El baúl de los deportes
El futbolista de la Real Sociedad al que ETA asesinó de un tiro en la nuca
El 19 de enero de 1993 tres terroristas atentaron contra el Tigre Santamaría en San Sebastián
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Hay palabras que estremecen más que mil imágenes. Como la crónica publicada en el 'Diario Vasco': «ETA asesinó en plena Tamborrada de 1993. El 19 de enero de aquel año, mientras los tambores comenzaban a sonar en las calles de San Sebastián ... , un terrorista ataviado con un gorro de cocinero entró, acompañado por otros dos etarras, en la sociedad gastronómica Gaztelupe y disparó un tiro en la nuca del industrial y exjugador de la Real Sociedad José Antonio Santamaría Vaqueriza, de 46 años, casado y padre de tres hijos. Tigre, como se le conocía en el mundo futbolístico, celebraba la tradicional cena de Tamborrada junto a un centenar de comensales».
«En la sociedad ubicada en la emblemática 31 de Agosto, la misma calle en la que vivía la familia, el exjugador de la Real disfrutaba de la tertulia con sus amigos después de haber cenado el tradicional menú de angulas y solomillo. Eran las 11.30 de la noche, cuando entraron en el local tres jóvenes vestidos de blanco y azul, lo que no hizo sospechar a los presentes. Nadie podía esperar un atentado en uno de los templos del donostiarrismo y mucho menos en una fecha tan singular. 'La impresión fue tan fuerte que ni siquiera hubo gritos', relató un testigo».
«Nadie movió el cuerpo sin vida de Santamaría que quedó desplomado sobre la mesa. Solo lo taparon con un mantel. Una ambulancia llegó poco después, pero los sanitarios no pudieron más que certificar su muerte. Los efectivos policiales acordonaron las inmediaciones de Gaztelupe y no se permitió salir a nadie hasta pasados cuarenta y cinco minutos. En el exterior, la fiesta continuaba. El entonces alcalde de Donostia, el socialista Odón Elorza, no suspendió la Tamborrada, una decisión de la que siempre se ha arrepentido».
Defensa central poderoso
Como informó ABC al día siguiente del atentado, «José Antonio 'Mikel' Santamaría había nacido en el muelle pesquero de San Sebastián y sus padres estaban ligados estrechamente a las faenas marineras. A los once años tuvo ocasión de empezar a jugar al fútbol y consiguió entrar en el equipo infantil para torneos de playa del club donostiarra Txistu. A los 14 años ascendió a los juveniles y a los 17 jugaba en el Éibar, para pasar posteriormente al San Sebastián, donde jugó cuatro años. Posteriormente jugó en Primera División en la Real Sociedad».
Santamaría era un defensa central de los que habitaban en el fútbol de antes. De ahí su apodo: Tigre. En noviembre de 2022, la plataforma televisiva HBO Max estrenó '11 tiros', una serie documental sobre crímenes relacionados con el fútbol. Presentada por el exjugador montenegrino Pedja Mijatovic, el capítulo 5 se titula 'El Tigre que asesinó ETA'. Entre los diversos testimonios, el de Tito Irazusta, histórico periodista deportivo donostiarra que ha seguido la actualidad de la Real Sociedad durante más de 40 años: «Te imaginas un tigre y él era así. Absorbía mucho terreno y los rivales le temían por su fuerza y por la potencia de su disparo. De hecho, en un gol que le metió al Elche en Atocha rompió la red de la portería».
En efecto, el domingo 1 de febrero de 1970 se disputó la 21ª jornada de Liga. La Real ganó 3-0 al Elche, y Santamaría anotó el segundo tanto en el minuto 65 «de formidable tiro desde casi medio campo al ejecutar un libre directo con que había sido castigado el Elche» -se lee en 'El Mundo Deportivo'-. «La potencia, velocidad, fuerza del balón fue tal que Esteban no vio cómo entraba la pelota, como si fuese un cohete en su marco». Un mes más tarde, el 1 de marzo, también marcó de fuerte disparo en un libre indirecto ante el Deportivo (2-1).
Aquella poderosa pierna derecha hizo de Santamaría un habitual en los saques de falta y, sobre todo, de puerta. Era una época en la que los porteros se dedicaban a parar balones con las manos y utilizaban sus pies lo imprescindible. Por eso, cuando la pelota salía por la línea de gol, los guardametas la colocaban en un vértice del área pequeña y era un jugador de campo quien pateaba el saque hacia el campo contrario.
Debutó en la Copa
«Para los guipuzcoanos, llegar al primer equipo de la Real Sociedad es lo más», afirma Irazusta. Y Santamaría lo consiguió el 12 de mayo de 1968. Debutó en un partido de Copa disputado ante el Racing en Santander. Lo hizo como titular y con victoria (0-1). Repitió dos semanas más tarde, también en cita copera y jugando los 90 minutos, con peor fortuna: el Barcelona goleó (6-1) a la Real.
La 1967-68 fue su primera temporada como jugador de la primera plantilla, pero el estreno en Liga tardó en llegar. Habían transcurrido siete meses exactos desde el choque copero en El Sardinero cuando el 12 de enero de 1969 fue titular en el estadio de Pasarón ante el Pontevedra. La Real perdió 1-0. Santamaría vistió la zamarra albiazul del club de su ciudad en 48 ocasiones, 36 en Liga –siempre en Primera División- y 12 en Copa.
En 1971, el Hércules pagó 2,5 millones a la Real Sociedad por el fichaje del Tigre. El alicantino era uno de los clubes importantes de Segunda División, y el objetivo primordial de sus sonadas contrataciones era lograr el ascenso. No lo consiguió hasta junio de 1974. Santamaría jugó 79 partidos, curiosamente ninguno en Primera. Y es que al final de la temporada 1973-74 se fue al Sabadell, también equipo de Segunda, cuya camiseta vistió 35 veces.
En septiembre de 1975 regresó a su tierra enrolado en el histórico Real Unión de Irún, entonces equipo del Grupo 1 de Segunda División B. Allí jugó los últimos 20 partidos de su trayectoria como futbolista.
Meses después de colgar las botas, Santamaría y varios socios abrieron en San Sebastián una discoteca, Ku, que se convirtió en el lugar de moda de la ciudad. Animados por el éxito, en 1978 montaron Ku Ibiza en la isla balear. El local, inmenso y espectacular, llegó a ser la discoteca más grande del mundo y por ella pasaron celebridades internacionales de todos los ámbitos de la sociedad: cine, música, deporte, etc. La vida le sonreía a José Antonio Santamaría hasta que su nombre apareció en un informe elaborado en 1989 por el fiscal jefe de la Audiencia Provincial de San Sebastián, Luis Navajas, sobre una supuesta red de narcotraficantes que operaba en el País Vasco.
«Santamaría negó en su día públicamente cualquier vinculación con este tipo de actividades delictivas –publicó ABC-. El contenido de este informe ha sido aireado en repetidas ocasiones por el periódico abertzale 'Egin' en el contexto de amplias informaciones en las que ha intentado involucrar en redes de narcotráfico a empresarios y altos mandos de las Fuerzas de Seguridad del Estado en el País Vasco. Precisamente la última vez que el periódico 'Egin' citó a Santamaría fue en su edición del pasado sábado (16 de enero de 1993), en una amplia información titulada 'El informe Navajas recobra actualidad'. En la misma aparecía una fotografía en color, con la panorámica de una conocida cafetería situada en el centro de San Sebastián. En el correspondiente pie de foto se podía leer 'El Basque, propiedad del ex futbolista Santamaría, en donde fue detenido su titular por efectivos anticorrupción de la Guardia Civil'».
El juez encargado del caso, Fernando Andreu, fue muy claro entonces –«este asesinato ha sido un atentado contra la justicia»- y lo es varias veces durante el capítulo de la serie '11 tiros': «No vimos que hubiera ningún tipo de cargo contra José Antonio Santamaría, los hechos que se denunciaban no tenían ningún fundamento ni eran verosímiles y, por tanto, acordamos el archivo de esas diligencias». Y el alcalde, Odón Elorza, dijo: «En este país es muy peligroso jugar con la rumorología, que suele tener a veces consecuencias fatales». Ya daba igual. Tres días después del citado reportaje de 'Egin', el Tigre recibió un tiro mortal en la nuca.
El autor del disparo, Juan Antonio Olarra Guridi, fue condenado en 2007 a 28 años de prisión. La noche del crimen le acompañaba José María Igerategi, que no llegó a ser condenado porque falleció en 1994. Valentín Lasarte, el informador que señaló a la víctima, fue condenado a 400 años de cárcel por participar en una decena de atentados. Los tres formaban parte del comando Donosti de ETA, la banda terrorista que asesinó a más de 800 personas durante medio siglo de historia sangrienta y que en mayo de 2018, sin pedir perdón, anunció su disolución.
Aquel 19 de enero de hace 30 años Santamaría no pudo participar en la tamborrada formando parte de la compañía del Atlético San Sebastián con la que había ensayado. La fiesta grande de San Sebastián comenzó a escasos metros de donde yacía su cuerpo inerte. «Nunca olvidaré que mientras nuestras vidas se rompían seguían sonando los tambores», recuerda su hija Nagore.
«Yo desde entonces no he ido a ninguna tamborrada, me meto en la cama a las diez de la noche y no salgo ni a cenar ni a ningún lado –afirma Moncho Moneo, amigo de Santamaría, en el documental '11 tiros'- . Sencillamente, tu cuerpo se acuerda de algo y te dice que no. No sé si es respeto o qué, hay un algo». Benjamín Lazcano, otro de los amigos, añade: «Fue duro para mí y para mucha más gente. Josean dejó un hueco muy grande».
Cinco días después del asesinato la Real Sociedad recibió al Barcelona en la jornada 19ª de la Liga 1992-93. En Atocha siempre se obviaba cualquier referencia o gesto relacionado con los atentados de ETA. Sin embargo, el 24 de enero de 1993 sí se guardó un respetuoso minuto de silencio en memoria de José Antonio Santamaría Vaquerizo, uno de los suyos. El único jugador de fútbol asesinado por una banda terrorista.
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