fútbol
Brasil, la fábrica del Real Madrid
La operación Endrick, delantero del Palmeiras de 16 años, reafirma el modelo deportivo de la segunda etapa de Florentino como presidente blanco: cazar el talento a temprana edad
Poco después de comenzar su segundo mandato como presidente del Real Madrid, en el verano de 2009, Florentino Pérez se dio cuenta que el fútbol estaba a las puertas de una revolución importante. Un año antes, los petrodólares de los Emiratos habían comprado el City, Abramovich llevaba ya unos cuantos años regando de millones al Chelsea y había también fuertes rumores de compra del PSG por parte de Qatar, algo que sucedió en 2011. El presidente blanco intuyó antes que nadie que el fútbol se dirigía hacia un escenario totalmente distinto a lo conocido hasta ese momento: clubes dopados financieramente, fichajes a precios desorbitados, salarios fuera de mercado y codicia en las comisiones de los agentes. ¿Cómo competir contra esta burbuja? Creando balones de oro y no comprándolos.
El ejemplo más reciente es el de Benzema, pero Karim ya jugaba en Europa y comenzaba a tener un nombre cuando Florentino fue a su casa de Lyon a ficharle. El modelo que tenía en la cabeza implementar el dirigente blanco se sustentaba en captar promesas de entre 16 y 18 años, con especial atención a los mercados más potentes, como el brasileño, aunque la parabólica debía apuntar también a otros caladeros de reconocido prestigio, como Uruguay, Francia o Argentina, países que han nutrido históricamente al Madrid de grandes jugadores. Al frente de todo ello, Florentino necesitaba un jefe de scouting con experiencia, contactos y conocimientos y ahí surgió el nombre de José Antonio Calafat de Souza (Madrid, 1973), conocido como Juni Calafat, un ‘panenkita’ con ascendencia brasileña que se labró su prestigio en televisión.
Calafat, jugador de fútbol sala en su época moza, era un habitual de los programas de fútbol internacional de Canal+, como era el caso del mítico ‘Fiebre Maldini’. Además, tenía muy buena amistad con Ronaldo Nazario, hasta el punto de llevarle sus asuntos de comunicación. Ese vínculo fue su primer contacto con Florentino, que desde entonces ya le tomó la matrícula. En 2014, acabó fichándole como jefe del mercado suramericano y en 2016 le ascendió a responsable de fútbol internacional. Su red de ojeadores en Brasil y el resto de Sudamérica es infinita. Al principio, era él quién echaba horas extras viendo vídeos de posibles estrellas. Hoy, son los agentes los que se ponen en contacto con Juni para que vea los ‘highlights’ de sus representados.
A partir de ahí, si pasa el filtro de Calafat, es él quién personaliza el seguimiento, y si es el elegido, comienza un trabajo de persuasión con dos objetivos: ganarse la confianza de la familia y hacerle ver que el mejor sitio posible para el futuro de su hijo es el Real Madrid; y atar un acuerdo con el club del origen. Ambos movimientos son efectuados sobre el terreno por Juni, que sabe mejor que nadie que en países como Brasil no es suficiente una conversación telefónica o un email para cerrar el acuerdo. El trato directo es indispensable.
Ese ha sido el modus operandi con Vinicius y Rodrygo, pero también con Lucas Silva y Reinier Jesus. Habrá aficionados que no se acuerden de ellos, pero este es el peaje que gustosamente paga el Madrid. Es imposible que todos los elegidos por Calafat salgan cara. Es una cuestión estadística, pero solo un acierto ya hace que el trabajo y la inversión haya merecido la pena. Ese es el objetivo con Endrick Felipe, la irrupción más potente de un nueve brasileño desde Ronaldo Nazario.
En 2024
El delantero del Palmeiras solo tiene 16 años y su incorporación al Madrid tendrá que esperar al verano de 2024, cuando ya sea mayor de edad, pero era ahora o quizás nunca su contratación. Chelsea, PSG y Barcelona estaban también en la carrera por su contratación, pero el meticuloso trabajo de Juni ha sido el que se ha llevado el premio. No saldrá barato, pero el club blanco tiene claro que es mejor pagar 60 millones por él que 200 dentro de varios años. Solo hay que ver el valor de mercado actual de Vinicius y Rodrygo, ambos jugadores de 100 millones de euros que en su momento costaron 45.
Endrick nació en 2006 en el seno de una humilde familia de las afueras de Brasilia, una de las ciudades, a pesar de ser la capital, con mayor delincuencia del país. Su talento innato para el fútbol lo puso en el escaparate su padre Douglas, a través de YouTube. El objetivo era doble: llevarlo a algunos de los grandes clubes del país, en Sao Paulo o Río, y que la entidad corriera también con los gastos del resto de familia. Santos y Corinthians no cumplían las dos condiciones, pero sí Palmeiras, que además de alojamiento le dio trabajo al padre como empleado de la limpieza en las instalaciones deportivas del club.
Endrick se unió al equipo verdäo en 2017, con 11 años, y ha sumado casi 200 goles en todo este tiempo, en el que además se ha proclamado campeón en todas las categorías. Su explosión ha llegado en este 2022. Ganó la Copinha, el torneo sub-20 de mayor prestigio en Brasil, sumando seis goles en siete partidos y siendo nombrado el MVP por la organización y la afición. En octubre, debutó con el primer equipo y desde entonces ha jugado 309 minutos, anotando tres dianas.
Futbolista de potente tren inferior y zancada larga, técnicamente virtuoso, con un físico impropio de su imberbe edad e idilio con el gol, su posición embrionaria es la de ‘9’ aunque también puede jugar de segundo punta. La idea es que sea el sustituto natural de Benzema, cuyo contrato termina precisamente en 2024, cuando su pasaporte ya señale 36 años.
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