Fútbol
El pulso del fútbol femenino: las revueltas se extienden por las selecciones
Jugadoras de Francia, Chile, Canadá y España se levantan contra las federaciones, a las que acusan, con formas más o menos convincentes, de no estar a la altura
Rebelión en la selección femenina de Francia

Las futbolistas se levantan. En Francia, en Chile, en Canadá, en España. Se contagia de país en país este plante en un momento en el que hay atención, dinero y espectadores llenando estadios, con conatos de huelga y renuncias a jugar el Mundial de Australia ... y Nueva Zelanda de este verano para forzar a los entes a los que critican falta de interés, de atención hacia sus entrenamientos, progresión, salud y compromiso con la exigencia que ellas observan necesitan para progresar. Es lo que, al menos, se desliza de los mensajes que se suceden en los últimos meses, criticadas las formas al no apoyarse en argumentos concretos ni peticiones concluyentes.
Como un símil de lo acontecido en España por lo que se conoce como el motín de Las Rozas, en el que 15 jugadoras firmaron una carta de renuncia a vestir la camiseta nacional si no se cambiaba la situación, con todas las dudas que esa frase encierra al no exponerse más motivos, Francia vive la situación análoga, aunque el plante llegue de forma individual. «He defendido 142 veces la camiseta azul, blanca y roja con pasión, respeto, compromiso y profesionalidad. Quiero a Francia por encima de todo, pero no puedo seguir apoyando el sistema actual, que está muy lejos de las exigencias del más alto nivel», indicó el viernes Wendie Renard, capitana de la selección gala y defensa en el Olympique de Lyon. Enseguida se sumaron otras jugadoras: «Los sucesos de 2019, la lesión de 2022 y los recientes me demuestran que no estoy conforme con la gestión de la selección francesa y los valores que transmite», esgrimía Marie Katoto, del PSG. «Soy la primera aficionada del equipo francés, y si se producen los cambios profundos que son necesarios, volveré al servicio del conjunto nacional», señalaba Kadidiatou Diani, también del PSG.
La crítica velada y sin nombres hacia la dirección de la seleccionadora, Corinne Diacre, fue recogida por la Federación francesa, que esgrimió como respuesta que «ninguna individualidad está por encima de la institución de la selección francesa». Desde 2017, Diacre alcanzó los cuartos de final del Mundial de Francia 2019, no clasificó para Tokio 2020 y se ganó la continuidad hasta 2024 por llegar a semifinales en la Eurocopa 2022, y ha recibido el apoyo de sus compañeros de profesión, quienes tildan el plante de «chantaje». «Entendemos que los jugadores exijan mejorar sus condiciones. Pero no con un chantaje para no participar en un Mundial. Porque se trata de un 'ella o yo', lo que creemos que es una puerta a todos los excesos con consecuencias desastrosas». La Federación, que vivió ayer la destitución oficial de su presidente, Noel Le Graet, por acusaciones de acoso sexual, ha postergado la decisión sobre el futuro de Diacre al 9 de marzo; la potestad sobre una destitución recae en el presidente.
Será ese día cuando se sepa si la analogía con España continúa. En el fútbol nacional, la carta de las 15 se recibió con la llamada a otras jugadoras y la defensa de estas por parte de un Jorge Vilda refugiado en los resultados logrados con esta 'otra selección' y en el apoyo del presidente, Luis Rubiales, quien indicó que sería necesaria una disculpa para reabrir la puerta del vestuario.
Causas y formas
Sí ha conseguido Chile la salida de su entrenador, José Letelier, después de que Haití los dejara sin Mundial, hecho que criticó su capitana y mejor portera del mundo, Christiane Endler: «Hicimos lo que se nos pidió con los recursos que tuvimos. Se dijo hace tiempo y no se nos escuchó. Hace tiempo que pedimos un cambio en la dirección, pero las autoridades han decidido continuar con un proceso que no da». Tras su marcha, Letelier respondió a la guardameta: «Endler juega todo el año partidos de gran nivel con las mejores del mundo -en el Lyon- y en condiciones superprofesionales. Cuando viene a la selección quiere o piensa que deberíamos llegar a los mismos estándares. Chile no es Francia».
Perú también protestó contra la falta de profesionalidad de los entes que las dirigían; siguen sin seleccionador ni calendario desde principio de año.
En tono conciliador, la doble ganadora del premio 'The Best', Alexia Putellas, señaló la causa de este efecto contagio en un fútbol femenino revolucionado: «Surgen problemas en diversos países, pero es algo global. Nos tenemos que juntar todos, escucharnos y ver lo que es mejor para todos». Porque las rebeliones se suceden, aunque no todas comparten la misma causa ni las mismas formas. En Canadá, por ejemplo, la argumentación sí es contundente: la situación económica. El 16 de febrero, las canadienses se declararon en huelga para protestar por los recortes económicos y en recursos de los proyectos de la selección con los que sí contaron sus compañeros para Qatar 2022. Cuestión de igualdad especialmente sangrante pues son ellas, actuales campeonas olímpicas, las que tienen mejor palmarés. Pero fueron obligadas a disputar la SheBelieves Cup. «Nos dijeron que si no lo hacíamos, adoptarían acciones legales y recuperarían de la asociación de jugadoras y de cada una de nosotras millones de dólares», indicaron en un comunicado. La protesta, entonces, se expresó en camisetas con el lema 'Enough is enough' ('Basta ya') y en redes sociales: «Seguiremos luchando por todo lo que nos merecemos y vamos a ganar», escribió la capitana Christine Sinclair. Este lunes, el presidente de la Federación, Nick Bontis, renunció a su cargo.
Canadá quería seguir el camino que abrieron las estadounidenses cuando, con cinco estrellas mundiales en el pecho, contemplaron que era el momento de que sus éxitos significaran lo mismo en sus cuentas corrientes que en las de la selección masculina, con un palmarés mucho menor. Hubo protestas en el campo y en los despachos, con denuncia en la Comisión de Igualdad en el Empleo en 2016 y una demanda a la Federación por discriminación en 2020. En 2022, lograron los mismos cheques para todos, con una indemnización de 22 millones y dos más que el ente destinó para apoyar a las jugadoras retiradas y otras acciones por la igualdad.
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