Es fútbol y es femenino
El brazalete, ese codiciado objeto de deseo
Vilda optó por un consejo sabio aplicable a casi todos los órdenes de la vida: lo que funciona, mejor no tocarlo
Mundial femenino: resultados y clasificaciones

Tradicionalmente, la elección de capitanas de la selección española se decidía por el número de internacionalidades que acumulaban las jugadoras. Se trata de una norma no escrita que, además se aplica en la mayoría de las selecciones nacionales a nivel mundial. Las capitanas de la ... selección española -hasta el conflicto de las 15- eran Alexia Putellas, Irene Paredes y Jenni Hermoso. Alexia, de hecho, es la primera jugadora española en llegar a 100 internacionalidades.
Tras hacerse público el llamado 'conflicto de las 15', las capitanas eran en ese momento Irene Paredes, Jenni Hermoso y Patri Guijarro. Alexia era baja por lesión. Las jugadoras dieron una rueda de prensa el pasado 1 de septiembre y allí, Irene Paredes hizo la siguiente declaración: «Estamos aquí porque lo hemos pedido expresamente. No está siendo nada fácil para nadie. Las jugadoras en ningún momento hemos pedido la destitución de Jorge. Las capitanas, en representación del grupo, hemos transmitido el sentir. Ha habido muchas filtraciones, muchas de ellas falsas. Por eso salimos para dar la cara. Nos consta que se va a intentar cambiar la situación. El fin es mejorar».
Tras esa rueda de prensa, 'las 15' dejaron de acudir a las convocatorias y el seleccionador, Jorge Vilda, en connivencia con las jugadoras con las que ha contado en este último año, dio el brazalete a Ivana Andrés, Esther González e Irene Guerrero, capitanía que estrenaron en los amistosos del pasado mes de octubre.
Vilda, en rueda de prensa ofrecida el 5 de abril previa al encuentro que iba a enfrentar a su equipo, optó por un consejo sabio aplicable a casi todos los órdenes de la vida: lo que funciona, mejor no tocarlo. Y el míster lo dejó claro: no es un castigo para Irene Paredes ni Jenni Hermoso. Es sencillamente eso: funciona, ergo no se toca.
El objetivo era zanjar el asunto y centrarse en lo que importa: que todo mejorara en el día a día de las concentraciones y que se olvidaran los individualismos en aras de fortalecer al equipo. En mi opinión ser capitana no es solo llevar el brazalete. Supone ser la jugadora escogida para ser la líder del equipo, representando, tanto dentro del campo de juego como fuera, a todos: compañeras, cuerpo técnico, dirigentes, aficionados y en definitiva, tratándose de la selección nacional, a todo un país.
Desde mi punto de vista, el hecho de que las jugadoras con más número de internacionalidades y con más experiencia hayan asumido, como no podía ser de otra manera, la decisión de Vilda, conlleva un peligro: si las cosas se ponen feas durante el mundial tanto en el terreno de juego como en el famoso entorno que rodea a los equipos -como decía Johan Cruyff-, las jugadoras más carismáticas no tendrán responsabilidad ninguna, puesto que hay otras con el brazalete... pero con menos experiencia. ¿ De quién sería entonces la responsabilidad? Evidentemente, de quien lo decide (el seleccionador); de quien lo acepta (las jugadoras); y del que lo consiente, saltándose una ley no escrita transversal al tiempo, es decir, la RFEF.
«No desprecies las tradiciones que nos llegan de antaño; ocurre a menudo que las viejas guardan en la memoria cosas que los sabios de otro tiempo necesitaban saber». JRR Tolkien, escritor (1892-1973).
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