Último chequeo al 'Mazarrón 2' antes de su rescate en un año
Un equipo de arqueólogos subacuáticos examina el estado del pecio fenicio del siglo VI a.C. y traza un minucioso mapa de sus grietas para decidir las mejores soluciones sobre su próxima extracción
Tres nuevos pecios descubiertos en un gran cementerio de barcos del Mediterráneo

Ha sido un striptease fugaz del Mazarrón 2, un destape de apenas unos días del pecio más antiguo de España que aún preserva su arquitectura naval. Este barco fenicio del primer tercio del siglo VI antes de Cristo que yace en la Playa ... de la Isla de la localidad murciana que le da su nombre ya ha sido revestido de arena fina, en el sarcófago metálico que desde hace unos años trata de protegerlo, a la espera de su última partida.
Si todo transcurre según lo previsto, zarpará dentro de un año por última vez, desprovisto del cargamento de tortas de escoria de plomo que transportaba cuando naufragó hace más de 2.500 años. La pequeña embarcación costera de ocho metros de eslora y dos de manga, o mejor dicho, los restos que quedan de ella y que ahora se encuentran a merced de que un fuerte temporal se los lleve por delante 'navegarán' tierra adentro en una delicada operación de rescate.
Antes de que la Comisión de Seguimiento del Mazarrón 2, formada por expertos en arqueología subacuática y responsables de las administraciones públicas, se reúna el próximo otoño para decidir de forma colegiada cómo se llevará a cabo la extracción, el equipo de especialistas de la Universidad de Valencia (UV) que dirige el investigador Carlos de Juan ha examinado desde el pasado 12 de junio al detalle el pecio y está a punto de concluir este lunes sus trabajos.

En videoconferencia desde Mazarrón, este arqueólogo subacuático experto en arquitectura naval indica a ABC que el estado de la embarcación fenicia «es el esperado en un pecio arqueológico naufragado por un temporal, sepultado rápidamente bajo la arena con un peso de casi tres toneladas de cargamento, que ha sufrido esta compresión y los vaivenes y vibraciones de los sucesivos temporales que ha resistido. Todo eso ha provocado que la madera se haya ido fracturando, separando, como es habitual en estos contextos».
En un informe del Museo Nacional de Arqueología Subacuática Arqva de 2019 que muestra en la pantalla ya se recogían multitud de fracturas en la madera de la proa que los arqueólogos están constatando ahora en toda la embarcación. «Con el paso del tiempo y tras tantos años en el agua la madera ha perdido la celulosa, queda menos madera» explica De Juan. Aunque las imágenes generales dan la apariencia de un barco de una pieza, consistente, el director científico de este equipo de investigación de la UV formado por ocho arqueólogos subacuáticos y una conservadora asegura que de cerca se aprecian multitud de roturas, separaciones completas de las maderas y numerosas fisuras. «El pecio no está de una pieza», subraya.
Desmontado en porciones
Los arqueólogos subacuáticos están documentando minuciosamente todas estas afecciones para desmontar el Mazarrón 2 en porciones, usando las roturas existentes y las juntas de carpintería. «Generaremos piezas que requieran la mínima intervención quirúrgica. Si el tiempo las ha formado, las aprovecharemos y si no, tocará intervenir quirúrgicamente para prepararlas con el tamaño adecuado para la máquina de liofilización de Arqva -con una anchura de un metro o 1,20 m- donde serán tratadas para su conservación», avanza.
De Juan recalca que «no vamos a cortar el pecio a trozos con una sierra de podar palmeras o una motosierra». Las «separaciones mecánicas» serán «cortes con bisturí» en puntos de apenas 3 centímetros de grosor, asegura. Y las separaciones de este valioso puzle serán decididas por el equipo de trabajo y una comisión asesora compuesta por especialistas de renombre internacional. «No será el criterio de un técnico, de un arqueólogo o de un conservador, sino que se tomará una decisión colegiada porque este bien de interés cultural así lo merece. Es un 'unicum' de la arqueología española y nos lo tomamos muy en serio», declara.
«No vamos a cortar el pecio a trozos con una motosierra». Las «separaciones mecánicas» serán «cortes con bisturí»
Carlos de Juan
Director del equipo de arqueólogos subacuáticos de la Universidad de Valencia
El pecio «está tan roto» que De Juan cree que apenas habrá que intervenir ya que se podrán elegir las separaciones entre las múltiples fracturas existentes. A su juicio, sería además «un contrasentido» tratar de extraer el pecio en bloque con una inversión millonaria «cuando ningún laboratorio, ni Arqvatec, puede tratarlo después de una pieza» y tendría que separarlo en tierra.
El Mazarrón 2, explica, no plantea la misma problemática que el 'Mary Rose' de Enrique VIII o el 'Vasa' de Gustavo II Adolfo, dos buques simbólicos para el Reino Unido y Suecia construidos en los siglos XVI y XVII, que se rescataron de una pieza. Estos se hundieron en frías aguas con apenas fauna xilófaga que se alimenta de madera y «son barcos de otra arquitectura naval y de otra madera, no una pequeña embarcación construida con tablones de pino que ha perdido completamente la celulosa».
En el Museo Departamental de la Antigua Arlés, en Francia, se conserva una barcaza romana de 30 metros de eslora, el Arles Ródano 3, que se extrajo del río también en porciones y ahora, una vez restaurada, solo un ojo experto aprecia las junturas. Ése será el proceso que previsiblemente seguirá el Mazarrón 2.
El Ministerio de Cultura dio el visto bueno a la extracción del Mazarrón en marzo de 2021, tras años de estudio y seguimiento por parte de expertos que así lo aconsejaron ante la amenaza latente de su desaparición. Según refiere De Juan, la construcción de un puerto deportivo en la zona encajonó las corrientes submarinas que erosionaron la playa y su fondo submarino, dejando expuesto al Mazarrón 2, que perdió ese «cojín protector» de arena que lo cubría.
El pecio se protegió con una caja fuerte metálica que, además de que se ha ido deteriorando con el tiempo, al estar instalada sobre un fondo arenoso se ha ido hincando en él por sus lados verticales, poniendo en riesgo a la antigua embarcación. Un peligro cierto, según han atestiguado en los trabajos de estos días porque la presión del sarcófago sobre el pecio está ampliando algunas fracturas.
Tras considerar diversas opciones, ante la dificultad de preservar el pecio 'in situ' y tras largos y enconados debates, se optó finalmente por su rescate, «una decisión que en este caso ha sido avalada por la Unesco», recuerda el investigador de la UV, una universidad que busca abrir una línea de formación de nuevos especialistas en arqueología náutica y subacuática.
Rescatado en 2024
Si no hay contratiempos, De Juan estima que al inicio del verano de 2024 el Mazarrón 2 habrá sido extraído y llevado al laboratorio de Arqva para su conservación y restauración, antes de ser expuesto en el lugar donde finalmente finalmente se decida. «Hay garantías de éxito», asegura.
Este lunes finalizarán las labores de tapado del pecio para su conservación y con todos los datos e imágenes tomadas en estos días se redactará un informe diagnóstico y se elaborará un modelo en 3D que ayudará a tomar futuras decisiones, tanto sobre las piezas en que se desmontará y se montará de nuevo el rompecabezas, como sobre los métodos que se emplearán para su traslado y tratamiento.

Rocío Castillo, arqueóloga subacuática de Arqva que está participando en el análisis del Mazarrón 2, señala en conversación telefónica que desde el museo de Cartagena se está colaborando en la realización dela nueva fotogrametría del estado actual del pecio «y también en una serie de toma de muestras de aguas y maderas para analizar cómo está el barco a nivel interno y cuál es su estado de conservación». Además, a petición de Arqva, el Ministerio de Cultura ha invitado a colaborar a Marco Ciabattoni, del Instituto Superior de Conservación y Restauración de Roma (ISCR), que está asesorando sobre un sistema de moldes utilizado en Italia en yacimientos a poca profundidad, como el de la nave fenicia. También Luis Carlos Zambrano, del Museo de Cádiz, está aportando su experiencia como conservador, trabajando en los ensayos con moldes que se llevan a cabo en Arqva.
«Siempre se ha hablado de un método para extraer las porciones del Mazarrón 2, pero en esta campaña, atendiendo a las experiencias de los colaboradores de Arqva que han venido, mi reflexión (y lo que trasladaré a la comisión) es que debemos aplicar varios métodos, según la parte del pecio que queramos extraer», comenta Carlos de Juan. Soluciones a medida, bien pensadas, para que un mismo molde albergue a la pieza en todos los procesos, desde su transporte, a su desalación o liofilización. «Así habrá una mínima reactuación sobre las maderas, sufrirán menos y ganaremos en calidad», considera.
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