad de la sociedad y la economía española y planea generalizar la producción de lo que denomina «informes de ... divulgación sobre temas concretos de especial interés y actualidad», que vienen a ser una aproximación en profundidad desde los datos de las fuentes estadísticas públicas a cuestiones de especial actualidad en un momento concreto.
Fuentes del INE ponen como ejemplo de lo que se pretende hacer un informe publicado recientemente sobre las vacantes laborales en España y la Unión Europea. En los últimos meses se ha desencadenado un animado debate al respecto tanto académico como laboral por la discrepancia sideral entre la contabilidad de puestos de trabajo sin cubrir que arrojan las cifras oficiales, unos 150.000 aproximadamente, y las estimaciones realizadas desde diferentes sectores empresariales de las que se desprende que el número de puestos sin cubrir multiplica por varias veces esa cifra. Solo el sector de la construcción asegura que necesitaría cubrir 700.000 puestos de trabajo para los que no encuentra trabajadores, según estimaciones de la patronal, cuando la foto del INE rebaja ese número a poco más de 6.000.
La brecha condiciona el debate e incluso sus potenciales consecuencias regulatorias. Los que se creen las cifras de las organizaciones empresariales señalan un grave problema de desconexión entre lo que el mercado laboral ofrece y lo que las empresas necesitan que estarían lastrando el crecimiento en España; en tanto que los que se creen las cifras oficiales restan relevancia al problema y explican esas vacantes como una ineficiencia asumible en el funcionamiento normal de un mercado de trabajo. En este caso concreto, el INE ha asumido una cuota de responsabilidad y ya ha avanzado que en el futuro enriquecerá sus fuentes de información a la hora de contabilizar las vacantes del mercado de trabajo con datos de los portales de empleo para mejorar su precisión.
Pero el episodio también alienta las dudas sobre las consecuencias negativas que un mal diagnóstico de la estadística pública puede tener sobre el adecuado funcionamiento de la economía y por extensión sobre los riesgos del plan del INE de irrumpir con sus propios datos en los debates de actualidad.
Tradicionalmente, el INE se ha limitado a publicar las estadísticas previstas en el plan estadístico nacional según el calendario que se define anualmente: el IPC, la Contabilidad Nacional, la Estadística de Presupuestos Familiares, la Encuesta de Población Activa... Esos datos se han asumido como la referencia oficial para medir el pulso económico del país, pero la pandemia supuso un punto de quiebra en este sentido. De repente tanto los analistas como principalmente el Gobierno dejaron de creer en la fiabilidad de los datos que publicaba el INE y la crisis abierta acabó con el cese del presidente de la institución tras varias críticas públicas por parte de la vicepresidenta económica de entonces, Nadia Calviño, y su relevo por la actual presidenta Elena Manzanera. Bajo su mandato las aguas parecen haber vuelto a su cauce al calor, bien es cierto, de una secuencia de revisiones al alza del PIB -al igual que en el resto de los principales países europeos- que han adecentado la deteriorada foto de la situación económica de España que dejó la pandemia.
El INE admite en su plan estratégico que se han generado dudas «sobre la relevancia, credibilidad y calidad de las estadísticas oficiales», pero su diagnóstico no las atribuye al fuego amigo del área económica del Gobierno o del Banco de España sino a la «competencia de actores privados».
Para combatir esta situación el instituto estadístico entiende que es preciso «fortalecer su papel ante la sociedad» y ahí encaja este plan para proporcionar datos estadísticos oficiales sobre asuntos de actualidad con la ambición de ofrecer «información pertinente y útil para la toma de decisiones». El objetivo, asegura el plan estratégico, es apuntalar la imagen del INE como fuente de rigor, utilidad, neutralidad, calidad y experiencia técnica en la estadística pública.
Fuentes confiable de información
Para combatir esta situación el instituto estadístico entiende que es preciso «fortalecer su papel ante la sociedad» y ahí encaja este plan para proporcionar datos estadísticos oficiales sobre asuntos de actualidad con la ambición de ofrecer «información pertinente y útil para la toma de decisiones». El objetivo, asegura el plan estratégico, es apuntalar la imagen del INE como fuente de rigor, utilidad, neutralidad, calidad y experiencia técnica en la estadística pública.
Hay otra dimensión en el replanteamiento estratégico que plantea el INE y es una mayor cercanía a los colectivos con los que se relaciona para responder de mejor manera a sus demandas. Esto incluye a la sociedad, a los investigadores, a los medios de comunicación, pero también al Gobierno. El INE no oculta que uno de los objetivos de su estrategia futura será «proporcionar información pertinente y útil para la toma de decisiones» por parte de las autoridades.
En ese reto de acercarse más a sus colectivos de interés, el instituto estadístico se abre a promover nuevas operaciones para cubrir «las necesidades expresadas por los usuarios».
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