Fútbol
La realidad detrás del asombroso '91.553'
El fútbol femenino se congratula del récord de asistencia durante el clásico de la Champions, pero se abraza a un discurso prudente sobre la evolución y confirmación real
Noche de récord en el Camp Nou
'Cazan' a dos jugadoras del Barcelona riéndose de la portera del Real Madrid

Un récord impensable hace apenas cinco años. Los 91.553 espectadores que se citaron este pasado miércoles en el Camp Nou para ver el clásico femenino de la Champions League han marcado un hito que ha abierto un intenso debate. ¿Espejismo, oportunidad o ... tendencia? ¿Impacto puntual y artificial para el récord Guinness o un paso real del fútbol femenino? Las reacciones no se han hecho esperar y la multitud de elogios y parabienes recibidos contrastan con un discurso reflexivo sobre la evolución de este deporte y cómo consolidar el auge experimentado.
Aún ebrios por el éxito logrado, diferentes personalidades del mundo del balón se congratulaban por el premio a tanto tiempo de trabajo. «Los sueños sí se cumplen. Se ha hecho historia y se ha establecido un nuevo récord mundial. Orgullosa de haber presenciado cómo se ha llegado hasta aquí, orgullosa de nuestro juego. Una noche para recordar», se regocijaba Nadine Kessler , máxima responsable del fútbol femenino de la UEFA y Balón de Oro en 2014. Un discurso al que se sumaban dos de las figuras más mediáticas del balompié femenino, Alex Morgan y Megan Rapinoe , estrellas de la selección de Estados Unidos. «¡Un público apropiado para el equipo que está en el terreno de juego! Me encanta verlo», apuntaba Rapinoe, Balón de Oro en 2019.
El récord trascendió las barreras del deporte. Si Iniesta, Lola Gallardo, Virginia Torrecilla, Vicky Losada, Xavi Hernández o Carles Puyol se felicitaron por cómo el deporte puede ser un gran vehículo para provocar cambios sociales y de mentalidad colectiva, con el que reivindicar el empoderamiento de la mujer en la sociedad actual, políticos como el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, también se hacían eco de la gesta.
Pero conforme se iba rebajando el suflé y la euforia iba dejando paso a la realidad, voces conocedoras de la situación real del fútbol femenino avisaban de la transitoriedad que puede tener este récord si no se sigue apostando por el deporte femenino. El Atlético de Madrid, incapaz de llenar su campo habitual en Alcalá de Henares tras reunir a 60.000 espectadores en el Metropolitano en el anterior récord español vigente, es un claro ejemplo. Xavier Vilajoana, directivo del Barcelona bajo el mando de Bartomeu, fue el que decidió apostar por las féminas junto al vicepresidente Jordi Mestre. Integró el fútbol base femenino con el masculino, promovió su entrada en La Masía y les concedió un campo propio de hierba natural. «Para que esto sea una realidad falta mucho camino. Esperemos que lo que sucedió en el Camp Nou acabe de abrir los ojos a mucha gente . Es un buen inicio pero falta un gran final. En el Barça ya es una realidad, pero para que tenga importancia necesitamos unos cuantos compañeros de viaje», explica a ABC.
«A nivel europeo hace falta que todos los equipos punteros apuesten, eso todavía no pasa y con más motivo en la Primera Iberdrola. Esto requiere un cambio profundo, desde la base. No puedes hacer como el Madrid, que solo ha apostado por un primer equipo. Los proyectos se deben construir desde la base y no sé si todos los equipos están dispuestos a ello», añade.
España es uno de los grandes mercados para el fútbol femenino, con un presupuesto medio por club de 570.000 euros , superados en Europa solamente por Inglaterra y Noruega. La competición española destaca por la participación de un 22% de equipos no dependientes de uno masculino. Los patrocinios y la televisión, con un 27% y un 21% respectivamente, representan la principal fuente de ingresos de los clubes. La asistencia media a los partidos fue de 749 espectadores antes de que estallara la pandemia. Cifras que contrastan con las que presenta el Barcelona, que con un promedio de 2.787, ofreció la mejor entrada de la Liga en la temporada 2019-20. Este año sumaron 3.549 espectadores ante la Real Sociedad (8-1).
«Estamos en el camino y se ve que el fútbol femenino interesa, pero también la realidad vivida el miércoles, fuera de contexto, no es la realidad actual », incide Mariajo Pons, exportera de Barcelona y Espanyol. «Cuando los partidos de Liga llenen el Johan Cruyff, que tiene una capacidad para 6.000 espectadores, estaremos más cerca de una realidad total. Si al partido que no le han dado tanto bombo solo acuden mil personas, nos encontramos ante una realidad distorsionada. ¿Es el camino a seguir? Obviamente. ¿Está lejos de la realidad? No. ¿Pero es la realidad actual? Tampoco», insiste la excancerbera, que no le quita importancia a la gran cantidad de entradas que regaló el club ni al bajo precio de las que se vendieron (9 euros): «Es un pasito. Aunque solo fueran nueve euros y el socio no pagara, al final estás pagando por ver fútbol femenino y eso era impensable hace unos años».
Xavi Llorens, entrenador que inició la profesionalización del Barça, también se abraza a la prudencia. «Es una realidad, lo que no podemos pretender es que cada vez que haya partido vayan 90.000 personas al campo... Pero el femenino ha llegado y ha llegado para quedarse». «Hay que ver que si la Liga da un paso adelante y a nivel de Europa está claro que solo hay cuatro o cinco equipos que apuestan por el femenino. Es una buena señal pero hay mucho que hacer. No nos podemos relajar. No siempre será tan bonito como este miércoles, pero espero que no sea nunca más como lo que yo me encontré hace 15 años , que nadie nos hacía caso», avisa.
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