El pecio donde se halló el Mecanismo de Anticitera que busca Indiana Jones sigue desvelando pistas sobre su misterio
Los investigadores han encontrado nuevos restos humanos y mármoles en el lugar donde apareció el conocido como «primer ordenador de la historia», que es protagonista de la última película del famoso arquólogo
Qué es el mecanismo de Anticitera, el objeto real buscado por Indiana Jones

En el año 60 a.C., una embarcación comercial de unos 40 metros de eslora, atravesaba las aguas del Egeo entre la isla de Creta y la isla de Anticitera, al sur del Peloponeso. Como era habitual en las embarcaciones comerciales de la época, ... la bodega viajaba repleta de cientos de ánforas llenas de vino, objetos de cerámica y vidrio, junto con espectaculares esculturas a tamaño natural en bronce y mármol. Por causas que permanecen aún desconocidas para la comunidad científica, la embarcación se hundió y, con ella, los objetos de arte que viajaban en ella.
Corría el año 1990 cuando dos pescadores de esponjas griegos, equipados con escafandras y un sistema de cables que les permitía obtener oxígeno desde la superficie, descendieron a más de 40 metros de profundidad en el mismo lugar donde, un par de milenios antes, se había producido el trágico naufragio. Mientras recogían esponjas se dieron de bruces con las esculturas en bronce y mármol que esperaban pacientemente a ser descubiertas desde hacía siglos en el fondo del mar. El descubrimiento revolucionó el mundo de la arqueología subacuática, sobre todo por la riqueza de los objetos que transportaba el barco.

Durante las primeras campañas de excavación se hallaron las célebres esculturas del Efebo de Anticitera y la gigantesca estatua de Hércules de mármol, ambas custodiadas en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas. Pero sobre todo, el denominado «Mecanismo de Anticitera», un complicadísimo sistema de metal que servía para orientarse y que sigue sorprendiendo a la comunidad científica y fascinando a los creadores de ficción. Tanto es así que es la reliquia protagonista de la última película de Indiana Jones en la que el famoso arqueólogo tiene que recuperar un mecanismo similar a aquel que supuso una revolución en el conocimiento de la tecnología en la Antigüedad.
El Mecanismo de Anticitera: el primer ordenador de la historia
Desde tiempos remotos, la Luna sirvió para los antiguos pobladores de lo que hoy es Grecia como brújula en actividades cotidianas como la caza o la pesca, que dependían completamente de los ciclos lunares. En este contexto y durante toda la Antigüedad, se crearon calendarios y mecanismos basados en los movimientos lunares y estelares. De ellos, el único que ha llegado hasta nosotros es el denominado «Mecanismo de Anticitera», una especie de ordenador que, entre otras cosas, registraba las fases de la luna y servía para orientarse en alta mar. El mecanismo fue encontrado durante las primeras campañas de excavación que se llevaron a cabo en la zona del naufragio. Cuando los restauradores consiguieron liberar el objeto de la capa de coral y otros restos marinos que lo cubrían, ante sus ojos tenían uno de los hallazgos más relevantes de la historia de la arqueología mundial: el primer ordenador de la historia de la humanidad.

Las labores de excavación, que continúan a día de hoy, siguen sacando a la luz interesantes datos relacionadas con el pecio pero también de esta zona del Mediterráneo que, según los expertos, era uno de los puntos de paso de una de las rutas comerciales más importantes de la Antigüedad.
Una de las rutas comerciales más transitadas
Según investigaciones recientes, en el pecio y los alrededores se han encontrado materiales posteriores al hundimiento de la embarcación, entre ellos, restos de cerámica de época bizantina. Los estudiosos creen que esto se debe a que este punto formaba parte de una de las rutas comerciales más transitadas durante siglos, y que debieron caerse por la borda de otras embarcaciones o, incluso, ser producto de naufragios en siglos posteriores. De momento, se están investigando todos los objetos rescatados del fondo marino y se espera que en pocos años se hagan públicos los resultados de las investigaciones.
Hallazgos recientes
En la campaña que tuvo lugar entre mayo y junio de este año, los hallazgos han superado las expectativas de los investigadores. Entre los objetos recuperados, se han encontrado restos óseos humanos. Un grupo interdisciplinar de investigadores, entre los que se encuentran profesionales de los ámbitos de la arqueología, física, geología y química, ha conseguido rescatar, además de los restos humanos, otros objetos e información relevante referente a las condiciones de conservación del pecio, así como del rumbo que llevaba y de las condiciones en las que se produjo el naufragio.
Los restos de la embarcación se encuentran en un punto bastante expuesto a las corrientes y en cuesta, lo que dificultó durante años la extracción de datos estratigráficos. No obstante, durante los trabajos del año pasado, los buzos consiguieron retirar varias rocas y restos que han facilitado las labores de los expertos este año y han conseguido extraer una secuencia estratigráfica que se espera aporte luz la investigación sobre el hundimiento del barco. En una cuadrícula de 2x2m realizada por los arqueólogos, se han descubierto restos óseos humanos que los investigadores creen que pertenecerían a más de un náufrago, así como objetos de cerámica y vidrio y clavos y restos de madera pertenecientes al casco de la embarcación que están siendo analizados en un laboratorio.

Cabe destacar que durante la campaña del pasado año fueron recuperados dos dientes humanos y varios elementos de mármol como la base y una cabeza de una estatua de Hércules que los investigadores piensan que se trata de fragmentos pertenecientes al Hércules custodiado desde 1901 en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas.
Todos los objetos recuperados en las campañas de excavación que se ha realizado desde el descubrimiento del pecio a principios del siglo pasado, han sido digitalizados e integrados en el Sistema de Información Geográfica (GIS). Además, los investigadores de todas las disciplinas científicas que participan en el programa «Retorno a Anticitera», patrocinado por la Presidencia de la República, están analizando todo tipo de materiales para determinar qué pasó con el barco hace 2.000 años.
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