palabras contadas
Quevedo, de suma actualidad
Acaba de darse a conocer un libelo inédito y furioso de Francisco de Quevedo y Villegas. Se llama 'Desconsuelo de los dichosos'
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Que un escritor entre en prisión no es cosa nueva, ocurre desde que la palabra publicada irrita a los poderosos. Dramaturgos como Havel, poetas como Mandelstam, periodistas como Judith Miller, novelistas como Boualem Sansal... No pueden los poderosos, por mucho poder que tengan, resistir ... la quemazón de algunas palabras y razones. Lo vemos a diario, cada vez más, con el auge de los populismos de izquierdas y de derechas. Y ahora con los campeones del autoritarismo rampando, cada vez lo veremos más. Poder, poder, poder que quiere convertirse en castigo, venganza.
Gracias a dos formidables investigadores, Antonio Azaustre Galiana y José Manuel Rico García, acaba de darse a conocer un libelo inédito y furioso de Francisco de Quevedo y Villegas. Se llama ‘Desconsuelo de los dichosos’ y se lo quitaron de las manos cuando ingresó en prisión en 1633. En él critica con daga literaria los excesos y vicios del poder del conde-duque de Olivares y se lo dedica a don Fadrique de Toledo.
Después de quitárselo y encarcelarle, su nombre fue tachado de la portada del libro, una condena sumada a la del valido de Felipe IV. Y su nombre borrado ha esperado pacientemente cuatro siglos. Pero su estilo es único, su agudeza es hiriente, su verbo es rabioso, luminoso y punzante. «Eres basilisco al revés: él mata con mirar; tú, con no mirar matas», le dice, sobre su desdén. Y más sobre su envidia: «Si le aborreces porque tu príncipe no le aborrece, igualmente aborreces a tu príncipe y a él». El tiempo pasa, el poder no cambia mucho, no.
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