Vilda, a la calle, fin a la renuncia y los Juegos de 2024: quince días para unir el fútbol femenino

Para llevar a cabo esta decisión, lo más importante ahora es saber al detalle en qué estado contractual se encuentra la vinculación del seleccionador con la Federación. Su etapa al frente del banquillo terminaba tras el Mundial y, como desveló ABC en su edición de ayer, Rubiales había prometido a las amotinadas que no seguiría al frente de la selección tras el torneo. Una promesa que incumplió el pasado viernes, cuando en esa esperpéntica Asamblea anunció que le ofrecía renovar cuatro años más y le subía el sueldo de 170.000 euros a 500.000.

No fue una firma ni un pacto verbal como tal, porque Rubiales especificó que había dado orden a Andreu Camps para iniciar las conversaciones que consumaran esta renovación, pero la Federación quiere evitar cualquier lío jurídico con Vilda y entiende que antes de comunicarle su adiós debe llegar a un acuerdo amistoso con él con el objetivo de no acabar en los Tribunales: «Fue un anuncio, una oferta, pero no es un acuerdo ni un contrato exigible ante la jurisdicción laboral», detalla Toni Roca, abogado especializado en derecho deportivo. Su salida debe ser llevada a cabo por la Junta Directiva, que es el único órgano competente para tomar este tipo de decisiones, de ahí que los barones territoriales no mencionaran a Vilda en ningún punto del comunicado facilitado tras la reunión del lunes.

La Federación entiende que la cabeza de Jorge sería el movimiento que haría dar marcha atrás a las jugadoras en su posición de no acudir a la llamada de la selección. De hecho, uno de los presidentes territoriales contaba ayer a este periódico que el primer gran objetivo de Rocha es «unir el fútbol femenino»: «En este poco tiempo hay que coser un montón de heridas, buscar consensos y hablar con las jugadoras. La selección no se puede permitir ir por el mundo sin cincuenta jugadoras de referencia», explica este dirigente, que prefiere mantenerse en el anonimato.

Ese poco tiempo al que se refiere son exactamente 15 días, que son los que faltan para la próxima convocatoria de la selección absoluta femenina. Y no una cualquiera. El viernes 22 de septiembre España se mide en Suecia a la selección escandinava, en el primero de los seis partidos del grupo A4 de la Liga de las Naciones. Un torneo idéntico al masculino, ganado por España el pasado mes de junio, que disputa su primera edición en categoría femenina. La fase de grupos, de seis jornadas, se disputará entre septiembre y noviembre y la final four entre el 21 y 28 de febrero del año próximo.

Además de Suecia, España se jugará su clasificación contra Italia y Suiza, y no solo está en juego un título. Desde este año, la selección campeona del mundo ya no logra la clasificación para los Juegos Olímpicos, por lo que el título conquistado en Sídney es el mayor éxito de la historia del fútbol femenino de nuestro país, pero no le ha dado a España el billete para París 2024. Para eso, tendrá que ser una de las dos finalistas de la Liga de las Naciones.

Nuestra selección femenina jamás ha estado presente en unos Juegos Olímpicos y son solos doce países los que disputan el torneo. El cupo para Europa es de tres plazas, y una de ellas ya está reservada para Francia, como anfitriona de los Juegos. Por tanto, España se juega mucho en estos próximos tres meses y es urgente que Pedro Rocha tome las medidas necesarias para que la selección femenina tenga las mejores herramientas, dentro y fuera del terreno de juego.

¿Y qué pasará con De La Fuente? La idea que maneja ahora mismo Pedro Rocha no es la destitución del seleccionador nacional de la masculina. En 48 horas debe dar una lista de cara a los duelos de clasificación para la Eurocopa contra Georgia (9 de septiembre) y Chipre (12 de septiembre), y no es el momento adecuado de tomar decisiones drásticas, pero no se puede asegurar al cien por cien que el riojano tiene su futuro atado.

El sentir general es que De La Fuente se equivocó levantándose y aplaudiendo a Rubiales, pero creen que es un profesional intachable, y un hombre de la casa humilde y trabajador. Veremos si es capaz de dar las explicaciones oportunas durante esta ventana y reparar el daño a su imagen que él mismo se ocasionó el pasado viernes.