FERIA DE Begoña
La triple puerta grande de la reconquista taurina de Gijón: ¡y la plaza no se cayó!
Castella, Talavante y Rufo salen a hombros en el broche de la feria en la que se recuperó la libertad de ir a los toros en el Bibio
El Juli indulta el primer toro de la historia del Bibio

Ser. Vivir. Sentir. La Gijonomía que pasea por la capital de la Costa Verde penetró de lleno en el Bibio. El trébol de aquellos verbos era el trébol de la afición: ser, vivir y sentir. Una pasión, una obsesión. Las mismas que impulsaron a ... Carlos Zúñiga a crecerse ante el castigo de una tal González, la alcaldesa que lanzó el tratado de los absurdos sobre machismos y feminismos en el bautismo de los toros. Puede respirar tranquila la señora Ana: los ganaderos no han tenido noticias de ninguna manifestación en los cercados. Ni siquiera de las vacas más feministas, que alegremente enviudaron mientras los machos de la familia pasaban a otra vida. Incluso a uno, Caritativo, le aguarda ya la plenitud de procrear.
Qué momentazos nos regaló el broche de feria: desde aquel que desplegó con toda la guasa en el palco del 12 una bandera de España donde se leía 'Peña taurina la sobrina de Gervasia', a esa voz radiofónica inconfundible para los asturianos de Domingo Nieto, que entonó con mucho arte que la plaza no se había caído y nos invitó a todos a citarnos en la próxima Feria de Begoña «si Dios quiere, y como me consta que Dios es una gran aficionado, querrá».
Redondo como una pelota el primero de José Vázquez, de agradable cara y de reservón comportamiento en el capote. Se le notaba su cinqueña edad. Se dobló Sebastián Castella en el prólogo con torero poderío, embarcando la embestida por abajo. Toreando de verdad. Se encajó en la primera ronda, pero tuvo que darle más aire en la siguiente para no atacarlo tanto y administrar su fondo. Mucho había que oxigenarlo, de tan atacado de kilos como andaba, pero luego respondía con obediencia al buen trato del francés, que enseñoreó su temple. Sensacional un natural. Y enorme la firmeza que presidió su entonadísima faena. «¡Maestro, gracias por volver!», le gritaron desde el tendido. Con Humilde encogido y pidiendo la muerte, se perfiló hasta enterrar una estocada. Suya fue la primera oreja.
Palaciego perdía las fuerzas por las alfombras de arena del Bibio. Con ayudados por alto arrancó Talavante, que se entretuvo en afarolados y se inventó unas luquecinas en mitad de faena. Un arrimón se pegó con guiños al tendido aprovechando la bondad del listón. Las bernadinas pusieron el broche antes de pasear un trofeo.
Y por fin la verónica apareció: intenso el saludo de Tomás Rufo, que acarició la embestidas en dos lances al ralentí. Pura maravilla antes de bordar la media. Pero el guapo toro, por no llevar la contraria a sus hermanos, también flojeó. Mucho más este que ninguno, que el toledano brindó a Carmen Moriyón, que tenía a su vera a una aficionada de pro, Pilar González del Valle. Anduvo listo Rufo, que midió los tiempos y las alturas. Suave todo para mimar a Henil, que guardaba en su interior el heno de la nobleza y la calidad. Pero no podía con su alma. Perfecto anduvo el torero, pero, claro, faltaba la chispa de la emoción del toro, de tan perfectas hechuras como ausencia de poder. A su antojo jugó rufo con aquel carretón llamado Henil. La piel más dura que los remos tenía. Que Tomás empujó con el acero y aquello no entraba.
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Ni para un análisis picaron al engatillado y blandito cuarto, que se movía rebrincado en la muleta de Castella. Tiró de su veterana técnica, más fresca desde su reaparición. Qué pena que protestara por su falta de fuerzas, porque Lucense sacó fondo y tenía intención de meter la cara y seguir. En las distancias cortas se entregó el de Béziers con un soberano arrimón. A Sebastián no se le ha ido el valor en su tiempo de retiro: al contrario, viene con los espolones crecidos. Alargó esta vez como en los viejos tiempos y se anotó un aviso antes de la hora final. La oreja que le abría la puerta grande no se le escapó.
Más simplón el más alto quinto, de menor fijeza y más dificultoso para las banderillas. Esperaba y complicó el tercio, aunque metió bien la cara en el capote durante la lidia. En busca de la salida a hombros, Talavante echó las dos rodillas por tierra, por delante y por detrás, en una larga apertura. Sin limpieza pero intensa. En cuanto se puso de pie, la plaza fue una algarabía de «¡vivas!» a España, a Asturias y a Moriyón. Hasta un «cántale al toro Talavante» cuando vieron que Nórdico era remiso a embestir. «Vamos, bonito», le animaba el extremeño, que dejó algún natural encajado. Con dispuestísimo valor cerró como empezó: de hinojos. Y el de Vázquez, que ni se cayó ni se entregó, dijo que nones, que no quería pasar. El desplante a cuerpo limpió subió la temperatura. Con más voces que pañuelos pidieron la oreja que le aupaba en volandas con el lote más deslucido.
Qué despacito voló el capote Rufo al redondo sexto, que salió de najas tras el trasero puyazo. Se desmonteraron los hombres de azabache con los palos y el de plata, el matador, se postró de rodillas. Emocionante. Como emocionante parecía la embestida de Estoico. Un espejismo su engañosa movilidad. Por inercia en aquella tanda diestra. Nada más coger la zurda el toro cambió a peor. Se paró en mitad de algún muletazo y echó la cara arriba, sin clase y sabiendo lo que se dejaba atrás. Muchas ganas le echó el de Pepino, que se embolsó las dos orejas que inmortalizaban la estampa de la felicidad completa: la triple puerta grande de la reconquista taurina del Bibio. Ser, sentir, vivir... ¡Gijonomía!
Feria de Begoña
- Plaza de toros del Bibio. Viernes, 18 de agosto de 2023. Última corrida de la Feria de Begoña. Alrededor de media entrada. Toros de José Vázquez, de hechuras bien comidas y bonitas caras, flojos de remos pero con fondo de clase y nobleza en conjunto; los peores, 5º y 6º.
- Sebastián Castella, de azul marino y oro. Estocada desprendida (oreja). En el cuarto, media tendida. Aviso (oreja).
- Alejandro Talavante, de tabaco y oro. Estocada tendida (oreja). En el quinto, pinchazo sin soltar y estocada trasera desprendida (oreja).
- Tomás Rufo, de azul metálico y plata. Pinchazo, otro hondo y descabello (saludos). En el sexto, estocada caída (dos orejas).
Posdata a la sobrina de Gervasia, que puede ya dormir tranquila: señora, la plaza de toros de Gijón no se ha caído y vive para contar que en 2023 recuperó la vida, la libertad y el uso para el que fue edificada. Tiene razón Nieto: Dios existe.
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