España vende 800.000 coches eléctricos menos al año de lo previsto por el plan de energía
El Gobierno había proyectado un parque de 5,5 millones de automóviles eléctricos para 2030
La planificación del sistema eléctrico se basa en estas proyecciones que están muy lejos de cumplirse
El Gobierno se vio muy optimista en la elaboración del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) en materia de automoción. En un primer borrador, el Ministerio para la Transición Ecológica estimó que el parque de vehículos eléctricos en España sería de 5 ... millones en 2030. Alguien en el departamento que dirige Teresa Ribera creyó que esas cifras se quedarían cortas, y en el documento final remitido a Bruselas para su validación se fijó esa cantidad en 5,5 millones de coches eléctricos. Para cumplir los objetivos, al menos desde hace un par de años, se deberían estar matriculando cerca de un millón de automóviles de esta clase cada ejercicio. Según los números que aporta la patronal sectorial Anfac, las proyecciones no llegan ni a las 60.000 ventas. Se deberían estar poniendo más de 800.000 automóviles en circulación.
El problema que no quiere enfrentar el Gobierno con esta situación es que se desarrolló una estrategia que impacta en la planificación eléctrica de España. El equipo de la vicepresidenta Ribera trabajó sobre un escenario de demanda energética que tendría enchufados más de 5 millones de coches eléctricos a la red. Esta situación parece una quimera en estos momentos.
Anfac publicó el pasado 1 de agosto las cifras mensuales sobre ventas de vehículos electrificados. La caída es de un 4% mensual. Y poniendo el foco en los puramente eléctricos, los datos no invitan al optimismo. En el conjunto del año, las ventas de estos vehículos suman 34.018 unidades, un 0,14% más que en el mismo periodo del año anterior. Con una media mensual sobre los 4.800 coches, arroja un volumen total que no sobrepasa las 60.000 unidades.
En estos momentos, el parque eléctrico español se sitúa en torno a 460.000 vehículos. Se necesita vender a partir de 2025 cerca de un millón de coches eléctricos cada ejercicio. La ecuación no resulta viable. La visión optimista que en alguna ocasión ha trasladado el Ministerio para la Transición Ecológica es que el crecimiento será exponencial durante los próximos años gracias a los cambios de paradigma que se darán en todas las fases de la cadena de compra-venta. Pero eso supondría vender, solo de automóviles eléctricos, el mismo volumen total –incluidos los de combustión–, que se venden ahora mismo.
No despega la demanda
Ese 'boom' que debe darse en los próximos años tendría que acompañarse de dos factores que ahora mismo no se observan en el negocio de la automoción: el coste de los coches y el desarrollo de la infraestructura.
El Gobierno ha intentado activar diversos planes de ayuda para fomentar la compra de vehículos eléctricos, pero no han surtido efecto. Por parte de los fabricantes, los precios siguen estando altos para el nivel de renta de los consumidores españoles. Y, a priori, no se esperan bajadas significativas en las diferentes marcas.
Por lo que respecta a la infraestructura y el desarrollo de puntos de recarga, expertos consultados por ABC aseguran que, en estos momentos, hay un red lo suficientemente robusta para garantizar el suministro eléctrico al parque actual. Sin embargo, señalan, no hay planes acorde para soportar esa supuesta llegada de un millón de coches eléctricos al año. Además, recuerdan que la burocracia no es especialmente ágil para fomentar el desarrollo de estos postes.
Problema de planificación
El gran problema que genera no conseguir esas cifras, en principio, es que si el Gobierno quiere basar su futura planificación de la red eléctrica en esa necesidad de demanda, se deberá suplir de otra manera. Es decir, el PNIEC pronostica que existan 5,5 millones de coches eléctricos necesitando recargas, lo que conduce a unas necesidades concretas para la gestión de las redes de distribución y transporte.
Un asunto, además, que se ha tornado en polémico. Las compañías eléctricas quieren aumentar su inversión y recibir una mayor remuneración, pero si existe un desviación tan importante con la demanda eléctrica que va a soportar el sistema, el plan de energía del Gobierno podría carecer de valor.
En estos momentos, dicho plan se debe remitir a Bruselas, en su versión definitiva que, no obstante, todavía puede sufrir algún cambio. El Gobierno ha hecho público el documento definitivo.
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