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Periódico ABC MADRID 13-07-1923, portada
- EdiciónABC, MADRID
- Páginas32
- Fecha de publicación13/07/1923
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MADRID D Í A 13 DE 1 UL O D E 1 923 NUMERO SUELTO 10 CENTS. S F U N D A D O E N E L A Ñ O 1905 P O R D T O R C U A T O L U C A D E T E N A BC DIARIO ILUSTRADO. AÑO D É C I M O N O V E N O N. 6.403 10 CENTS. ZARAGOZA. UN PUEBLO DESTRUIDO P O R LA SAN JUAN DE MOZARIFAR EN LOS MOMENTOS QUE SIGUIERON A LA CATÁSTROFE, POR EFECTO DE LA CUAL SE DERRUMBAN CASI TODASi SUS VIVIENDAS. (FOTOS CEPERO) I M P R E S I O N E S D E UN HOMBREDEBUENAFE Los últimos sucesos políticos revelan claramente la avidez popu ar por encontrar al fin hombres que nos rediman de continuar padeciendo la indigencia espiritual de nuestros g- obernantes. El que alza bandera contra los políticos encuentra, desde luego, a su lado una gran parte de la opinión, de una opinión irreflexiva o desesperadaj que desea que esto acabe de una vez y a la que importan poco los procedimientos. A esto conduce la exasperación contra la tenaz perr. everancia de hombres fracasados en las funciones del Po ar. Hay un evidente rencor contra los descaros del nepotismo, contra el audaz manejo del hombre de negocios disfrazado de gobernante, contra el cretinismo ingénito de tanto personaje mangoncador. El ambiente hostil es notorio y crece de día en día. Cualquiera puede advertirlo; y en esta misma evidencia hay un riesgo grave, porque muchos ambiciosos- -contaminados de los mismos vicios que pretenden corregir- -acuden a aprovecharse de ese estado de la conciencia pública, ofreciéndose como posibles redentores. Nos parece muy recomendable recordar el trato que a las ranas que pedían rey dieron los dioses. Es absurcio negar que la política española está hace tiempo en franca crisis, y que la solución no puede hacerse esperar. Pero los que quieren precipitarla para lucrarse de ella son más peligrosos para la salud pública que la colección de fracasados que aún ejerce el secuestro del Poder. Se ha oído en estos días más de una vez esta frase amenazadora y retumbante: El pueblo me sigue. Y sería oportuno preguntar a quiénes la han pronunciado: ¿No será, inás bien, que ustedes, siguiendo eh consejo quevedesco, se han colocado delante de una (tan sólo de una. y bien restringida, por cierto) de las aspiraciones populares? Pero, aun así- -que sería discutible- ¿qué méritos ostentan ustedes para merecer la confianza popular? ¿Qué pruebas han dado de inteligencia, de cultura, de pureza, de comprensión del complejo problema nacional? Miramos atentamente, y no descubrimos en ustedes más que la impaciencia de una ambición. Uste- des son como los otros; se alzan, para ha blar, de entre sus mismas filas; de pecados análogos es preciso exigirles cuentas. ¿Cuál es su historia? ¿Cuál su ideología? En esos inhábiles manejos del Poder, ustedes han participado; del podrido tronco de los partidos históricos brotan las ramas que ustedes aspiran a presentar enverdecidas. Es legítima la sospecha de que cuando consigan ustedes adueñarse de la situación, sus procedimientos serán iguales y peores, con la diferencia lamentable de que para lograr el éxito han de apelar ustedes a la violencia y a la perturbación. Se necesita un caudillo en España. ¿Quién lo duda? Hace falta un hombre nuevo. Pero este hombre nuevo, ¿puede ser, por ejemplo, el Sr. Burgos Mazo? ¿No se advierte con la simple exposición de la hipótesis su monstruoso absurdo? El hombre nuevo aparecerá alguna vez, nadie podría predecir ahora acerca de él más que en el sentido de que no será ningún general ni ningún político de los que hoy bullen. El espíritu público, la confianza del país esperan ansiosamente al Renovador. Yi algunos, advirtiendo así preparado el