Los neandertales pintaron hace 65.000 años las paredes de la Cueva de Ardales, en Málaga
Un estudio demuestra que las marcas rojizas en la piedra de la cueva malagueña no pueden haberse originado por procesos de la naturaleza, como apuntaban los detractores de esta teoría

Hace justo 200 años, un terremoto en Málaga reveló una increíble sorpresa: la entrada a una cueva cerca del municipio de Ardales , a unos 50 kilómetros del Mediterráneo, que llevaba sellada 3.500 años. Aunque poco después se abrió para los curiosos visitantes, ... no fue hasta principios del siglo XX cuando el famoso prehistoriador francés Henry Breuil dio cuenta a la comunidad científica de la relevancia de las pinturas que adornaban sus paredes: ciervos, caballos e incluso mujeres -extrañas en el arte prehistórico en la península ibérica- contaban los relatos de nuestros ancestros que vivieron hace decenas de miles de años. Ahora, un nuevo análisis en la conocida como Cueva de Ardales apuntala una teoría reciente que podría reescribir los manuales de la Prehistoria: mucho antes de que nuestra especie encontrase aquel lugar, nuestros parientes los neandertales también estuvieron allí. Y dejaron escrito por primera vez su paso en la roca hace unos 65.000 años.
En 2018, un equipo internacional publicó en la revista ' Science ' un artículo en el que se señalaba que las pinturas de Ardales, junto con las de la cuevas de La Pasiega (Cantabria) y Maltravieso (Cáceres), eran las muestras de arte rupestre más antiguas del mundo . Lo asombroso de aquellos trazos era que, gracias a la datación de la calcita de las estalactitas sobre estas rúbricas, los restos más antiguos se fecharon hace 64.000 años, unos 20.000 años más que los primeros trazos que se dibujaron en Altamira . Y aún había más: esta fecha significaba que no habrían sido los Homo sapiens quienes habrían dejado allí su impronta, pues a nuestra especie le faltaban otros 20.000 años para llegar a Europa . Sin embargo, hay múltiples pruebas de que los neandertales campaban a sus anchas por todo el continente.
Refutando las críticas
Aquel descubrimiento originó una gran polémica, e incluso surgieron varios estudios que contradecían la hipótesis de los artistas neandertales . Por ejemplo, se señaló que las líneas que se podían apreciar eran en realidad una capa natural de óxido de hierro , depositado por el fluir del agua. Ahora, un equipo internacional, con la participación de investigadores de las universidades de Barcelona y Cádiz, acaba de publicar un nuevo trabajo en la revista ' Proceedings of the National Academy of Sciences ' (PNAS) que apoya la idea de que, efectivamente, unas manos hicieron aquellos dibujos en la Cueva de Ardales hace casi 65.000 años. Y seguramente no eran de nuestra especie, sino de neandertales.

«Se trata de un descubrimiento muy importante. Rompe 100 años de manuales de Prehistoria y está en la línea de la idea que se viene demostrando en los últimos años, que el neandertal era mucho más 'humano' de lo que pensábamos», afirma a ABC José Ramos , catedrático de Prehistoria por la Universidad de Cádiz y participante del estudio, junto con África Pitarch , geóloga de la Universidad de Barcelona -y especialista en el análisis de pigmentos-, su autora principal. «Con técnicas muy potentes hemos podido datar que las pinturas son, de al menos, tres épocas diferentes: hace unos 65.000 años , entre 45.300 y 48.700 años , y una tercera de entre 30.000 y 28.000 años , esta última correspondiente al hombre moderno del Paleolítico Superior».

El hecho de que haya diferentes marcas temporales -con formas de líneas, puntos y trazos en un pigmento rojizo en base ocre- indica que varios grupos volvieron a la cueva en edades distintas para pintarlas . «Por las zonas en las que se encuentran, que son áreas de dificil acceso, como gateras, creemos que no se trata de arte figurativo, sino de marcas que señalaban de alguna manera el camino». Como una especie de 'indicación vial' dentro de la cueva . Sin embargo, todo parece indicar que sus moradores no vivieron dentro , sino que el campamento se establecía fuera y, seguramente, «entraban para llevar a cabo algún tipo de ritual», explica Ramos.
También se han encontrado restos que están siendo analizados de estalactitas con una especie de aceite, que les habrían servido a modo de ' antorcha ' -la hipótesis de que los neandertales ya conocían el fuego también es de creación reciente, pero cada vez hay más pruebas que señalan que podían dominarlo -, pues la cueva habría sido impracticable sin luz. Además, los análisis indican que los pigmentos fueron aplicados mediante salpicaduras o soplado , y refuta la idea de que los restos se originaran de forma natural en la cueva, ya que el pigmento ocre no coincide con las muestras del lugar.
«En primer lugar, nuestro trabajo demuestra que las marcas son, sin lugar a dudas, de origen humano . Por otro lado, demostramos que el pigmento que se empleó es hematita y que, además, este debió de recolectarse en el exterior de la cueva, lo que implica que la realización de las marcas rojas sobre el domo estalagmítico es parte de una conducta planificada. Por último, hemos observado que esta fue una acción recurrente a lo largo de miles de años », explica a ABC Pitarch, autora principal, quien señala que dentro de la misma cueva existen otras zonas con pinturas visiblemente antiguas que también podrían revelar más sorpresas.
¿Seguro que era neandertal?
Aún con todo, Ramos, que lleva trabajando en la cueva desde 1987 y firma el presente estudio junto con sus compañeros Salvador Domínguez-Bella (experto en Cristalografía y Mineralogía) y el investigador Pedro Cantalejo , se muestra cauto en afirmar de forma rotunda que, efectivamente, aquellos trazos sean sin lugar a dudas de neandertales. «Prefiero hablar de hipótesis porque existe una teoría que apunta a que los Homo sapiens, que en estas fechas sí que estaban presentes en zonas del actual Oriente medio, podrían haber cruzado a la península ibérica por el estrecho de Gibraltar. Pero aún existe el debate».
Mientras continúa la discusión, el equipo codirigido por investigadores alemanes y españoles -y que subsiste gracias a las ayudas de la Junta de Andalucía y las subvenciones que consiguen tanto a nivel local como estatal- sigue con sus investigaciones, no solo en Ardales, sino en la cercana cueva Sima de las Palomas , en cuyo interior sí vivieron los neandertales. Además, aprovechando el nuevo método para encontrar ADN de neandertal directamente del suelo , el equipo ha enviado muestras de sus yacimientos al laboratorio. «Es un avance tremendo. De momento, los primeros análisis han dado negativo, pero se están analizando nuevos restos»., señala Ramos, quien augura grandes sorpresas venideras para la ciencia que estudia nuestro pasado como especie desde la península ibérica. «Por varias razones, aquí hay mucho futuro».
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