Psicología
Cómo saber si tienes el síndrome FOMO (fear of missing out)
¿Estás siempre pegado a tu móvil por miedo a perderte algo? ¿No lo apagas ni siquiera en situaciones que invitan a disfrutar de otras cosas? Muy probablemente tienes este síndrome...
A todos nos gusta estar «conectados», pero no cualquier momento vale para estar «enganchados» al teléfono móvil. Por ejemplo, si hemos quedado para tomar algo en una terraza con un par de amigos, ¿por qué normalmente hay alguien que no se despega del teléfono? O ... en un teatro, que casi siempre suena el dispositivo de alguien, incumpliendo las normas que dictan que hay que apagarlo o ponerlo en modo avión antes de la función, y que no solo suena... algunos, incluso, se atreven a contestar esa llamada o mensaje.
Cuando en ciertas situaciones en las que el teléfono móvil debería estar guardado en el bolsillo, apagado o simplemente dado la vuelta porque lo que tenemos delante es mucho más importante, interesante y de mayor relevancia pero sigue intacto el vicio de desbloquearlo y comprobar qué notificaciones han llegado tiene un nombre y se conoce como síndrome del FOMO (fear of missing out) .
Claudia Gómez, psicóloga sanitaria general, cuenta que este síndrome, cuyo acrónimo en inglés significa «miedo a perderse algo», se caracteriza por un miedo que siempre ha existido y existirá en nuestra sociedad: miedo a ser excluido . «Es una mezcla de sensaciones de angustia, malestar y frustración ante la percepción subjetiva de estar perdiéndonos un evento o situación importante mientras otros sí lo están disfrutando».
Y te preguntarás: ¿si estoy con el móvil todo el día y solo lo desconecto para dormir y mientras trabajo significa que tengo el síndrome FOMO ? La respuesta es no. La psicóloga Claudia Gómez quiere recalcar que no es partidaria de poner etiquetas a cada cosa que nos pasa, ya que en muchas ocasiones «no nos hacen ningún bien y solo nos generan más angustia o preocupación»: «Ponernos una etiqueta puede hacer que nuestras conductas, pensamientos y emociones se vean condicionados por ella y, por lo tanto, limitarnos. Por ejemplo: no por sentirse triste 2-3 días a la semana significa que se tenga depresión», aclara.
Sin embargo, sí hay una serie de aspectos que nos pueden ayudar a tomar conciencia:
- Sentimientos de angustia ante la sensación de estar perdiéndome un evento importante.
- Miedo al aislamiento social y a sentirme rechazado .
- Sentimientos de soledad y tristeza .
- Comprobar el móvil y redes sociales con excesiva frecuencia en busca de nuevas notificaciones.
- Sensación de estar perdiendo el tiempo por no estar haciendo lo que los demás hacen.
- Aislamiento por estar más pendientes de las nuevas notificaciones de nuestro móvil.
- Baja autoestima debido a la excesiva comparación con personajes públicos en redes sociales.
Angustia por el teléfono
En la actualidad, nos resulta extraño no ver a alguien 24/7 con su «smartphone» pegado a la mano. Hemos normalizado tanto este hecho que en muchas ocasiones sentimos malestar cuando no tenemos el móvil cerca.
Cuando sentimos una necesidad muy intensa de estar todo el día con el teléfono móvil, podemos identificarnos con algunos de estos aspectos:
- Inquietud si no se tiene el móvil cerca a la hora de comer o dormir.
- No poder conciliar el sueño si el teléfono no está encendido.
- Revisión constate de nuevas notificaciones en redes sociales y mensajes.
- Comprobar constantemente la pantalla de inicio para saber si hay mensajes nuevos.
- Intranquilidad o nerviosismo si no salgo de casa con el 100% de batería o si se me agota.
Estos aspectos, con el paso de los años, podrían intensificarse y generar gran malestar emocional y pérdida de nuestro bienestar. «No dudes en pedir ayuda psicológica si necesitas gestionar algunos de estos aspectos», dice Claudia Gómez ( @psicologiacon_clau ).
Hábitos para desprenderse del teléfono
Tal como expone Gabriela Paoli, psicóloga y autora del libro «Salud digital: claves para un uso saludable de la tecnología», para luchar contra algo, primero debemos saber qué es: «El primer paso es ser conscientes de que estamos cayendo en este síndrome y que nos puede afectar a nuestra productividad e incluso a nuestra salud. Nos puede crear ansiedad y nerviosismo en caso más extremos ya que sentir que nos podemos perder algo, puede generar mucho malestar en ciertas personas ».
Una vez que somos conscientes, deberíamos reflexionar y aceptar que estamos cayendo en este comportamiento y poner en marcha ciertas estrategias para intentar autocontrolarnos. «Tendremos que hacer un esfuerzo para revertir esta tendencia o automatismo y, para mantener esa voluntad y compromiso, es necesario buscar un buen motivador, por ejemplo, imaginar todo lo que podrás hacer cuando adquieras el hábito de desconectar», dice la psicóloga Gabriela Paoli.
Dado que el mejor hábito que podemos implantar en nuestro día a día para reducir el uso del teléfono móvil es tomar conciencia del tiempo que pasamos «pegados» a él y así poder auto regular su uso. «La clave está en tomar conciencia del tiempo que pasamos con el teléfono mandando mensajes, revisando redes sociales o viendo vídeos. Una vez sepamos que el uso que hacemos del móvil es excesivo, podemos gestionarlo y fraccionarlo», dice Claudia Gómez. ¿Cómo podemos hacerlo?
Fija un horario . «Racionaliza su uso. Igual que lo hacemos con las horas de trabajo o el tiempo que dedicamos a nuestros amigas y amigos, ¿por qué no hacer lo mismo con el teléfono móvil?», sugiere la experta en psicología.
Es importante saber que recibir un WhatsApp o una llamada no requiere necesariamente una atención inmediata . Por eso podemos permitirnos no atender la llamada en ese momento y posponerla para más tarde. «Aconsejo desactivar el doble check azul de WhatsApp porque en muchas ocasiones sin darnos cuenta esto genera una falsa sensación de control», recomienda Claudia Gómez.
A la hora de la comida o cena , intentar no llevar el móvil contigo y no dejarlo encima de la mesa, trata de disfrutar el momento presente con quienes te rodean en ese instante y disfrutar de la comida y una buena conversación.
Si te sientes saturado por las llamadas o los mensajes reiterados puedes permitirte un momento de descanso, dejar el móvil en otra parte de tu casa o ponerlo durante unos minutos en modo avión.
Según nos cuenta la Organización Mundial con la Salud, dormir con el móvil cerca de nosotros puede resultar perjudicial para nuestra salud a la larga. Los dispositivos móviles emiten una serie de radiofrecuencias de baja potencia que pueden tener efectos a medio-largo plazo en nuestra salud. A día de hoy se sigue estudiando e indagando en busca de una mayor evidencia sobre cuáles pueden ser las consecuencias a medio-largo plazo para nuestra salud. Si, por un casual, nos despejamos por la noche y cogemos el móvil que se encuentra en la mesilla , seguramente nos despistemos más mirando algún mensaje, por eso es conveniente poner el modo avión o que se encuentre alejado .
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete