Suscribete a
ABC Premium

Atletismo

Jordan Díaz rompe la barrera de los 18 metros y logra un oro apoteósico

Europeo de Roma

El español se proclama campeón de Europa con 18,18 metros, récord de España y a solo once centímetros del histórico récord del mundo de Jonathan Edwards

Guía para no perderse el Europeo de atletismo

Jordan Díaz, durante la final de triple salto en el Europeo de Roma AFP
Javier Asprón

Esta funcionalidad es sólo para registrados

No es un oro cualquiera. Es un oro apoteósico. Jordan Díaz se ha proclamado campeón de Europa de triple salto, y la medalla que ya pende de su cuello no solo sirve para enterrar tres años de espera interminable, de tardes aguantándose las lágrimas mientras veía competir y subirse al podio a los demás. Hoy todo eso ya es pasado. El oro le coloca en la carrera por ser el mejor de siempre. Ganó con 18,18 metros, a once centímetros del legendario récord de Jonathan Edwards (18,29), vigente desde hace 29 años. Solo el británico y el estadounidense Christian Taylor (18.21) han saltado más a lo largo de la historia. Debe ser él, y solo él, quien se encarame a lo más alto en el futuro . Por supuesto, sus 18,18 son nuevo récord de España. Y también de los campeonatos.

La gesta, porque hay que considerarla así, ocurrió en el quinto intento. Después de que Pedro Pablo Pichardo, también cubano, también nacionalizado, en su caso portugués, le sometiese a una presión brutal tras irse hasta 18,04 en su segundo salto. El vigente campeón olímpico, 30 años, herido el orgullo por el descaro y la pujanza de las nuevas generaciones, saltó por encima de los 18 metros por primera vez desde 2015. Y eso era una barbaridad.

¿Qué se hace ante eso? ¿Cómo se gestiona? Solo hay un camino: competiendo como Jordan. El español, líder tras el primer salto con 17,56 (cinco centímetros más que Pichardo), supo que tendría que hacerlo como nunca para ganar. Adelantar, quizá, ese salto perfecto que guardaba para los Juegos de París, el gran objetivo del año. Casi de su vida, pues renunció a los de Tokio fugándose en Castellón de la concentración de la selección cubana apenas dos meses antes de esa cita. Fue Ana Peleteiro, la primera que lo abrazó al confirmar su oro, quien le puso en contacto con Iván Pedroso y su ‘team’ de estrellas en Guadalajara. El resto es historia.

Lo probó ya en el segundo salto: 17,82, la segunda mejor marca de toda su carrera tras los 17,87 que logró en Nerja en junio de 2022, al poco de recibir la nacionalidad española.

No era suficiente. Así que lo siguió intentando. Después de un nulo volvió a situarse frente al pasillo gris del Olímpico y se fue hasta 17,96, con viento en contra. Nuevo récord de España, a solo cuatro centímetros de esos anhelados 18 metros. Jordan esperó la marca con angustia, sin apartar los ojos de la pantalla. Y le salió un gesto de desolación al comprobar el resultado. ¡Con 17,96! No había mejor demostración de que iba a por más. De que tenía mucho más, porque hasta ese momento seguía sin ser suficiente.

Y llegó el quinto. Jordan cerró los ojos y se imaginó en uno de esos videojuegos que tanto le gustan. Puso la mente en blanco, trató de eliminar las emociones. Y luego, visualizó: salida, carrera, brinco, paso y salto. Bajo la escrutadora mirada de Pedroso, de Ana Peleteiro, hasta de la pequeña Lúa, en brazos de la también campeona de Europa, despegó y no aterrizó hasta mucho después: 18,18. El grito que salió desde la grada se escuchó hasta el último rincón de La Habana.

Pichardo aún intentó rizar el rizo en el sexto, en el que se fue hasta 17,92. Para entonces, Jordan ya lucía la bandera de España en el cuello y se abrazaba con unos y otros. «Estoy muy cansado, mucha tensión», admitía Díaz a su llegada a la zona mixta, acompañado de la jefa de prensa de la delegación española y buscando su teléfono móvil para poder llamar a sus padres. «Es el debut soñado con España. No pensaba en una marca concreta, sólo en que quería ganar. Y lo he hecho».

El saltador soltó entonces su frustración por las lesiones que, dice, apenas le han dejado entrenar en los últimos años («la gente no sabe lo que hay detrás...»). Y afirmó ser el primer sorprendido por su gran marca. En eso tiene mucho que ver el duelo con Pichardo, esa batalla entre ambos, también dialéctica, desde la calificación. «No era fácil atacar un 18,04, era una marca muy seria. Pero se luchó y se logró».

Esos 18,18 abren una nueva perspectiva en su carrera. Ganar en París sigue siendo el gran anhelo, pero ahora tendrá que competir también con esa posibilidad de derrocar a Edwards. ¿Por qué no todo a la vez?: «París va a ser distinto. Será una competición muy complicada, habrá muchos más atletas, con un ritmo diferente. Y en cuanto al récord… He pasado los 18 metros con bastante margen. Veremos, tampoco lo voy a buscar. Haré lo de siempre, seguir trabajando y entrenando».

Es la séptima medalla de España en los campeonatos, la segunda de oro. Hace 45 días, el nuevo campeón de Europa no tenía permiso para competir en Roma. Se lo adelantaron entonces tras la petición de la Federación Española a la Internacional. Lo que se hubiese perdido el mundo de no concedérselo.

Battocletti, Bol, Tamberi, Warholm...

Fue una jornada de héroes y emoción en el Olímpico de Roma. Femke Bol y Karsten Warholm cumplieron los pronósticos y ganaron sus respectivas finales en los 400 vallas. Y Jordan compartió la gloria con dos italianos: Nadia Battocletti, que sumó el oro en los 10.000 metros al que ya logró en los 5.000; y Gianmarco Tamberi, campeón de salto de altura, que tras ganar exhibió su espectáculo habitual con más ganas, si cabe, delante de sus paisanos.

La última final de la jornada, el 200 femenino, coronó a la suiza Mujinga Kambundji. Jael Bestué terminó séptima con 22.93.

Este miércoles se despedirá el Europeo en una última sesión cargada de finales, hasta once, y varias opciones para España de aumentar su botín de medallas. Thierry Ndikumwenayo encabeza la representación española en la final de los 10,000 metros; Fátima Diame, otra pupila de Pedroso, competirá en la final femenina de longitud, y Adel Mechaal e Ignacio Fontes lo harán en la del 1.500 masculino. Será el día también de los relevos, con triple presencia española: 4x100 femenino y 4x400 masculino y femenino.

El epílogo, como suele ser ya habitual en los campeonatos, se lo han reservado a Mondo Duplantis, que atacará los 6,25 metros para establecer un nuevo récord mundial.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación