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Fútbol

La FIFA inhabilita a Rubiales durante tres años

El expresidente no podrá realizar ninguna actividad relacionada con el fútbol

Rubiales habla de "injusticia y desproporción" y critica a la FIFA por no escucharlo

Los aspirantes y sus padrinos: quién respalda a quién en la sucesión de Rubiales

Luis Rubiales, expresidente de la RFEF Reuters | vídeo: abc multimedia
Javier Asprón

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La FIFA ha comunicado a Luis Rubiales su inhabilitación durante tres años para el ejercicio de actividades relacionadas con el fútbol por su conducta durante la final del pasado Mundial femenino, en la que el ya expresidente de la Federación Española besó sin consentimiento a Jennifer Hermoso durante la entrega de medallas. La medida afecta tanto al ámbito nacional como al internacional.

Según el Comité de Disciplina de la FIFA, Rubiales infringió el artículo 13 del Código Disciplinario de la FIFA, por el que se sanciona por discriminación a «toda persona que atente contra la dignidad o la integridad de un país, una persona o un colectivo de personas empleando palabras o acciones despectivas, discriminatorias o vejatorias (por el medio que sea) por motivos de raza, color de piel, origen étnico, nacional o social, género, discapacidad, orientación sexual, lengua, religión, posicionamiento político, poder adquisitivo, lugar de nacimiento o por cualquier otro estatus o razón».

Rubiales ya fue suspendido durante noventa días el pasado 26 de agosto, solo dos días después de ser expedientado mientras se analizaba su caso y en la jornada posterior a gritar en varias ocasiones ante la Asamblea General Extraordinaria de la RFEF que no pensaba dimitir por su actitud durante la final. En aquella ocasión se ordenó al dirigente que se abstuviera, «mediante él mismo o terceros», de contactar o intentar contactar con Jennifer Hermoso, que ya en ese momento había pedido medidas ejemplares contra Rubiales al afirmar que el beso no fue consentido.

Hubo que esperar dos semanas a que Rubiales cambiara de opinión. Fue en la noche del 10 de septiembre cuando Rubiales dimitió de todos sus cargos (también era vicepresidente de la UEFA). En el comunicado de renuncia hacía referencia a la veloz respuesta de la FIFA suspendiéndole y al resto de procedimientos abiertos contra él. «Es evidente que no podré volver a mi cargo. Hay poderes fácticos que impedirán mi vuelta», decía entonces.

«La FIFA reitera su compromiso absoluto de respetar y proteger la integridad de todas las personas, y de velar por que se respeten las normas básicas de la conducta cívica», expresa el órgano rector en el comunicado en el que ha hecho pública la sanción.

Horas más tarde, Luis Rubiales publicada una extensa carta en la que anunciaba su decisión de apelar la decisión de la FIFA, lo que servirá también para conocer la decisión fundamentada de la FIFA. En su nota, el expresidente de la RFEF asegura que llegará hasta la última instancia «para que se haga justicia», y critica que el órgano rector del fútbol mundial no le haya escuchado durante los 66 días que ha durado su suspensión cautelar. «Se solicitó audiencia para poder presentar en persona mis argumentos ante la Comisión Disciplinaria, pero se me denegó, sin explicar el motivo».

«He denunciado en repetidas ocasiones, ante la propia FIFA y ante el TAS, que la Comisión Disciplinaria desde un principio decidió incluir en el expediente únicamente las declaraciones de las personas que, según la prensa, habían declarado en mi contra ante la Audiencia Nacional», insiste Rubiales. «Noticias que ahondaban en una idea negativa hacía mí, sin tener en cuenta en ningún momento, cualquier noticia o publicación en ningún otro sentido. Entiendo que cualquier ente juzgador debe tener en cuenta todas estas pruebas disponibles y no solamente las pruebas que sustentan la versión de la parte que quiere condenarme».

En marcha la vía penal

La suspensión de tres años cierra la vertiente deportiva del caso. La penal, en cambio, sigue en marcha. Rubiales fue imputado el pasado mes de septiembre por la Audiencia Nacional por dos delitos de agresión sexual y coacciones. El expresidente declaró ante el juez Francisco de Jorge el día 15 de ese mes, y desde entonces han ido pasando por el juzgado los otros tres imputados por coacciones: el exseleccionador femenino Jorge Vilda, el director de la selección, Albert Luque, y el director de marketing de la RFEF, Rubén Rivera, así como numerosos testigos, entre ellos varias de las compañeras de Jenni Hermoso y varios empleados de la Federación, como el seleccionador masculino Luis de la Fuente.

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