Girona - Sevilla: Saúl rompe la maldición de Montilivi (1-2)

Si bien la defensa sevillista se mostró más sólida con la pareja conformada por Badé y Gudelj, el centro del campo evidenció demasiadas carencias durante la primera mitad del encuentro. Saúl tuvo pérdidas muy graves y Lokonga fue demasiado intermitente. No obstante, el ilicitano recibió la redención tras devolver las tablas al marcador en el segundo acto y, además, dio la asistencia del gol a Lukebakio. Pero si hay un nombre propio que destacó en esta zona fue el de Sow, el jugador fue el único capaz de aprovechar los espacios y filtrar buenos balones. Además, la incorporación de Vargas y la recuperación de Ejuke devuelve mordiente a un ataque, que sería soberbio de tener un delantero más rematador. Isaac trabaja, mucho, pero a la hora de definir hace aguas y desperdicia demasiadas oportunidades en cada duelo.

El Sevilla se presentó en Montilivi con otra actitud, sabiendo que la paciencia de los suyos pende de un hilo después de los últimos resultados. No era un escenario fácil y García Pimienta puso lo que, a día de hoy, es su mejor once. Rubén Vargas se estrenó como titular y certificó las buenas sensaciones que mostró en el puñado de minutos que tuvo ante el Valencia. El suizo se puso el mono de trabajo y aportó tanto en el plano ofensivo como en el defensivo. Además, el equipo se mostró mucho más compacto y proponiendo un ritmo de juego frenético, aunque sigue teniendo problemas con las transiciones.

Si bien este partido correspondiente a la jornada 20 de LaLiga pudo ponerse de cara al Sevilla desde bien temprano. Y es que, a los dos minutos del inicio, Isaac Romero fue derribado dentro del área y Martínez Munuera no dudó, como tampoco lo hizo Gazzaniga a la hora de adivinar el tiro del lebrijano. Se bajó el suflé y el partido volvió a arrancar.

Para un aficionado al fútbol, ajeno a los colores de ambos equipos, la primera mitad de la contienda se terció como el mejor aperitivo antes del almuerzo. Ambos conjuntos se desplazaron con alegría por el césped, ofreciendo un partido abierto y con espacios. Nada que ver con la bazofia vivida en el Sánchez-Pizjuán la semana pasada. No obstante, hay pecados en los que el Sevilla se empeña en reiterar y, una vez más, el lateral zurdo fue una de las zonas más débiles. Además, el exsevillista Bryan Gil también hizo diabluras por el otro costado, aunque sin lograr finalizar ninguna jugada.

Por su parte, los de Pimienta también aprovechaban los espacios concedidos por el rival para generar peligro. Las más claras, una doble ocasión de Rubén Vargas. La primera, una asistencia de Isaac Romero, que Gazzaniga interceptó, pero el balón cayó de nuevo cerca del suizo que recuperó el balón y volvió a intentarlo, pero lo mandó fuera.

Rozando la primera media hora del encuentro, el Girona empezó a sentirse más cómodo en el juego, que bajó el ritmo en ambas partes, y los huecos de la defensa sevillista propiciaban los acercamientos de peligro. Bryan Gil serpenteaba a placer por el área rival, pero el equipo de Míchel también tiene como asunto pendiente la efectividad de cara a portería. A punto estuvo de marcar Abel Ruiz, que se quedó solo ante Nyland tras sortear a la defensa, pero el noruego se hizo grande y atajó el balón con maestría. Lukebakio respondió a los pocos minutos estampando el cuero al larguero a falta de diez minutos del final. Muchas ocasiones generadas, pero ninguna concretada hasta que Míchel sacó de la chistera una jugada de estrategia, que materializó Arnau de cabeza sorprendiendo a Nyland. Una vez más, el Sevilla se iba al descanso por detrás en el marcador, tocaba remar.

Tras la reanudación, los de García Pimienta salieron con un punto más que el Girona. Carmona consiguió desactivar a Bryan Gil y aseguró el lado diestro, mientras que el grupo en bloque empezó a buscar el empate con ahínco. A punto estuvo de ponerlo Lokonga con un balón que peinó tras un saque de esquina. El premio a la insistencia le llegó a Saúl en el minuto 58. Empató el ilicitano al segundo intento tras un saque de esquina botado por Lukebakio, el primer tanto del centrocampista como sevillista. Celebrado con rabia, Arnau respondió a la euforia blanquirroja con un tiro que sobresaltó los corazones tras un pase filtrado de Asprilla.

Sow y Lokonga se mostraron más compenetrados durante la segunda mitad y el Sevilla se fue haciendo con el dominio del balón. En esta ocasión, los de García Pimienta no dejaron de picar piedra para conseguir algo más de un punto, no se conformaron y aprovecharon el paso atrás que dio el Girona. Corría el crono y, en el minuto 88, se consumó lo que se iba barruntando: Lukebakio marcó el segundo. Una genialidad del belga, que aprovechó un pase filtrado de Saúl y definió como los ángeles para adelantar a su equipo y atar unos valiosísimos tres puntos. El partido se dilató hasta más allá del 95 y los locales buscaron de forma agónica el empate a través de Stuani, su mejor revulsivo. Sin embargo, los tres puntos ya tenían dueño por derecho y el Sevilla dormirá hoy en un colchón más confortable que el de este último mes.