Raúl López: «El deporte femenino no puede ser un gigante con pies de barro»

«Existe un campo de acción que está sembrado, pero está lejos de ser recogido. Lo que nos da miedo es que, con la amplificación que está teniendo, el deporte femenino se convierta en un gigante con pies de barro. Por eso queremos implantar unas bases sólidas y que crezca poco a poco, a lo mejor con menor impulso mediático del que tiene ahora, pero de manera firme. Con el Observatorio queremos dar un impulso, un dinamismo para que no se quede en algo que se crea y se queda ahí con un bonito nombre. Queremos que sea una aportación real», expone López a ABC.

El jurista zaragozano señala las dos ramas en las que se apoya el proyecto: la académica y la consultiva: «En lo académico: organizaremos cursos, conferencias, charlas, ponencias. Al estar ligados a la Universidad Rey Juan Carlos y a la Pontificia de Comillas, nos aseguramos una finalidad práctica. Ser un referente empírico en cuanto al deporte femenino y su avance». Que se traduce, desgrana, en «un tipo de formación para que cualquier persona, no solamente deportistas de élite, pueda acercarse al deporte femenino con una perspectiva global. Para orientarse durante y después de la práctica deportiva, para saber a qué puestos puede optar, formarse para ellos, saber qué derechos y deberes tiene tanto en la práctica deportiva como en todo lo de alrededor. Pero también cualquier mujer que esté relacionada con el deporte: ampliar su participación en todos los sectores deportivos, cómo alcanzar los ámbitos de organización, de gestión. Cómo se pueden romper esos techos de cristal».

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Por el momento, y a pesar de la Ley de Paridad, solo hay una mujer al frente de una Federación deportiva, Elisa Aguilar en baloncesto. Una rémora, subraya López, que se hereda todavía del mundo empresarial no deportivo, y que es una de las lagunas que pretende cubrir este Observatorio. «Se van incorporando mujeres a estos puestos de decisión con cuentagotas, es cierto. No queremos que esto se quede en un hecho puntual, sino que se extienda de manera que no sea necesaria en el futuro otra ley orgánica de paridad para que nos obliguen a que exista una ponderación equitativa en los puestos de responsabilidad entre hombres y mujeres». Pero el jurista está seguro de que en cuanto en los sillones de presidencia estén sentadas cinco, seis o siete mujeres, «lo demás llegará rodado». «Aunque no quiero decir que las 66 federaciones deban estar presididas por mujeres, sino por personas preparadas, y que los órganos de gobierno tengan una estructuración más paritaria».

De ahí surge la otra pata del proyecto. Para cerrar los todavía enormes abismos que separan la presencia de mujeres y hombres en empresas e instituciones deportivas ofrecerán a estas la perspectiva de buena gobernanza que ya reclama la sociedad. «Nos dedicaremos a observar, a analizar, y a tomar acciones sobre cualquier problema que pueda surgir alrededor del deporte femenino, y darle solución, con herramientas personales, desde diferentes puntos de vista profesional, y materiales para que se llegue a una cobertura del problema global», sigue López.

Un problema global que atañe a las mujeres, pero para el que buscan el compromiso de todos. «Creemos que es absolutamente necesario que también los hombres se involucren y se informen porque el deporte femenino son valores para todos. Esto tiene que ser una cooperación entre personas más allá de géneros y sesgos. Nada de 'vosotros por aquí' y 'nosotras por allá'. Aquí se trata de colaborar para llevar el proyecto que es el deporte femenino a buen término en toda su extensión». De ahí que también el jurista interceda ante la pregunta de por qué el núcleo del Observatorio lo integran cinco hombres, al que se incorporarán en breve –informa– dos mujeres. «La idea se gesta con gente que conocía, como Arroyo y José Luis Fernández [director de la cátedra Iberdrola de Ética Económica y Empresarial], gente de tu confianza que tiene inquietudes cercanas a las tuyas. Pero queremos incorporar a personas de gran valía profesional. Y que no solo formen parte del observatorio, sino que hagan una labor real y eficiente dentro».

López subraya en este punto que el interés por el deporte femenino tiene que ser convencido y real o no será. «Con charlas en empresas, reuniones, jornadas para que esto no quede en maquillaje corporativo y en agua de borrajas. Que no sea 'bueno, tengo que cumplir con esto, lo cumplo y ya está'. Lo tienes que cumplir desde el convencimiento, si no, no hacemos nada. Si las cosas no se hacen desde la íntima convicción de estar haciendo algo bueno para tu empresa, tu club deportivo o tu Federación, y también para la sociedad, no estaremos avanzando».

Desde ese convencimiento hablan sobre las muchas lagunas y asuntos en los que quieren trabajar, siendo muy claros al respecto sobre la situación de los deportistas transexuales, por ejemplo: «Soy un firme defensor de que cualquier orientación de sexo, de política e ideología. Pero en el plano de igualdad y no discriminación en una competición deportiva, una superioridad por genética de nacimiento estaría vulnerando los principios de equidad. Debería haber competiciones específicas para que participasen estas personas que, además lo harían en igualdad de condiciones, y no se vulneraría ningún derecho. Porque también soy un firme defensor de que todos tenemos derechos pero acaban donde empieza el de los demás».

En otro de sus ejes, la visibilidad, que trabajarán para que no se quede en el suceso anecdótico, sino para la información relevante sobre éxitos y carreras de las deportistas y el deporte femenino. El fin último de este Observatorio que no quiere solo observar.