es fútbol y es femenino
Mapi León y el falso feminismo
«Surgen las preguntas ¿Por qué se ha ocultado el proceso sancionador por el tocamiento a Daniela Caracas? ¿Por qué el Espanyol no denunció? ¿Por qué todo el entorno del fútbol femenino ha estado callado?»
Dos partidos de sanción a Mapi León por el tocamiento a Daniela Caracas en el Espanyol - Barça

Ocultismo, falta de transparencia y falso feminismo. Es la enésima vez en la Liga F. Mientras que su presidenta quitaba hierro al asunto del tocamiento de genitales que había realizado la azulgrana Mapi León a Daniela Caracas, jugadora del RCD Espanyol, sólo algunos aseguramos que ... el Comité de Competición entraría claramente de oficio para pedir una sanción. Ahora, dos meses después, conocemos que el proceso ha finalizado (de momento a falta de la resolución del TAD) con la sanción de dos partidos para Mapi León. Su conducta antideportiva merece un castigo, amparándose en el artículo 129 del Código Disciplinario de la RFEF.
Pero, ¿por qué se ha ocultado el proceso? ¿Por qué el Espanyol no denunció? ¿Por qué todo el entorno del fútbol femenino ha estado callado ante un acto que el Espanyol en comunicado oficial denunció que «vulneraba la intimidad»? En mi opinión, porque, según su vara de medir (la del mundo del fútbol femenino), no es lo mismo una agresión con connotación sexual deliberada que un gesto inapropiado en un contexto deportivo, tal y como lo han considerado. Cuando las agresiones ocurren dentro del mismo sexo, como en este caso entre dos mujeres, los discursos feministas suelen entrar en un terreno más complicado. No encaja fácilmente en la narrativa tradicional de «hombre agresor - mujer víctima», lo cual puede explicar la menor repercusión o ausencia de posicionamientos claros.
Mapi es vista por muchos como una figura comprometida con los derechos de las mujeres y el colectivo LGBTQ+. Esto puede generar cierta cautela o incluso incomodidad dentro del movimiento al criticar a una aliada reconocida públicamente. ¿Y la RFEF? Pues un caso más de oscurantismo vinculado al fútbol femenino, donde parece que las cosas no cambian. El Comité de Competición se vio obligado a entrar de oficio, ya que si no lo hacía no cumpliría con la Ley del Deporte.
Una vez resuelto con la sanción establecida de dos partidos, el Barça acudió al Comité de Apelación. En todo este proceso, desde la RFEF se seguía sin hacer público que la jugadora había sido sancionada. Apelación ratificó la decisión tomada por Competición, por lo que el Barça elevó el expediente al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAD), que a fecha de hoy no ha resuelto. Así las cosas, el Barça decide que la jugadora no juegue el partido contra el Atlético de Madrid, a riesgo de cometer alineación indebida. Y entonces justo salta la bomba de que Mapi ha sido sancionada. ¿Se imaginan que la posible sanción a Mbappé después de su expulsión del pasado domingo se conociera 3 horas antes de un partido al hacerse pública su desconvocatoria? La RFEF callada, FC Barcelona y Espanyol (las resoluciones llegan a ambos clubes) siguen callados y la Liga F, ídem.
Cosas como estas hacen que la competición pierda valor, se desvirtúe y no sea tomada en serio por los aficionados al fútbol, porque todo acaba siendo un auténtico despropósito. En las semifinales de Champions del año 2020 entre el Olympique de Lyon y el PSG, el entrenador de las parisinas, tras cambiar a la jugadora Sami Baltimore que lloraba desconsolada, fue acusado de tocar indebidamente a las jugadoras tras intentar calmarla. Hope Solo, exarquera de la selección de los Estados Unidos, comentó el vídeo preguntando: «Perdón, ¿qué está haciendo él?».
Me gustaría saber qué opina de todo este asunto la actual directora de Fútbol Femenino de la RFEF, que, cuando desempeñaba su labor como asesora jurídica de FUTPRO, veló por los derechos e intereses de las jugadoras en distintos casos, como el del entrenador del Alhama. Ahora, sorprendentemente, nadie del fútbol femenino se ha preocupado ni ha apoyado a Daniela Caracas. Sus recientes declaraciones en una entrevista, de hecho, no la dejan en buen lugar: «La igualdad no tiene género. Es para el fútbol, para el deporte, para la vida. Es un compromiso». Así es, pero para Daniela Caracas, también.
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