entrevista
Unai Simon: «Leía cosas positivas y me creía el rey del mundo»
selección española
El portero de la selección se desligó de las redes sociales para evitar influencias y asegura que «me encanta tirarme en el barro, es más auténtico»
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Por fin hace calor en Donuaeschingen, la sede de España en la Selva Negra. El tiempo cambiante, lluvia, sol, frío, nubes, es una lotería y depara esta vez una mañana sofocante en charla con Unai Simon. Ligeras gotas de sudor caen por la frente del ... portero de la selección, que ha concluido hace unos minutos el entrenamiento. El guardameta del Athletic volverá a ocupar el cajón de titular ante Georgia, en el cruce de octavos de final de la Eurocopa (este domingo, 21.00 en Colonia).
—Aparenta ser introvertido, pero contundente en las respuestas…
—Bueno, podría ser una definición de mi persona, aunque no sé si tan aproximada. Soy distante con la gente que no tengo confianza. Soy un poco tímido, pero tampoco soy contundente con las respuestas. Creo que intento hablar lo más claro posible para que no se malinterpreten mis declaraciones.
—¿No le gustan las redes sociales?
—No me gustan. Al principio de mi carrera profesional con 21 años, cuando empecé con el Athletic, me influyó bastante leer comentarios tanto positivos como negativos en las redes sociales. Leía los positivos y pensaba que era el rey del mundo. Y cuando leía los negativos pensaba que me iban a echar del Athletic. Hice un esfuerzo bastante grande por desvincularme, me hizo bien y ahora, con más madurez, ya no me influye tanto. Sigo manteniéndome un poco al margen, sobre todo de opiniones personales. Al final no puedes estar al margen completamente de las redes sociales, porque te informas de muchas cosas de fichajes, de cosas que pasan a gente de tu entorno y de tu gremio…
—Tiene vínculos con Zamora. ¿Visita la tierra de sus antepasados?
—Hace mucho que no voy a San Marcial, el pueblo de mis abuelos. Solía ir en julio y agosto. Con este tema del fútbol llevo más de un mes sin ir a verlos, y me cuesta bastante estar separado de los abuelos. Siempre he ido todos los veranos a las fiestas del pueblo, a estar con mis amigos. Yo me he criado en Euskadi, soy de Vitoria, y me crié en un pueblecito que se llama Murgía. Siempre que puedo saco un rato para ir a San Marcial.
—¿Sigue estudiando ADE?
—No, lo dejé para estar centrado en el fútbol. Empecé fisioterapia y luego intenté hacer ADE, pero no me enganchó. Si no hubiese sido futbolista, me hubiera encantado ser fisioterapeuta, me gusta ese mundo de la medicina, del cuerpo humano.
—¿Por qué se hizo portero?
—Nada especial. En el equipo del pueblo, con 5 o 6 años, me puse de portero un día y no sé si es porque era grande o más gordito que los compañeros, me salieron bien las cosas. Luego en el fútbol 7, teníamos un campo de hierba natural que era un barrizal y a mí me encantaba tirarme en el barro.
—¿Le gusta el barro?
—Es mucho más auténtico. Estos días de lluvia y frío, de campo encharcado que a nadie le gustan, a mí me encantan. Me recuerdo ahí jugando en el pueblo. Y sigo conservando esa esencia de cuando era pequeño.
—Hay cuatro exporteros en el staff técnico de la selección. ¿Le beneficia o le perjudica?
—Tampoco hablamos mucho de ello, pero es curioso, sí. Lo que tengo que hablar de la portería, lo hablo con Remi (Remiro), David (Raya) o con Miguel Ángel (España, el preparador de porteros).
—¿Cómo lleva el juego de pie? Ya dijo que Luis Enrique le enseñó…
—Hay dos dos maneras de valorar el juego del pie, uno es la táctica y otro la técnica. Considero que la táctica la entiendo a la perfección, tomo buenas decisiones. Tengo que mejorar la técnica de golpeo, conseguir que el balón no coja mucha altura para que le llegue más rápido al compañero, que el pase sea más preciso y no conceder un metro a la derecha o a la izquierda, porque en estos niveles tienes que ser muy preciso. En las categorías inferiores del Athletic y en el primer equipo con Garitano era un juego más directo, no era tanto de influir con el portero en la salida de balón. Luis Enrique me enseñó la táctica, tuvo esa paciencia de educarme en la salida de balón y tiene bastante responsabilidad en que haya llegado donde estoy.
—¿En general no se abusa del juego de pie? ¿Un portero no debe parar y luego tal vez jugar?
—Yo pienso que el portero tiene que parar, si yo fuese entrenador un portero que no para en mi equipo no valdría. El fútbol en el que vivimos hoy, está todo tan igualado que tienes que buscar la superioridad con el portero. En los equipos que quieren tener el balón desde atrás, esa función es muy importante. No tanto de arriesgar porque un balón perdido es una ocasión de gol, sino de dar ayudas. Yo elegí ser portero de pequeño y lo asumo.
—¿Es el peor puesto en el fútbol o el mejor?
—Los fallos se ven más y los aciertos se ven menos. Pero eres portero y tienes que asumir que el fútbol son goles y tú estás haciendo lo contrario. Intentar evitarlos. Si quieres ser la estrella del equipo, hazte delantero.
—Es la soledad del portero, ¿siente que todos van contra usted?
—No sé. Tienes a 10 tíos por delante que están haciendo todo lo posible para que no te tiren. Tú eres el último reducto del equipo, la última opción, tienes que estar preparado para actuar.
—También es el que está más cerca del público. ¿Escucha los insultos?
—Aquí en la Eurocopa, si me insultan no entiendo nada de lo que me dicen. Es peor jugar un partido de Copa del Rey con 300 espectadores detrás que un partido de Liga con 5.000 detrás, porque al final de los 300 son 10 los borregos que te van a decir cosas. De los 5.000 hay 500 borregos que te dicen cosas y no se entiende nada. Soy un poco lelo para esas cosas.
—España es un país de porteros fantásticos. Iríbar, Arconada, Zubizarreta, Casillas… Usted es el siguiente en la lista de la selección.
—No, no, no me considero a la altura de Iríbar, no me voy a poner nunca por mucho que consiga todos los títulos de aquí al final de mi carrera, porque lo que ha significado para el Athletic, para mí y para todo mi entorno nadie lo va a igualar. Y a la altura de Íker o Zubizarreta, tampoco. Han levantado muchos títulos y yo soy Simon e intento hacer mi camino.
—En la portería de la selección no hay mucho debate…
—Nunca sabes cuando van a pasar cosas inesperadas o cuando va a suceder algo que no está previsto.
—¿Le gusta estar siempre alerta?
—Sí, me gusta. En el fútbol de élite cuando no estás al nivel, siempre hay alguien que lo va a estar. Así que tienes que intentar demostrar ser mejor que los compañeros que tienes alrededor, siendo un buen compañero.
—Por el oficio de sus padres, guardia civil y ertzaina, ¿ha tenido una educación más recta?
—No es un tema del que me guste hablar, pero tampoco quiero que se me caracterice por ello. Mis padres me han dado la educación de un chaval de pueblo, de Murguía, y con valores. Disciplina, gratitud, fidelidad, soy agradecido con los que me han dado todo y si a eso le sumas los valores que también me han inculcado en el Athletic, han conseguido la persona que soy. Les estoy muy agradecido, son dos pedazos de padres, pero yo estoy totalmente al margen de sus oficios. Soy Unai Simon, portero de la selección española y del Athletic y hago mi camino.
—¿Cómo es ir en la gabarra?
—Todavía no lo valoramos tanto como pensamos. Siempre ha sido un sueño pero en sueños no te imaginas cómo es estar ahí dentro, con tanta gente alrededor de la ría durante horas, gente que veíamos subida en los andamios, en edificios, azoteas, casi dos millones de personas para vernos a nosotros. Yo me paraba en la barandilla y veía gente y gente y gente. Con el paso del tiempo cada vez que lo recuerdo me emociono más. Y cada vez me vienen sentimientos más bonitos cuando lo recuerdo. Fue muy bonito no solo para nosotros, sino para todos esos familiares que pensaban que sus hijos o sus nietos no iban a ver algo así, ahora lo han visto y es algo maravilloso para todos.
—Si está jugando la Eurocopa, no será muy grave la operación de la muñeca que tiene que hacerse...
—No es nada, lo que pasa es que hay que operar porque es la única solución. No es una operación grave, como ves no es algo que me vaya a afectar en el rendimiento. Ahora mismo está perfectamente para el domingo.
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