El “greenwashing” ya no cuela y las empresas lo saben: por qué la sostenibilidad ha dejado de ser una moda
Representantes de Telefónica y Banco Santander debaten sobre los retos de la financiación de la economía verde.
Coincidiendo con la COP que se celebra estos días en Azerbaiyán, donde los líderes mundiales tomarán decisiones trascendentales para el futuro de nuestro planeta y nuestra economía, Vocento ha querido sentar en la misma mesa a dos de las empresas más importantes de España para abordar uno de los temas estrella de este ámbito: la innovación sostenible y la financiación verde en la transición energética. Maite Cordón, directora de Santander Growth; Ana Belén Pociña, Gerente de Oferta e Innovación ESG Telefónica; y Miguel Aguado Arnáez, divulgador ambiental y profesor de Cambio Climático en la Universidad Europea de Madrid, conversaron, moderados por el periodista de Vocento Alberto Velázquez, sobre el papel de las grandes empresas a la hora de asignar financiación a pymes y proyectos comprometidos con la economía verde.
Las claves para la transición energética
Ya en la primera ronda de palabras quedó clara la magnitud del desafío: porque la transición energética y la descarbonización de la economía precisa de una financiación ingente; y porque la urgencia de tomar medidas que mitiguen el calentamiento global es cada vez más evidente. “En la COP de París se llegó a una serie de acuerdos sobre aportaciones”, recordó Pociña, de Telefónica, “pero no es suficiente, y este año debería llegarse a una cuantía relevante. La financiación es clave para apoyar a empresas que apuestan por la transición verde”.
Maite Cordón suscribió en lo esencial las palabras de su compañera, celebrando asimismo que muchas compañías ya están comprometidas con la transformación verde de su actividad. Para financiar esa estrategia es indispensable contar con un sector financiero comprometido, “pero con la colaboración de todos los agentes”. Para eso es necesario “que haya coordinación y normas comunes que nos permiten acelerar. Fenómenos como la DANA ponen de manifiesto la urgencia de actuar, y las consecuencias económicas de no hacerlo. Esperemos que esta COP sirva para pisar el acelerador”.
El profesor Aguado Arnáez arrancó su discurso con una afirmación que podría parecer evidente y, sin embargo, suele olvidarse con mucha frecuencia: “Los acuerdos son importantes, pero si no hay dinero detrás no sirven de nada”. En este aspecto, las culpas no se reparten entre todos por igual pues, bajo su punto de vista, “la Unión Europea ha cumplido, y eso da credibilidad”. Y no solo la UE: “En muchos casos, las grandes compañías han cumplido porcentualmente más que los países. No es por una cuestión de comunicación e imagen, ni siquiera por ética. Sino porque ya es parte de sus resultados, la sostenibilidad es lo que el mercado pide”. Destacó de nuevo esta idea, que habitualmente se utiliza para atacar las políticas climáticas: “Quienes no apuesten por la sostenibilidad gastarán más energía, que será más cara, y además no tendrá motivado a sus empleados. Las políticas de sostenibilidad ya son un elemento de competitividad”.
Los consumidores son cada vez más críticos, tienen mucho cuidado con el greenwashing y quieren transparencia. Esto ya no es una moda”. Lo mismo pasa con las empresas, remarca la representante del Banco Santander, “que no lo hacen por imagen, sino por retorno económico. La sostenibilidad permite conseguir mejor financiación y más barata”.
Las pymes, el verdadero reto
Aguado quiso bajar el debate a ras de tierra, y recordar que “el gran reto son las pymes, a quienes hay que ayudarlas a transicionar. Por ejemplo, a un hostelero: se le ponen normas, pero hay que ayudarle para que pueda cumplirlas”. En cuanto a las grandes empresas, como Telefónica o el Banco Santander, el profesor reconoce que ha cambiado para bien su aproximación a la sostenibilidad en la última década. “Antes consistía en plantar árboles y alguna cosita más”, explica, “y ahora es una estrategia transversal y coherente que afecta a todas las áreas de la compañía, ya no son cosas solo de buena voluntad. Y es importante que sea así, porque las grandes empresas tienen capacidad de mover y obligar a transformarse a las demás. A sus proveedores, por ejemplo”.
Todos en la mesa coincidieron en que una de las grandes dificultades reside en la financiación de las pymes, compañías para las que la descarbonización implica una inversión que sobrepasa sus capacidades. “En Santander Growht”, explicó Cordón, “nos dedicamos a acercar productos de financiación a las pymes y tenemos expertos en sostenibilidad diseñando estos productos”. Lo importante con las pymes, bajo su punto de vista, “es estar cerca de ellos y entender mejor sus retos”.
En el caso de Telefónica, sus esfuerzos se vuelcan en promover las tecnologías digitales que ayuden a las pymes a gestionar su huella ecológica. “Hay estudios”, explicó Pociña, “que indican que cuando las tecnologías digitales se aplican a los sectores más intensivos, como energía, transporte o agricultura, permiten recortar las emisiones hasta en un 15%”. Gracias a este tipo de soluciones, “en 2023 nuestros clientes evitaron emisiones de 86 millones de toneladas de CO2, y eso es más de lo que generamos como compañía”.
Retomando este hilo, el moderador citó un dato de lo más significativo: “Más del 80% de la ciudadanía dice estar dispuesta a pagar más por productos sostenibles”. ¿Qué nos dice esto sobre cómo la sociedad está participando en este proceso? “La sociedad lo demanda”, corroboró Pociña, “aunque el precio sigue siendo el principal criterio, seguido de la sostenibilidad.
Las grandes empresas, motores de cambio
Para apoyar a las pymes en este proceso, el profesor volvió a insistir en la responsabilidad de las grandes empresas como motores del cambio. “Son empresas con miles de empleados que son agentes del cambio: si se incentiva el teletrabajo, o que usen el transporte público, son muchos millones de toneladas de CO2 que se ahorran al año”, explicó, “y también repercute en la empresa, por ejemplo, en retención de talento”. Según Aguado, las élites mundiales están concienciadas con este problema: “Si vemos las últimas cumbres de Davos y los últimos congresos del Partido Comunista Chino, en todas aparece la sostenibilidad como un aspecto importante”.
A la hora de las conclusiones, por parte de Telefónica recordaron que su empresa “está muy comprometida contra el cambio climático, y llevamos 20 años trabajando en ello. Hemos reducido nuestra huella de carbono un 21%, y estamos aprovechando las oportunidades que brinda el sector de la tecnología para capacitar la adaptación de otros sectores”.
Para Maite Cordón, “los financiadores tenemos un papel muy importante, pero necesitamos el apoyo de otros agentes, como universidades e instituciones. Hace falta un marco regulatorio, y esperemos que la COP sirva para hacer avances”. En cuanto al profesor Aguado, cerró recordando que “no solo hay que comunicar, sino demostrar que se hace. La sociedad así lo pide, los ciudadanos están concienciados. Tenemos una sociedad que demanda seriedad, y eso obliga a las grandes compañías”.