Economía de guerra en los hogares españoles: 890 euros menos de media de poder de compra al año
La tasa de inflación, cercana al 10%, impactará en una pérdida de capacidad adquisitiva de 16.700 millones anuales
Las asociaciones de consumidores advierten del grave deterioro de la solvencia de las familias españolas por el encarecimiento de partidas que tienen que ver con la electricidad, los carburantes o la cesta de la compra

La inflación y la crisis bélica se instalan en el bolsillo y en el presupuesto mensual de los consumidores. Los españoles perderán 16.700 millones de euros de poder adquisitivo en 2022 por la subida de la inflación, según cálculos del servicio de estudios ... de Funcas. Este importe resulta en que la subida de precios se 'come' una media de 890 euros al año por cada familia tras dividirlo entre los 18.754.800 hogares que hay en España según el INE . Aunque la repercusión real variará en función de los ingresos y los gastos de cada familia, la merma de renta disponible podría ir a más si se tiene en cuenta el último dato de inflación, que en marzo se disparó de golpe hasta el 9,8% por el encarecimiento de los carburantes, electricidad y cesta de la compra.
Además, los expertos creen que la batería de medidas del Gobierno solo pone parches a una inflación descontrolada y desde Funcas avisan de que el plan de choque presentado esta semana apenas logrará reducir un punto el IPC.
Ante esta coyuntura en la que los precios suben cuatro veces más que los salarios y las pensiones, a muchos consumidores no les queda otra opción que practicar una economía de guerra con la inflación disparada y con casi todas las partidas del presupuesto familiar al alza.
Las asociaciones de consumidores advierten del grave deterioro de la solvencia de los hogares españoles por el repunte de partidas que tienen que ver con la electricidad, los carburantes o la cesta de la compra. Los hogares con dificultades para ahorrar subieron del 60% en 2020 al 66% en 2021 . Y lo que es peor, el 8% de las familias sufren graves dificultades económicas, según una encuesta de la OCU. La espiral inflacionista conlleva serias dificultades para afrontar el pago de los recibos de energía y la adquisición de alimentos frescos. Para muchos, acudir a la óptica o al dentista resulta un lujo, señalan desde la OCU.
«Nos encontramos en una economía de guerra en toda regla en la que sufriremos o bien falta de productos concretos o precios más altos . Todo dependerá de la evolución del conflicto en Ucrania», indica Massimo Cermelli, profesor de Economía de Deusto Business School. Pese a ello, Cermelli recuerda que, según sus cálculos, «más del 70% de la inflación que tenemos ahora viene de antes». «Había un problema previo de inflación, la guerra lo que hace es acelerarlo», argumenta el profesor de Deusto Business School.
María Jesús Fernández, economista sénior de Funcas, expresa su sorpresa por el dato adelantado de la inflación de marzo, una tasa que casi roza el 10% . «Esperábamos que aumentase la inflación de forma sensible en este mes, pero incluso nos hemos quedado cortos», admite. «El aumento del precio de la cesta de la compra se va a reflejar en una reducción del número de bienes y servicios comprados por los hogares y, por otro lado, en una reducción de la tasa de ahorro. Es decir, no toda la pérdida de capacidad adquisitiva se va a traducir en descenso del consumo», asegura.
Si bien, Fernández prefiere no hablar de economía de guerra: «No me atrevería a hablar en estos términos, se ha creado empleo en estos meses y el volumen total de consumo de la economía no descenderá, sino que crecerá menos de lo esperado».
En concreto, los economistas consultados consideran que el consumo también se verá golpeado , aunque seguirá al alza. Funcas prevé que el consumo de los hogares aumente un 3,8% este año frente al 4,9% de sus proyecciones previas. Del último Observatorio Financiero del Consejo General de Economistas se desprende que la inflación ha pasado a ser «persistente con un gran componente estructural y no coyuntural como se preveía en el pasado año». Los economistas pronostican que la espiral inflacionista hará que «se resienta fuertemente el consumo» por la pérdida de poder adquisitivo, la presión fiscal y por la esperada contención salarial para evitar efectos de segunda ronda.
«Si se tiene en cuenta que la inflación acumulada de los últimos 10 años se sitúa en cifras cercanas al 15%; un producto o servicio que en 2012 nos costaba 100 euros, ahora tiene un valor de 115 euros . Si nuestros ingresos no se han revalorizado de la misma forma, estaremos sufriendo una clara pérdida de capacidad de compra», explica, por su parte, Manuel Alonso, director comercial y consejero de OVB España.
Lo cierto es que los consumidores ya han empezado a trastocar sus hábitos para ajustarse el cinturón en un contexto de precios desbocados. En concreto, seis de cada 10 consumidores se han visto obligados a cambiar sus hábitos de movilidad por el incremento de precios de los carburantes. En base a una encuesta realizada entre el 14 y el 16 de marzo por la OCU, el 59% de los conductores ahora contemplan otras opciones y se desplazan más en transporte público o, cuando los trayectos son cortos, caminando . «Los hogares españoles están pasando por una situación clara de economía de guerra. Esta semana hemos visto una subida de la inflación que no se veía desde el año 1985, justo antes de la entrada de España en la Unión Europea», explica Enrique García, portavoz de la OCU.
«Nos preocupa mucho la subida de cuatro décimas de la inflación subyacente (sin alimentos frescos ni productos energéticos), un incremento viene para quedarse en los próximos meses», abunda García.
Encarecimiento en los supermercados
«Además de las conocidas subidas en energía o combustible debemos ser conscientes de que también se han incrementado los precios en la cesta de la compra, menús del día y demás artículos básicos», remarca Alonso, de la consultora OVB. En Kantar ya ponen cifras al encarecimiento de la cesta de la compra. En promedio, los productos de gran consumo han visto incrementados sus precios un 5% en base a un estudio realizado entre el 6 y el 20 de marzo pasados.
Entre las categorías que más han notado este aumento en ese intervalo de fechas destacan el aceite, que ha aumentado su precio en un 303% con respecto al mismo periodo de 2021 ; la pasta, que lo ha hecho en un 183%, y los arroces y la leche, con un incremento del 181% y del 145%, respectivamente.
Ante esta situación, la consultora constata que no todas las familias actúan de la misma forma. Algunos consumidores intentan abaratar la cesta mediante la búsqueda de promociones y descuentos o conla compra de marcas de distribuidor . Sin embargo, queda aún «un grupo relevante de compradores que está manteniendo sus patrones de consumo», apuntan desde Kantar. En concreto, cuatro de cada 10 hogares afirma buscar promociones en el supermercado y otro 40% aseguran reducir su gasto en restaurantes o bares.
En este sentido, el cambio de hábitos en las compras está directamente relacionado con la preocupación que los españoles muestran ante el escenario actual. Tal y como se desprende de una encuesta reciente realizada por Kantar, un 44% de los consumidores declararon haberse sentido «muy preocupados» por el impacto del paro de los transportistas en sus compras habituales. Sobre el posible impacto del conflicto en Ucrania en sus bolsillos, nueve de cada 10 españoles dicen estar «preocupados».
Opciones de ahorro
Las opciones para ahorrar son limitadas porque hay compras que no se pueden dejar de hacer o porque se hace necesario seguir utilizando el coche. En este sentido, desde la OCU recomiendan elegir los supermercados más baratos o comprar productos sustitutivos a un precio más bajo en caso de que los haya. Asimismo, el portavoz de la asociación, Enrique García, denuncia el fenómeno de la 'reduflación’, por el que las marcas apuestan por la reducción del contenido de envase y el mantenimiento o incluso subida del precio del producto.
«Recomendamos a los consumidores que siempre comparen el precio por unidad de medida . Esta práctica es legal, pero consideramos que es engañosa», afirma.
Por su parte, César Díaz, abogado de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU), recomienda evitar el acopio de productos. «En algunos casos estaremos pagando un precio muy alto por productos que no consumiremos a corto plazo y que, cuando vuelvan a estar disponibles en mayores cantidades, verán su precio reducido», explica Díaz.
Con el objetivo de gastar lo menos posible en el recibo de la luz, Díaz aconseja consultar los precios el día anterior para intentar consumir electricidad en las horas más baratas . «En caso de que sea posible, hay que aprovechar el fin de semana para cocinar y congelar. Los sábados y los domingos suelen ser más baratos para poner lavadoras o planchar», recuerda.
Respecto al objetivo de rebajar el gasto en carburantes , las propuestas de las asociaciones de consumidores consultadas pasan por utilizar todo lo posible el transporte público o, en su defecto, el coche compartido. En los entornos urbanos, además, se puede caminar o desplazarse en bicicleta. «Somos conscientes de que no siempre es cómodo ni barato utilizar el transporte público; en este sentido, demandamos a las autoridades que incrementen los horarios y los destinos, mejoren las frecuencias y abaraten los precios, sobre todo para los consumidores vulnerables», exigen desde CECU.
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