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Mazda CX-60: bienvenidos a la era de la conducción personalizada

Mazda ha replanteado y refinado sus tecnologías orientadas al ser humano en el nuevo CX-60 para perfeccionar la experiencia de conducción y atender más que nunca a las necesidades individuales de cada conductor

Álvaro Piqueras-Corchano

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El trabajo de Mazda en los últimos tiempos es impecable. El nuevo CX-60 es buena muestra de ello. Los maestros artesanos de la marca, los denominados ‘takumi’, que necesitan más de 60.000 horas de experiencia para ser considerados como tales, han puesto en práctica todo su conocimiento para crear un vehículo hermoso, dinámico, inteligente y elegante basado en unos conceptos tan personales como intransferibles.

El nuevo CX-60 supone un antes y un después en la historia de Mazda porque representa un siglo de evolución en la fabricación de vehículos. No en vano, en el buque insignia de la marca confluye un conjunto de ideas artísticas y tecnológicas magistralmente ejecutadas que recogen a la perfección las señas de identidad de su periplo centenario en el mundo del motor. Genialidad en el diseño interior y exterior, una singular factura artesanal japonesa e innovación para ofrecer una experiencia memorable de conducción y habitabilidad.

Y es que además el Mazda CX-60 es el primer híbrido enchufable de la marca que desembarca en Europa y el resultado es un vehículo con tres claves: la comodidad, la dinámica y el rendimiento. Todo ello se conjuga de manera magistral con la sostenibilidad concebida para que el conductor tenga una y otra vez la maravillosa sensación de ponerse a los mandos de una joya por primera vez.

El Mazda CX-60 es el primer híbrido enchufable de la marca que desembarca en Europa

Jinba Ittai y Omotenashi: una propuesta donde el conductor es el epicentro

Una de las virtudes del modelo japonés es que quien toma el mando tiene la impresión de que pasa a convertirse automáticamente en el epicentro del espectacular despliegue técnico de la marca. Mazda ha replanteado y refinado sus tecnologías orientadas al ser humano para perfeccionar la experiencia de conducción Jinba Ittai y atender más que nunca a las necesidades individuales de cada conductor, como si se tratara de esa relación armónica que se produce entre un caballo y un jinete.

En este sentido, basado también en la antigua tradición, Mazda aplica el principio japonés de hospitalidad, denominado Omotenashi -belleza de servir a los demás-, que impregna el diseño interior y ubica al conductor en el punto de partida de todo lo que acontece en el interior del vehículo.

Para el fabricante es de vital importancia la adecuada ergonomía en el interior de sus habitáculos y por ese motivo ha desarrollado el sistema de personalización del conductor por ajuste facial, una novedosa tecnología que hace más placentera la vida a bordo del nuevo Mazda CX-60 gracias a un cuidado arsenal de funcionalidades inteligentes.

Tres funciones orientadas al confort

Para empezar, el innovador sistema reconoce a la persona que se sienta al volante y ajusta automáticamente el entorno en función de sus características físicas y sus preferencias personales: posición del asiento, volante, retrovisores, pantalla Head Up Display e incluso la configuración del sistema de sonido y la climatización. Una solución tecnológica que redunda en el confort, que permite adaptar todas las variables que mejoran la experiencia de conducción antes incluso de iniciar la marcha y que se desarrolla en torno a tres ejes.

- Guiado automático de la posición al volante.
- Restablecimiento automático de los ajustes de diversos componentes del vehículo.
- Asistencia al conductor para entrar y salir del vehículo.


Una cámara permite el guiado automático de la posición al volante teniendo en cuenta la posición de los ojos del conductor y otros datos sobre su altura para estimar cuál es su complexión. A partir de esa información, el sistema procura la mejor disposición posible de todos los elementos y ajusta automáticamente el asiento, el volante, la pantalla de tipo Head Up Display y los retrovisores exteriores.

También se parte de la premisa de que el nuevo Mazda CX-60 puede dar cabida a diferentes tipos de conductores por lo que el sistema ofrece la posibilidad de almacenar hasta 250 ajustes y configuraciones diferentes. Gracias al reconocimiento facial y a la base de datos del vehículo la función de restablecimiento automático restaura rápidamente los ajustes preferidos de cada conductor individual, hasta seis perfiles de usuario más la opción de incluir otros para invitados.

El nuevo Mazda CX-60 se dirige a todo tipo de conductores gracias a un sistema personalizable del habitáculo

Como muestra de hasta qué punto Mazda ha sido sensible con las necesidades de cada conductor, el sistema de personalización del CX-60, también incluye un modo de asistencia para entrar y salir del vehículo: el volante se desplaza hacia arriba y el asiento hacia atrás para facilitar al máximo la movilidad al acceder al habitáculo o al abandonarlo.

En definitiva, un innovador sistema que constituye una muestra inequívoca de hasta dónde llega Mazda. Para ofrecer una experiencia personalizada cada elemento y textura del interior del coche está cuidadosamente elegido, desde la forma de los tiradores de las puertas hasta la confección de los asientos, pasando por la disposición de los botones o interruptores. No hay ni un solo detalle que se haya pasado por alto para que seguridad, comodidad y diversión tengan cabida en cada viaje.

Diseño y espacio con un alma híbrida

En el nuevo CX-60 también se ha producido la reinterpretación del diseño Kodo -alma del movimiento-, la filosofía de la marca japonesa para transmitir vida y personalidad a sus coches. Como resultado de la nueva genialidad de los ‘takumi’ de Mazda nos encontramos ante un SUV armónico y elegante en sus líneas y plenamente funcional gracias a que explora todas las virtudes del ‘Ma’, el concepto que representa la sosegada y majestuosa belleza del espacio.

Tras el hogar y el trabajo, el coche es el tercer espacio donde el ser humano pasa más tiempo por lo que si de algo peca el CX-60 es de ser un vehículo extremadamente cómodo y agradable para sus ocupantes por lo que se ha apostado por un interior que visualmente genera mucha calma y destierra el ruido visual.

A esa sensación de armonía también contribuye la motorización, que combina de entrada un propulsor de gasolina 2.5 l. Skyactiv-G de cuatro cilindros e inyección directa con uno eléctrico de 100 kW y una batería de alta capacidad de 17,8 kWh y 355 V con la que logra una potencia total de 327 CV y puede alcanzar una velocidad máxima de hasta 200 km/h en el modo híbrido. El motor eléctrico que equipa ofrece una autonomía de 63 kilómetros, con el vehículo circulando hasta 140 km/h.

Además, el modelo cuenta con caja de cambios automática de 8 velocidades que permite reducir las emisiones, favorece las condiciones de tranquilidad en carretera y reduce el estrés en el entorno urbano. Y como resultado de su innovadora motorización, el nuevo CX-60 puede presumir de lucir la etiqueta ambiental Cero de la DGT, que le confiere una serie de beneficios administrativos y de circulación gracias a su capacidad de recorrer largas distancias sin emisiones contaminantes.

Si a lo anteriormente mencionado unimos el hecho de que el máximo exponente de la marca japonesa incluye una imponente batería de asistentes a la conducción, una cámara 360 grados Through View -que elimina las aletas de la parte delantera del vehículo para mejorar la inmersión- o el nuevo Kinematic Posture Control (KPC) -que proporciona mejor estabilización de las curvas-, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que además de una experiencia de conducción única, el CX-60 cumple los estándares más altos de seguridad activa y pasiva.

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Este contenido ha sido desarrollado por Content Factory, la unidad de contenidos de marca de Vocento, con Mazda. En su elaboración no ha intervenido la redacción de este medio.