Hacienda amenaza con llevarse el 43% de la última subida del salario mínimo
El alza de 50 euros al mes decretada por Trabajo podría verse minimizada por las retenciones si no se actualizan los umbrales del IRPF
El impacto será todavía más elevado si los perceptores del salario mínimo tuvieran una renta complementaria
La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, presentó este miércoles el acuerdo con los sindicatos para elevar el salario minimo interprofesional (SMI) hasta los 1.184 euros al mes este año sin saber aún si su compañera de gabinete, la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, ... obligará a tributar a esos trabajadores en el Impuesto de la Renta (IRPF).
Si Hacienda lo hace, el alza que aprobará en breve el Gobierno se verá minimizada por una decisión fiscal que emanará de un departamento del propio Ejecutivo. Y Montero no ha descartado que vaya a imponer esa obligación tributaria a un colectivo que ya supera de largo los dos millones de perceptores y que, hasta ahora, estaba exento de tributar por su sueldo. Esa decisión, que depende exclusivamente de Hacienda, se conocerá en las próximas semanas. De aplicarse, implicaría un cambio de calado: de la subida anunciada en 700 euros al año (50 euros por mes en 14 pagas), quienes cobran el SMI tendrían que pagar en el IRPF una media de 300 euros. Es decir, casi la mitad de lo que avanza su nuevo sueldo.
De ahí que las espadas sigan en alto, aunque en la puesta en escena que este miércoles protagonizó Díaz junto a los representantes de CC.OO. y UGT, la amenaza de la aplicación del IRPF pasó casi desapercibida. Hacienda continúa analizando qué hacer con la subida del SMI, que absorbe cada vez a más contribuyentes. Por un lado, sabe que tendría que asumir el coste social que acarrearía esta obligación tributaria. Por otro, la Agencia Tributaria deja de ingresar cada vez más dinero. Se apunta que en la mayor parte de países con SMI se paga el impuesto y que pesa mucho la subida del 50% que acumula esta renta desde 2018.
Para Díaz, la vía del IRPF es innegociable. Es consciente de la merma que provocaría entre los trabajadores con menor salario, que son los que se benefician de su medida. Y tampoco las organizaciones sindicales están dispuestas a pasar por ese aro. De hecho, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ya se negó a aceptar esta modificación fiscal. Lo «pelearemos», insisten desde el sindicato.
Ahora, el acuerdo del SMI pasará por Consejo de Ministros -probablemente en dos semanas- y al no precisar el aval del Congreso, la medida entraría en vigor con efectos retroactivos desde el 1 de enero. Un alza de la que se ha descolgado la patronal, como ya habían anunciado, al advertir de los costes que conlleva para las empresas: un trabajador en SMI eleva el gasto laboral hasta los 2.000 euros en algunos casos, según CEOE y Cepyme.
Un doloroso golpe fiscal
El Ministerio de Hacienda, embarcado en una estrategia clara de ensanchamiento de la base de contribuyentes que pasa entre otras cosas por conseguir que todo aquel que recibe una renta tenga que presentar la declaración, ha evitado hasta ahora confirmar si como ha venido haciendo en los últimos años adaptará el umbral de renta que exime a las empresas de aplicar retención sobre las nóminas para impedir que afecte al SMI. Dicho umbral de IRPF se sitúa en 15.876 euros, el importe del salario mínimo hasta que se aplique la nueva subida , y por tanto se verá desbordado al situarse en los 16.576 euros.El efecto para los contribuyentes no sería menor. Según una proyección realizada por el Registro de Asesores Fiscales (REAF), la obligación de retener en las nóminas del SMI le costaría unos 300 euros al año a sus beneficiarios, lo que recortaría en cerca de un 43% la subida real de 700 euros planteada por Trabajo.
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