Diez casos insólitos de la era Tudor rescatados junto con el «Mary Rose»

Los enfermedad profesional de los arqueros de élite

Los restos óseos de la tripulación del "Mary Rose" han sido sometidos a pruebas de ADN, análisis médicos y nuevos métodos arqueológicos para que el conocimiento que encerraba el barco favorito de Enrique VIII sea compartido con la humanidad. Entre los esqueletos de las cientos de víctimas, se hallaron más de 130 arcos y varios miles de flechas fueron encontrados. Se da la circunstancia que los arcos más grandes los disparaba la élite de la dotación militar del barco. Esos arqueros de largo alcance eran vitales tanto en batalla naval como terrestre. Cómo saber qué huesos corresponden con aquellas "fuerzas especiales".

El examen médico tiene la clave: muchos hombres tienen huellas de una dolencia llamada "os acromiale" (una apófisis acromial no fusionada), que afectó a sus hombros y omóplatos. Es algo que comparten con los actuales arqueros profesionales. Es causada por la tensión en el brazo y los músculos del hombro al disparar una flecha.

El maestro armero tiene manchas de pólvora

Los arqueólogos hallaron en la cubierta principal un grupo de seis esqueletos cerca de un cañón de bronce de dos toneladas. Cinco de ellos eran restos de hombres muy fornidos con indicios de grandes músculos. Las vértebras de la espina mostraban signos de osificación, o crecimiento de hueso nuevo, algo que demuestra la dureza del trabajo físico que tenían en el barco. Los cinco formaban la dotación completa de un arma de artillería y se ahogaron en su puesto de combate. ¿Y el sexto esqueleto? Era menudo, tan menudo que debió pertenecer a un "Powder monkey" o "mono de pólvora", un muchacho que llevaba la pólvora a los artilleros.

También se ha identificado al maestro armero por los dos chalecos que llevaba y que fueron rescatados junto a su esqueleto. La marca era que ambas prendas estaban manchadas por la tapa del dispensador de la pólvora que llevaba colgado. Él estaba a cargo de todas las armas, el tiro y la pólvora. Tenía que preparar y asegurar las armas, y también era el responsable del entrenamiento y puntería de las dotaciones. Además utilizaba un silbato de plata para dar órdenes, incluso para marcar el ritmo de disparo de los cañones: cuanto más rápido, más capacidad de fuego.

El carpintero se hizo rico

Encontraron una cabina con una serie de herramientas típicas de la carpintería. Allí vivía el carpintero, que era un hombre bastante rico, para un trabajador especializado. Mantenía bajo llave, en un cofre, su preciada cuchara de peltre, junto con un buen número de monedas de plata y joyas, un libro, una bolsa de cuero bordado y un reloj de sol en una funda lujosa de cuero repujado.

Sólo alguien con riqueza y estatus habría poseído tales artículos. Y esta posición se ratifica no solo por la presencia de un cofre propio, si no por disfrutar de un camarote propio en la nave abarrotada. Un buen carpintero en un barco de madera... Era vital.

El cirujano (insustituible) era también barbero

En un buque de guerra del XVI, los cirujanos eran personas muy importantes. Cualquier infección incontrolada en un recinto tan abarrotado podría afectar seriamente el funcionamiento de la nave. A menudo debían ser capaces de realizar cirugía mayor, amputar miembros, extraer balas, flechas y coser grandes heridas de arma blanca o cauterizar lesiones. En fin, era alguien en quien había que confiar en los momentos más pavorosos de la batalla.

Las excavaciones hallaron los restos de la cabina del cirujano en el lado de estribor de la cubierta principal. En su estrecha cabina actuó como un médico, dentista y farmacéutico. El camarote tenía un gran cofre de madera que contenía frascos de ungüentos, granos de pimienta que se utilizaron remedio, y otras sustancias. También dos jeringas de metal, algunos instrumentos quirúrgicos y un recipiente para recoger la sangre de los pacientes. Pero su equipamiento incluye cuchillas de afeitar, una piedra de afilar y un cuenco para el jabón. Útil tanto en tiempos de paz como en el fragor de la batalla.

Dicen las jarras que el cocinero se llamaba Ny Cop

Al cocinero lo pagaban tan bien como a maestro carpintero y al maestro artillero, ya que era el responsable de la alimentación de más de 400 hombres durante largas travesías sin posibilidad de avituallamiento, así como de la preparación de las comidas más elaboradas para los oficiales. Trabajaba en la cocina, que estaba en la zona baja de la nave. Muy cerca se encontraron cientos de platos, tazones y utensilios de cocina.

Además, también utilizaba dos cocinas de lumbre. Sobre cada una de ellas había un gran caldero de bronce, que servía para alimentar a toda la tripulación. También han hallado graffitis en un tazón y una jarra que sugieren que el cocinero se llamaba Ny Cop o Ny Coep.

¿Un caballero español en el Mary Rose?

De las 50 cajas recuperadas del "Mary Rose", 28 estaban llenas de objetos personales. También había cofres, propiedad de los más acomodados miembros de la tripulación -oficiales y caballeros-. Pero hay uno muy especial que da mucho que pensar a los investigadores. Era un cofre con una escultura, una talla italiana, y una ficha de plomo, como las usadas en el continente. ¿Pertenecía a un caballero español, o de origen italiano, tal vez?

La sobrecarga del tesoro del sobrecargo

En una pequeño almacén de la cubierta inferior, los buzos encontraron los restos de un hombre junto a un cofre. Ahora se cree que era el sobrecargo. Quedó atrapado allí cuando el barco se hundió, junto con el cofre, que contenía una gran cantidad de monedas de oro y plata. ¿Por qué? Era lógico: el sobrecargo era responsable de los pagos a la tropa y también de reunir a la tripulación, llevar la contabilidad y la gestión de los almacenes, la compra de suministros y la circulación de los alimentos y bebidas según la orden de las raciones. El sobrecargo también pudo haber tenido competencias de cambio, ya que se encontró una pequeña caja en la cubierta superior con un juego de escalas para las monedas de oro de pesos específicos.

¿Por qué perecieron tantos hombres bajo la cubierta?

Los buzos encontraron un cofre que contenía algunos objetos llamativos, como dos espadas y un molde para la fabricación de proyectiles de armas de fuego giratorias (sujetas entre horquillas). Tal vez el dueño de ese cobre único era el oficial que organizaba la tripulación de la nave para el combate. Podría haber sido un cabo o intendente, bajo cuya responsabilidad estaba una cuarta parte de los soldados a bordo. Así se repartían el mando.

En el período Tudor hubo un quinto "cuarto" bajo el mando de un capitán de mantenimiento en la bodega, responsable de que los marineros estacionados bajo la cubierta durante una batalla estuvieran prestos para arreglar los daños causados por el enemigo en la estructura del barco. Este quinto "cuarto" puede explicar por qué se ahogaron tantos hombres bajo cubierta.

Un backgammon y una chirimía desconocida hasta ahora

¿A qué dedicaban el tiempo libre los marinos? Se relajaban con libros, música y juegos. Los buzos encontraron tablero de backgammon de madera en perfecto estado y que conservaba algunos trebejos. También una mesa del juego de "Los 9 hombres de Morris" rayada en la tapa de un barril. Once dados de hueso fueron descubiertos en uno de los cofres, porque los dados ya eran un juego muy muy popular en la época Tudor.

En cuanto a la música, se hallaron instrumentos, sobre todo los de viento y percusión. Tres flautas y tabor, o tambor, se encontraron entre los cofres de enseres personales en la cubierta inferior. La flauta se tocaba con 3 dedos de una mano mientras el músico golpeaba un tamboril con la otra. También se hallaron fragmentos de dos violines.

El descubrimiento musical más emocionante fue una chirimía, una forma temprana de oboe. Es la primera de su clase y es el único que tiene un orificio adicional para el pulgar, dándole un rango musical más amplio que chirimías posteriores. Tal vez había una banda de músicos a bordo del Mary Rose, que proporcionaban entretenimiento.

También hay cubiertas de cuero para libros, aunque las páginas de papel desaparecieron hace mucho tiempo. Y lógicamente hay un buen número de plumas y tinteros. Aunque no todo el mundo sabía leer y escribir.

Cuántos hombres se hundieron

Durante la excavación del pecio del "Mary Rose" se recuperaron restos de 179 individuos, de ellos 92 eran esqueletos completos. En los análisis se confirmó que todos eran varones, desde 13 años en adelante, aunque el 80% de los cadáveres pertenecían a jóvenes adultos que no habían cumplido los 30. La lista de marinos enrolados era de 415 en aquella época, pero no se descarta que en el barco llegasen a estar hasta 700 hombres, casi hacinados, prestos para la batalla.

Casi todos eran de origen inglés, pero algunos venían de la parte sur de Europa: España, Francia o Italia, contratados como tripulantes ante la necesidad de reclutar hombres ante el intento de invasión francesa.