Preocupación por el estado de salud de Salman Rushdie, pierde un ojo y la movilidad de una mano tras el ataque
Su agente literario Andrew Wylie describió las heridas sufridas por el autor como «profundas», aunque declinó confirmar si el escritor seguía en el hospital
Esperando a Rushdie, por Jesús García Calero

Salman Rushdie perdió la vista en un ojo y el uso de una mano tras el ataque en el escenario de un evento literario en el oeste de Nueva York el pasado mes de agosto.
Ha sido su agente literario Andrew Wylie, que representa a gigantes de la literatura como Saul Bellow y Roberto Bolaño, describió el alcance de las lesiones que sufrió Rushdie en el «brutal» ataque en una entrevista con el periódico 'El País'.
Wylie describió las heridas del autor como «profundas», y señaló la pérdida de visión de un ojo. «Tenía tres heridas graves en el cuello. Tiene una mano incapacitada porque le cortaron los nervios del brazo. Y tiene unas 15 heridas más en el pecho y el torso«.
El agente declinó decir si el autor de 'Los versos satánicos', de 75 años, seguía en el hospital más de dos meses después de que la policía dijera que un hombre de 24 años de Nueva Jersey apuñaló al escritor en el cuello y el torso justo antes de que Rushdie diera una conferencia en la Institución Chautauqua, un retiro a unos 19 Km. del lago Erie.
El novelista fue trasladado de urgencia al hospital tras sufrir graves lesiones en el ataque, entre ellas daños en los nervios del brazo, heridas en el hígado y la probable pérdida de un ojo.
El ataque se produjo 33 años después de que el ayatolá Ruhollah Jomeini, entonces líder supremo de Irán, emitiera una fatua, o edicto religioso, en la que pedía a los musulmanes que asesinaran a Rushdie unos meses después de la publicación de 'Los versos satánicos'. Algunos musulmanes consideraron que algunos pasajes de la novela sobre el profeta Mahoma eran blasfemos.
Rushdie, que nació en la India en el seno de una familia musulmana de Cachemira, ha vivido con una recompensa por su cabeza y ha pasado nueve años escondido bajo la protección de la policía británica.
Aunque el gobierno iraní del presidente Mohammad Jatamí, favorable a las reformas, se distanció de la fatua a finales de la década de 1990, la recompensa multimillonaria que pendía sobre la cabeza de Rushdie siguió creciendo y la fatua nunca se levantó.
El sucesor de Jomeini, el líder supremo ayatolá Alí Jamenei, fue suspendido de Twitter en 2019 por decir que la fatua contra Rushdie era «irrevocable».
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El hombre acusado de atacar al novelista se ha declarado no culpable de los cargos de intento de asesinato en segundo grado y de agresión. Está detenido sin fianza en una cárcel del oeste de Nueva York.
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