Certificado: el Sevilla no tiene solución ni salida
El presidente ofrece sus razones, asumiendo extrañamente sólo la responsabilidad desde hace año y medio, cuando fue envestido
Al presidente del Sevilla se le lleva tiempo reclamando que ofrezca respuesta a la nefasta temporada del equipo, a unas cuentas horrendas y a una gestión truculenta. Se ha quedado en los hechos. De los que conviene hablar, claro. Sesgando que es gerundio. ... Con cierto desdén, se ha sentado ante los medios oficiales para que le realizasen preguntas programadas y de respuesta escrita de antemano. Baño y masaje político en medios propios. A lo sencillo. Supuestamente hablará el Martes Santo, aunque habrá que ver cómo queda el equipo en Mestalla. Sujetó sin disimulo esa otra versión que va construyendo mediante un relato más bien poco elaborado. Medias verdades que sólo le favorecen y mentiras flagrantes que destruyen todo el discurso anterior. Y no me refiero al tema de la violencia, amenazas o agresiones. Por mucho que algunos sevillistas hayan podido pensar que lo sucedido a la salida del partido ante el Atlético no está de más, lo cierto es que ese momento de enajenación del agresor permite que los agredidos legitimen un poco más su figura, por ese gen social de acercarse y apoyar a la víctima. Los argumentos se deben defender mediante las palabras. A veces hay que gritarlas, unas más altas que otras por si el interlocutor es duro de oído. Y mediante los hechos, por si también lo es de mollera. Que de todo hay en los pasillos del poder.
Y quien no fue agredido (a Dios gracias) es el presidente del Sevilla. La fuerza provoca la pérdida de la razón. Y no sólo la física, por si alguno que aprieta demasiado al débil no se ha dado aún cuenta. Del Nido Carrasco ha interpretado ante sus cámaras el papel que le interesa. Dejando claro, como primer punto, que le importan un bledo los pitos. Ha puesto por delante su presumible sevillismo. De cuna. Indudable para quien lo conoce. Alegando que no duerme cuando el equipo pierde, como es de recibo. Que sienta igual que sus aficionados no es una virtud realmente. Te equipara a ellos (por lo bajo en todo caso). Porque encima eres tú la causa principal de sus males, empeñado (por los motivos que sólo él conoce) en mantener un cargo en el que ningún sevillista te quiere ver. Para sentir como la gente que pisa y besa el Sánchez-Pizjuán, se ve que la finalidad termina por asesinar el sentimiento. Lo maltrata y te provoca hasta una especie de síndrome de Estocolmo con tu propia persona. Sólo le puedo dar la razón en que el Sevilla necesita un cambio. Una regeneración. Comenzar desde cero. En cambio, sin abrir las ventanas es imposible que entre el aire y el proyecto morirá por viciado. Hablar de la tercera vía es hacerse trampas al solitario. Existe quien desea postularse, pero sin un ejercicio de generosidad y responsabilidad de los mandatarios y principales accionistas no podrá ser jamás viable. Y si hay dos virtudes que no les adhiero a ellos son precisamente esas dos. Son más del frentismo. En mi equipo o en el otro. Amigo o enemigo. Periodista afín o sin fin. No hay medias tintas. No hay solución posible. Queda certificado. Sólo queda pensar que creen que le están haciendo un bien al Sevilla del futuro, sin nadie que se atreva a abrirle los ojos. No voy a dimitir, vociferaba no hace tanto Rubiales. Historias y relatos para no dormir (nunca mejor dicho).
Sí quería detenerme en esa forma de escurrir el bulto en cuanto a la situación catastrófica actual. Me ha hecho hasta gracia. Eso de que entró de presidente el 31 de diciembre de 2023 es cierto, tanto como decir que gobernaba el club desde la vicepresidencia (el primer club vicepresidencialista, decíamos entonces) mucho tiempo antes. Como si lo anterior a su llegada hubiese sido obra del espíritu santo. O de su némesis. Como si tras la Europa League del mismo año que habla Del Nido Carrasco no hubiese dinamitado el único proyecto viable en el Sevilla con la patada en el culo de Monchi. Como no era presidente... La responsabilidad fue suya y de su compañero inseparable de fatigas. También de Pepe Castro, quien tiene la enorme habilidad de salir sólo en la foto buena. Es como estas personas que te encuentras en saraos cofrades, feriantes, culturales o hasta en la única boda que vas en seis años. Están convidados a todo. Algo así me pasa con el expresidente Castro. Su habilidad para no aparecer en las malas y siempre haber sonreído como nadie en las buenas es admirable. Por acción u omisión, otro gran responsable. Porque las familias que gobiernan el Sevilla, no olvidemos que Del Nido Carrasco tiene cero peso accionarial, han decidido que sea Junior quien se coma este marrón. Le reconozco la gallardía de ser el único que sigue dando la cara, al mismo rango de la inconsciencia por no buscar otro camino. Terminará quemado por quienes hoy le apoyan y repudiado por aquellos que nunca lo quisieron. Relatos hay docenas. Buenos y malos. La verdad sólo tiene un camino. Y el Sevilla camina en el sentido contrario.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete