Literatura taurina
Paco Aguado: «Morante es imprescindible para la supervivencia del toreo»
El periodista y escritor amplía con la editorial sevillana El Paseíllo un ensayo que publicó en el año 2011, cuando el genio de La Puebla del Río aún estaba a medio camino de su sublimación artística
Morante de la Puebla toreará el Domingo de Resurrección en la Maestranza

Un hombre «reconciliado consigo mismo», un estudioso que ha devorado toda la historia de la tauromaquia, un genio que ha alcanzado la cima de las artes plásticas. De eso trata esta revisión y ampliación del libro 'Por qué Morante', un ensayo que se publicó por ... primera vez cuando el diestro aún estaba a medio camino de la dimensión suprema alcanzada durante estas tres últimas temporadas y que ahora se remata con el autor poniendo negro sobre blanco a la etapa más gloriosa del último genio de la tauromaquia.
–¿Qué encontrarán los lectores?
–Una reflexión del toreo, a propósito de Morante.
–¿De qué reflexiona más: de Morante o del toreo?
–De los dos; reflexionar de Morante te lleva a lo más hondo del toreo.
–¿Es Morante el custodio de la historia de la tauromaquia?
–Es uno de los toreros con más cultura taurina que he conocido nunca. De saber y de torear por muchos toreros. Cuando uno ve torear a Morante, ve la historia del toreo, adaptada al siglo XXI. Eso te lleva a reflexiones más profundas de las que puedes sacar con un torero cualquiera.
–La primera parte de este ensayo coincide en el tiempo con la prohibición de los toros en Cataluña, ¿ha cambiado demasiado el mundo de los toros desde entonces?
–Sí, un cambio a mal, que viene motivado primero por la crisis del 2008 y después, cuando ya se iba recuperando, por la pandemia. El toreo vivía en unas cifras muy infladas por culpa del ladrillo. La tauromaquia se mantiene porque tiene una fuerza tremenda.
–¿Y hay diferencias entre el Morante del 2011 y el del 2023?
–Pues es un torero más hondo. Al final, el artista expresa lo que lleva dentro, y Morante tiene un mundo interior muy profundo que se ha acrecentado en estos últimos doce años.
–El torero no interviene en el libro.
–A los toreros hay que verlos con una cierta distancia. La implicación excesiva te hace perder capacidad de análisis. Morante es el que es. Con un mínimo de visión y de tranquilidad, y conociendo algunos detalles íntimos, se conoce por qué se comporta como se comporta. Morante se expresa toreando, que es su mejor capacidad de expresión y su dimensión más honda, sincera y real.
–¿Son esos detalles «íntimos» los que le hacen especial?
–Los grandes genios de la historia no han sido muy estables mentalmente; quizás por eso son genios, porque tanta potencia artística no es soportable por un hombre cualquiera. Casi todo es perdonable cuando alcanza lo que alcanza delante del toro. Es condición 'sine qua non' la de no someterse a la normalidad del resto de mortales.
–¿Puede pensar el biógrafo de Joselito que Morante es el que mejor ha toreado de todos los tiempos?
–A los toreros hay que ponerlos en su contexto. A Joselito y Belmonte hay que adaptarlos a los tiempos. Los toreros son hijos de su época. Morante está entre la lista de los elegidos de la historia. Que la gente le ponga el ordinal que quiera.
–¿Le apena que no haya existido una rivalidad más intensa con José Tomás?
–Sí, pero las circunstancias vinieron así, las carreras fueron siempre por separado y las motivaciones fueron muy distintas, pero creo que Morante y José Tomás, cada uno en sus vertientes, son la cima del toreo.
–La primera parte del libro se la encarga Andrés Sánchez Magro tras una faena de poco reconocimiento a un toro muy difícil en Bilbao y la segunda se acuerda con David González Romero tras el rabo de la Maestranza. Parece una metáfora del fondo torero de Morante: de la vertiente técnica y lidiadora a la brillantez artística.
–Totalmente. Morante no se puede analizar separando una parte de la otra. Si Morante es un artista tan especial y descomunal es porque es un auténtico prodigio de la técnica y porque tiene un valor arrollador. Aparte de una cabeza extraordinaria para el toreo.
–¿Cree que Morante se aproxima al último capítulo de su carrera?
–No, aún le quedan muchas páginas por escribir. Todo depende de él, de que siga ilusionado y motivado. El papel de Morante sobrepasa su propia carrera. Tal y como está la situación del toreo, con una cierta monotonía, Morante es un referente imprescindible para la supervivencia del toreo, tal y como entendemos el toreo. Ahora mismo es el espejo en el que se miran muchos toreros, aunque sea inimitable. La filosofía de su arte sirve de guía para mucha gente.
–¿Es guía por su clasicismo, por su arte, por su valor...?
–Por todo, porque todo lo que hace es verdad, para bien o para mal. Y hay una profundidad de planteamiento y una hondura que nos hacen ir a las plazas y que nos sacan los oles desde las tripas. Con Morante todos sabemos que vamos a un acontecimiento que no se parece a ninguno de los que tenemos en la oferta de espectáculos del panorama.
–Los partidarios del torero se bifurcaban entre diferentes épocas de su carrera, especialmente por aquellos años 2005 y 2006, hasta que apareció el Morante pospandemia, que ha superado todos los registros anteriores.
–Con diferencia. Todos los artistas tienen etapas, como por ejemplo pasó con Picasso. En cada momento hizo cosas muy especiales, pero el momento más hondo es el de ahora, porque para bien o para mal ha vivido más. Ya Morante sabe quién es, se ha reconciliado y se siente a gusto consigo mismo.
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