Así sobrevivieron los anfibios a la peor extinción en la historia de la Tierra
Tras la extinción masiva del Pérmico-Triásico, hace 252 millones de años, uno de los mayores misterios es el auge de los temnospóndilos, un grupo diverso de anfibios depredadores, antiguos parientes de las ranas
Científicos logran que a las ranas les crezcan de nuevo las patas amputadas

Hace 252 millones de años, la vida en nuestro planeta estuvo más cerca que nunca de desaparecer. La Tierra entera se sumió en un infierno de inimaginables proporciones, un evento conocido como 'extinción masiva del Pérmico-Triásico', una 'Gran Mortandad' que acabó con más ... del 95% de las especies marinas y el 70% de las terrestres, dejando atrás un mundo desolado y un legado de destrucción sin precedentes.
Sin embargo, no todo desapareció. Y de las cenizas de la catástrofe surgió una era totalmente nueva, el Triásico. Lentamente, a lo largo de millones de años, los ecosistemas se fueron recuperando, y dieron paso a la aparición de nuevas formas de vida, incluidos los primeros dinosaurios. La Tierra, aunque marcada por la indeleble cicatriz de la extinción, se embarcó en un nuevo capítulo de su existencia. ¿Pero cómo lograron algunas especies no solo sobrevivir, sino prosperar en aquél mundo desolado? Es un enigma que desde hace mucho tiempo persigue a los científicos.
Uno de los mayores misterios, de hecho, es el auge de los temnospóndilos, un grupo diverso de anfibios depredadores, antiguos parientes de las ranas, que dominaron los ecosistemas acuáticos justo después de la extinción. Y ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Bristol acaba de explicar cómo esas criaturas lograron sobrevivir al mayor infierno que el mundo ha conocido jamás. El estudio se acaba de publicar en 'Royal Society Open Science'.
«Estos animales -explica Aamir Mehmood, autor principal del estudio- se alimentaban de peces y otras presas, y estaban principalmente ligados al agua, al igual que los anfibios modernos como las ranas y salamandras. Pero el Triásico temprano fue una época de calor extremo, con erupciones volcánicas constantes, acidificación de los océanos y una reducción drástica de oxígeno. ¿Cómo pudieron estas criaturas amantes del agua tener tanto éxito en un ambiente tan hostil?».
Un oasis en el desierto
El Triásico temprano fue un período de auténtico caos ambiental. La imparable actividad volcánica desencadenó un calentamiento global extremo, provocó la aridificación de la tierra, generalizó la lluvia ácida y causó una interminable cadena de incendios forestales generalizados. Las condiciones llegaron a ser tan extremas que los trópicos se convirtieron en una 'zona muerta', inhabitable para cualquier forma de vida.
En medio de ese infierno, los investigadores creen que los ecosistemas acuáticos ofrecían un refugio relativo. «Recopilamos datos de 100 temnospóndilos que vivieron a lo largo de todo el Triásico (entre 251 y 201 millones de años) y analizamos cómo fueron cambiando sus ecologías -explica Suresh Singh, coautor del estudio-. Medimos sus tamaños corporales y las características de sus cráneos y dientes para entender sus funciones».
Los resultados fueron sorprendentes. «Descubrimos -dice por su parte Armin Elsler, otro coautor del artículo- que no cambiaron mucho durante la crisis, Los temnospóndilos mostraron la misma gama de tamaños corporales que en el Pérmico, algunos pequeños que se alimentaban de insectos y otros más grandes. Estos últimos incluían animales de hocico largo que atrapaban peces, y también comedores generalistas de hocico ancho».
La clave de la supervivencia
Según el estudio, la clave del éxito de los temnospóndilos radicó en su capacidad para adaptarse a una amplia variedad de presas. Una flexibilidad alimentaria que les permitió sobrevivir en un entorno donde los recursos terrestres eran escasos e inestables.
En los ecosistemas terrestres, devastados por incendios y sequías, los depredadores se vieron obligados a competir por un escaso y muy disperso número de presas. En contraste, los temnospóndilos encontraron en los cuerpos dispersos de agua una fuente constante de alimento que incluía peces, insectos acuáticos y otros invertebrados.
«Pero su éxito inicial en el Triásico temprano no se mantuvo -señala Aamir Mehmood-. Se adaptaron a las condiciones cálidas probablemente teniendo una baja necesidad de alimento, siendo capaces de comer la mayoría de los animales presa y escondiéndose en cuerpos de agua escasos. Pero cuando los ancestros de los dinosaurios y de los mamíferos empezaron a diversificarse en el Triásico medio, los temnospóndilos comenzaron su largo declive».
Ciclos de Adaptación
Un aspecto intrigante del estudio es el aumento y posterior declive de la diversidad de tamaños corporales y funciones de los temnospóndilos. «Lo que resulta inusual -explica Elsler- fue cómo su diversidad de tamaños corporales y variedad funcional se expandió unos 5 millones de años después de la crisis y luego retrocedió».
El fenómeno sugiere que los temnospóndilos experimentaron un período de rápida adaptación y diversificación justo después de la extinción masiva, aprovechando las oportunidades ecológicas disponibles. Sin embargo, y a medida que otros grupos de animales se recuperaron y diversificaron, tuvieron que enfrentarse a una mayor competencia y su diversidad comenzó a disminuir.
Más allá de la zona muerta
Otro hallazgo sorprendente es la capacidad de los temnospóndilos para cruzar la 'zona muerta tropical'. «Nuestro trabajo -explica Mike Benton- muestra que, de forma inesperada, los temnospóndilos pudieron cruzar los límites de la zona muerta tropical. Se conocen fósiles de Sudáfrica y Australia en el sur, así como de América del Norte, Europa y Rusia en el norte. Debieron conseguir cruzar la zona tropical durante episodios más fríos».
El hallazgo desafía la idea de que los Trópicos eran completamente impenetrables para cualquier forma de vida. Los temnospóndilos, con su adaptabilidad y capacidad para sobrevivir en cuerpos de agua aislados, pudieron haber realizado incluso viajes intercontinentales durante períodos de relativa calma climática.
Una lección de Resiliencia
El estudio, en conjunto, nos ofrece una valiosa perspectiva sobre la resiliencia de la vida frente a la adversidad. La capacidad de estas criaturas para adaptarse a un entorno hostil y aprovechar los nichos ecológicos disponibles les permitió sobrevivir en unas condiciones que acabaron con la inmensa mayoría de las demás especies.
Además, su declive posterior nos recuerda que la evolución es un motor de cambios constantes, donde la aparición de competencia y las transformaciones ambientales pueden remodelar los ecosistemas y determinar el destino de los seres vivos.
MÁS INFORMACIÓN
Toda una lección en un mundo como el nuestro, que hoy se enfrenta a desafíos ambientales sin precedentes y puede que igual de graves que los que causaron aquella terrible extinción.
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