La novela histórica, un género sin crisis

El género vuelve a brillar porque los personajes históricos nos ayudan a comprender el momento presente

La novela histórica, un género sin crisis efe

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¿Existió Odiseo? «Mil naves, cincuenta mil hombres , una guerra total, décadas de exilio y ciento cuarenta mil versos... ¿No son poderosos argumentos para seguir hablando de Troya ?» afirma Massimo Valerio Manfredi , mientras la tramontana azota las ruinas de Empúries, la Emporion de la Costa Brava que preside Esculapio. Odiseo y Troya. Crisis y exilio. Nos suena. Nuestros jóvenes deben de emigrar en busca de otros horizontes laborales.

En «Odiseo. El juramento» (Grijalbo), primera entrega de su díptico homérico, Manfredi recrea la infancia del hijo de Laertes, el rey de Ítaca: el Héroe vagabundo del ciclo troyano. La voz de Odiseo resuena en el siglo XXI: «Mi nombre es Nadie», proclama el Héroe trágico. Es la primera entrega de su díptico homérico, que el escritor y arqueólogo completará con «El retorno» , que acaba de ver la luz en Italia.

Ruinas de Ampurias

Nada mejor que una polis griega frente al Mediterráneo para revivir los paisajes de la Ilíada y la Odisea . Manfredi no es un recién llegado a la cultura griega, como ya demostró en la trilogía «Alessandro» y el ensayo «Mare greco» que firmó con Lorenzo Braccesi.

Ulises fue un caballo de Troya de su mismo al volver a casaAntes de la novela fue la Épica: «Nada es gratuito porque expresa el dolor humano. El Héroe es un personaje trágico...» subraya el autor italiano. Después de leerse cuatro o cinco veces la Ilíada y la Odisea, Manfredi concluye que la guerra de Troya fue un conflicto equivalente en aquel tiempo a una guerra mundial que acabó disgregando un mundo. Una guerra que perdieron los vencedores y los vencidos: «Ulises vive una época de cambio y destrucción, como ahora: una dispersión de capitales, armas y naves». Si el héroe de la Ilíada es un guerrero, el de la Odisea es un vagabundo : retorna a su casa y la encuentra ocupada por otros hombres que acosan a su esposa». Odiseo, se convierte en el «caballo de Troya» de sí mismo : «Se introduce de incógnito en esa casa donde nadie le reconoce, excepto su perro». Odiseo, el Héroe de los exilios y migraciones, siempre entre la luz y las sombras; al fin y al cabo, hombre moderno .

La Épica está impregnada por las emociones de la memoria oral. «El poeta oral debe mantener la atención del auditorio y plantear en cada episodio un momento culminante». A partir de Ítaca, añade Manfredi, nace toda la literatura de viajes . Odiseo inspiró a los autores trágicos del siglo V como Esquilo, Sófocles y, sobre todo, Eurípides. Condenado al Eterno Retorno, fue retomado por la helenística en forma críptica por Licofronte; y luego a través de los siglos, por obra de grandes poetas y escritores, como Virgilio, Dante, Shakespeare, hasta Tennyson, Pascoli y Joyce .

La nevela histórica carecía hasta hace poco del visto bueno académicoEl Héroe de Manfredi se expresa de forma concisa . Su «materia de Troya» no ha sido contaminada o embellecida, según los casos, por los rapsodas. Su intención al escribir «Odiseo» ha sido recrear las atmósferas de una era remota , los gestos de sus personajes y su forma de amar: «Si quieres reconstruir todo eso has de cultivar un estilo realista. Hacer lo contrario sería como plantar plataneras en el jardín de Julio César », bromea.

Hasta hace bien poco, los personajes de la novela histórica carecían del visto bueno académico. Para cierta crítica, no era literatura y los historiadores no se la tomaban en serio ... Si un texto de George Duby se leía como una novela sus colegas negaban que fuese de Duby.

Tirant lo Blanch, historia y ficción

Mario Vargas Llosa sitúa el «Tirant lo Blanch» de Joanot Martorell, entre sus novelas predilectas . Cervantes lo proclamó «el mejor libro del mundo» y el sabio Martín de Riquer, recientemente fallecido, le dedicó «Tirant lo Blanch, novela de historia y ficción» que reedita Acantilado. De nuevo la tensión entre realidad e imaginación. ¿Qué tiene Tirant de Martorell?

No todo era amor cortés sino con cuestiones más prosaicasSi existe el «Tirant», apunta Riquer, «es gracias a las experiencias personales de un gran escritor, que sabía captar su ambiente y el temperamento, actitud y pasiones de sus contemporáneos , que tenía mucha imaginación y que había leído muchos libros, como revelan las tan diversas fuentes de la novela». Así descubriremos que no todo lo caballeresco estaba relacionado con el amor cortés, sino con cuestiones más terrenales y prosaicas, como ahora mismo. Muchas pugnas caballerescas, apunta Riquer, «nacían de disputas sobre intereses materiales, muy a menudo por la posesión de tierras, que es lo que enfrentó a Martorell con el comendador Montalbán...» Basado en el manuscrito de «Lletres de batalla», el «Tirant» es el ejemplo de maridaje entre realidad y ficción.

Un novelista puede crear personaje tan redondos que acaben suplantando a los reales o se integren en la Historia, aunque los historiadores también abonan la confusión. Así lo sugieren dos veteranos del género: José Calvo Poyato y José Luis Corral. Hablemos con ellos.

Calvo Poyato y su «Mariana de Pineda»

«La novela histórica no es un género de anteayer ”, proclama José Calvo Poyato . El autor de recuerda que llevamos más dos siglos, desde el “Ivanhoe” de Walter Scott, rubricando el género con nombres tan ilustres como Manzoni, Pushkin o Hugo... «¿O acaso ‘Guerra y paz’ no es una novela histórica?», insiste.

Lorca quiso hacer de ella un símbolo de la República, pero fue una liberalDurante mucho tiempo, Mariana Pineda, que en realidad se llamaba «de Pineda» porque pertenecía a la pequeña aristocracia granadina, fue un símbolo de la República. Cosas de García Lorca , desmiente Calvo Poyato: «Le quitaron el ‘de’ porque querían convertirla en heroína popular, pero Mariana fue una liberal que participó en conspiraciones y fue ejecutada por no delatar a sus compañeros...»

Volvemos a la discusión entre lo veraz y lo verosímil: ¿Lo que cuenta «Mariana los hilos de la libertad» se atiene a la verdad histórica? «García Lorca creó una figura excesivamente dramática y yo recupero personajes reales como Ramón Pedrosa, el hombre que la condenó y que el poeta granadino quiso presentar como un amante despechado. Pero también aparecen otros personajes de ficción que me permiten recrear el microclima de la época . Yo creo que los historiadores han escrito demasiado tiempo para su propia tribu y eso los ha distanciado del gran público. Hay excepciones: Duby, Elliot, Beevor ». La labor del escritor es aderezar con imaginación las situaciones más íntimas: buscar los detalles más humanos, la letra pequeña despreciada por los personajes en mayúscula de la Historia. «En eso, siempre gana el novelista» , concluye Calvo Poyato.

José Luis Corral y el hereje Servet

¿Hubo malos tiempos para la novela histórica? «Entre 2000 y 2010, se percibe una cierta inflación, advierte José Luis Corral , que publica «El médico hereje» (Planeta) . Diciembre de 1552. Miguel Servet imprime en un taller clandestino de Vienne del Delfinado su «Restitución del cristianismo» donde rebate las tesis de Calvino. El médico aragonés no acabó en la hoguera por haber descubierto la circulación de la sangre sino por su heterodoxia teológica : «Fue considerado hereje y blasfemo por católicos y protestantes y condenado a muerte por ambos» apunta Corral. Servet se fugó de la cárcel de Vienne el 7 de abril y reapareció en Ginebra el 13 de agosto para morir en la hoguera el 27 de octubre de 1553, con 42 años.

Lo advirtió Castellio, el antagonista de Calvino que Zweig reivindica en «Castellio contra Calvino»: Matar a un hombre no es acabar con una doctrina, es matar a un hombre .

Posteguillo y el emperador Trajano

De la guerra de Troya surgió la «Eneida» de Virgilio. Y a partir de las ruinas griegas, los romanos edifican su imperio con los hijos de sus colonias. Marco Ulpio Trajano fue el primer emperador nacido fuera de Roma ; Santiago Posteguillo lo celebra en el «Circo Máximo» (Planeta) , segunda entrega de la trilogía que abrió «Los asesinos del emperador». El líder hispano fue un estratega militar y un solvente gestor económico : «Luchó contra la corrupción , hasta el punto de que obligaba a los corruptos a devolver el dinero».

La Historia como lección. De Trajano, concluye Posteguillo, podemos aprender mucho. Es el Héroe guerrero contra la corrupción.

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