LIBROS
Simone Weil: necesaria, sabia, valiente, ejemplar
ensayo
La filósofa y activista francesa se confiesa en estos escritos (ensayos y cartas) redactados en Marsella mientras esperaba abandonar Francia tras la ocupación alemana

En el año 1940, Simone Weil y sus padres abandonan París camino de Marsella. Pasan un breve tiempo en Vichy, y el resto en la ciudad portuaria. Dos años después parten hacia Nueva York. Durante este largo tiempo de espera, de aceptación de ... la Historia, de pasividad y de pensamiento, escribió estos ensayos y cartas. Además continuó con las anotaciones de sus 'Cuadernos'. Todo lo aquí reunido forma parte de los dos volúmenes correspondientes al 'Tomo IV' de sus 'Obras completas'. Es esto una especie de antología de los mismos preparada por Carmen Revilla. Weil tenía la intención de dirigirse a Marruecos y de allí a Inglaterra. Estaba obsesionada con el estudio de las culturas orientales.
En Marsella colaboró con la Resistencia, ayudó a los refugiados, participó activamente en la Sociedad de Estudios Filosóficos, así como en la revista 'Cahiers du Sud', dirigida por Jean Ballard. Incluso trabajó en el campo, porque quería experimentar el contacto físico con la naturaleza a través del dolor del esfuerzo. Su vida social y cultural fue intensa.
ENSAYO
'La agonía de una civilización y otros escritos de Marsella'

- Autora Simone Weil
- Editorial Trotta
- Páginas 166
- Precio 15 euros
La amistad con el dominico Padre Perrín fue decisiva en su formación. La ayudó en el estudio de los místicos y a descubrir la dimensión social de la Iglesia. Sobre estos asuntos trata su libro 'A la espera de Dios'. Al mismo tiempo, la inquietud espiritual de Simone Weil la condujo a interesarse por el catarismo, el budismo, el gnosticismo, la cábala, la historia de las religiones y el folklore. En el año 1940 publica el ensayo sobre la 'Ilíada', o el poema de la fuerza. Y es entonces cuando la invitan a colaborar en un número monográfico de la revista dedicado a Le Génee d´Oc. Así conoce al poeta Joë Bousquet encargado de la preparación del mismo. Bousquet, héroe de la Primera Guerra Mundial, había quedado hemiplégico, en 1918, por una bala que le seccionó la médula espinal. El resto de su vida (1897-1950) la pasó en Carcasona sin apenas salir de su habitación en penumbra. Acaba de publicarse su poemario 'Conocimiento de la tarde' (Galaxia Gutenberg). Filósofa y poeta solo se encontraron una vez, en 1942. Aquí también se publica la correspondencia entre ambos.
Acento épico
En los 'Ensayos sobre la civilización occitana' se refiere, en primer lugar, al poema épico 'Canción de la cruzada contra los albigenses', escrito en la lengua A de Oc. Troya ha sido sustituida por Toulouse. El poema homérico es incomparable, pero Weil afirma que el verdadero acento épico está en este otro poema. De la cultura occitana apenas queda este poema, algunos cantos de los trovadores, textos sueltos sobre los cátaros y algunas iglesias. La escritora ensalza a Grecia y critica a Roma y al Dios autoritario de los judíos. Para ella los cátaros eran los herederos del pensamiento platónico y druídico.
Los 'Ensayos filosóficos' son, muchos de ellos, textos inacabados, apuntes importantes, publicados póstumamente. Le sirvieron para sus charlas y conferencias en la Sociedad de Estudios filosóficos. Aquí muestra su preocupación por el torpe y cobarde papel de los intelectuales «creo en la responsabilidad de los escritores de nuestra época que ha acabado desembocando en la desgracia de nuestro tiempo».
La escritora ensalza a Grecia y critica a Roma y al Dios autoritario de los judíos
También fueron colaboraciones para la revista 'Cahiers du Su'd, firmados bajo el seudónimo de Emile Novis. Sigue su búsqueda de las conexiones entre lo oriental y lo occidental, también sobre la inspiración pitagórica y el mundo hipocrático.
La correspondencia la entabla Simone Weil con Déodat Roché, autor del estudio titulado 'El amor espiritual en los cátaros'. También con Antonio Atarés, Gustave Thibon, Jöe Bousquet y Jean Wahl. Atarés era un refugiado español. Nunca llegó a conocerlo personalmente. Obtuvo sus datos a través de un compañero suyo llamado Nicolás. Lo ayudó con dinero, envío de libros en español y paquetes, dándole consejos y ánimo para soportar los sufrimientos.
Los partisanos
Le dice que le gustaría regresar a España para luchar con los partisanos. «Los estoicos sugerían que hay que amar nuestro destino, incluso cuando nos trae la desdicha», le llega a decir. Weil no compartía con Jean Giono su postura pacifista. A Bousquet le confiesa que, para ella, el conocerlo fue algo incomparablemente valioso. Destaca su heroicidad y su fuerza de voluntad. E incluso le ofrece su ayuda para encontrarle medicamentos. «Dichosos aquellos para los que la desdicha que entra en su carne es la del mundo en su época. Ellos tienen la posibilidad y la función de conocer en su verdad, de contemplar en su realidad, la desdicha del mundo. Y esta es la función redentora», le dice en una misiva firmada en el 1942. Y en otra última añade, «Jamás he pedido a Dios que alivie mi sufrimiento; me lo reprocharía. Pero cuando se trata de la desdicha de otro, particularmente de los que amo, me cuesta una terrible violencia no hacerlo».
Es al filósofo Jean Wahl a quien le hace este comentario desde Nueva York en el año 1942, «Lo que ha habido es una cobardía y una traición colectiva, a saber: el armisticio; y toda la nación es responsable de ello, incluido Paul Reynaud, que nunca debió dimitir. Todo francés, incluida yo misma, es tan responsable como el propio Pétain. La nación lo acogió con alivio, y de aquí se sigue una responsabilidad colectiva». Simone Weil siempre necesaria, sabia, valiente, ejemplar. A mujeres como ella son a las que hay que imitar. Un gran libro, una gran guía de actualidad permanente.
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