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40 años de la visita de Juan Pablo II

La verdadera opinión sobre los conquistadores españoles que el Papa desveló en su viaje a España

Desde que aterrizara en el entonces aeropuerto Madrid-Barajas, el Sumo Pontífice visitó, en diez intensas jornadas, 16 ciudades de 14 provincias

Las imágenes más emotivas de la primera visita del Papa a España

Juan Pablo Ii, en el encuentro con los Jóvenes celebrado en el Santiago Bernabéu+ info
Juan Pablo Ii, en el encuentro con los Jóvenes celebrado en el Santiago Bernabéu - ABC
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Intentaron agasajarle con alfombras, pero no funcionó. Tras descender de la fría escalinata, lo primero que hizo Karol Józef Wojtyla fue besar la tierra, también fresca por el otoño, pero más firme que el suelo del avión. Aquella era tierra rojigualda: la del aeropuerto Madrid-Barajas, al que arribó a las cinco de la tarde del 31 de octubre de 1982. Así arrancó la primera visita del Juan Pablo II a España hace nada menos que cuatro décadas. Diez intensas jornadas en las que pisó 16 ciudades, casi derrumbó las murallas de Ávila con el estruendo de miles de aplausos y hasta cató la paella valenciana. En todos los rincones, el grito fue unánime: «¡Juan Pablo II, te quiere todo el mundo».

El aterrizaje del avión, un Boeing 727 'Ciudad de Ivrea', fue el punto álgido de un proyecto que tuvo que retrasarse un sinfín de ocasiones. Una de las interrupciones más famosas fue el atentado que el terrorista Ali Agca perpetró contra Juan Pablo II el 13 de mayo de 1981. El pistolero a sueldo hirió al Papa con dos disparos que le tuvieron hospitalizado cuatro meses. Después de su recuperación, el Vaticano quiso organizar la visita para la segunda semana de octubre, pero, al final, prefirió dejar algo más de tiempo para que el evento no coincidiera con el Día de la Hispanidad. Problemas de agenda por uno y otro lado.

España y América

Al final, el gran día fue un domingo, la jornada más atareada del Sumo Pontífice. «Ha sido una mañana normal de trabajo en la vida del Papa. Una ceremonia de beatificación, que dura dos horas y media, el tradicional 'Ángelus' con media hora de retraso y, después, la esperada mención al viaje apostólico», escribía Joaquín Navarro-Valls, enviado especial de ABC. Sin descansar, Juan Pablo II se subió al Boeing junto a cuarenta y cinco periodistas, una escolta ínfima y una alfombra roja que no le pareció pertinente por ser demasiado ostentosa. El periodista se percató de una curiosidad: «Uno de los guardias suizos es hijo de emigrantes mallorquines». Salieron a las tres menos cuarto, puntuales, acompañados de una frase sincera: «¡Estoy deseando llegar».

En la Catedral del Apóstol, acto europeísta. En su discurso, Juan Pablo II habló de las raíces cristianas de Europa+ info
En la Catedral del Apóstol, acto europeísta. En su discurso, Juan Pablo II habló de las raíces cristianas de Europa - ABC

Menos de tres horas después se cumplieron sus deseos. «El griterío era como el de Río de Janeiro, la emoción de los rostros parecía copiada de Dublín, la lluvia de confetis no trasladó a la Quinta Avenida. Pero el conjunto, festivo y gozoso, era completamente español», escribía en ABC J. L. Martín Descalzo. El Papa fue recibido a los pies del avión por Don Juan Carlos y Doña Sofía. Él en traje, ella con un vestido a cuadros. Hubo austeridad y recato: lo que el religioso quería. Su sonrisa era amplia. El público explotó en júbilo. «Majestades, venerables hermanos en el Episcopado, autoridades, querido pueblo de España, ¡Alabado sea Jesucristo!», afirmó.

[LAS IMÁGENES MÁS EMOTIVAS DE LA VISITA]

En su primer discurso se deshizo en elogios hacia España. «Vengo atraído por una historia admirable de fidelidad a la Iglesia y de servicio a la misma, escrita en empresas apostólicas y en tantas grandes figuras que renovaron esa Iglesia, fortalecieron su fe y la defendieron en momentos difíciles».

Juan Pablo II celebró una misa en el cementerio de La Almudena durante su viaje+ info
Juan Pablo II celebró una misa en el cementerio de La Almudena durante su viaje - ABC

Juan Pablo II también alabó la labor de los españoles en las Américas a partir del siglo XV. «Gracias a esa simpar actividad evangelizadora, la porción más numerosa de la Iglesia de Cristo habla hoy y reza a Dios en español. Tras mis viajes apostólicos, sobre todo por tierras de Hispanoamérica y Filipinas, quiero decir en este momento singular: ¡Gracias, España; gracias, Iglesia en España, por tu fidelidad al Evangelio!».

Por medio país

A partir de entonces comenzó el tour. El lunes, Juan Pablo II visitó Ávila y fue recibido por miles de monjas que, algunas por primera vez, abandonaron su clausura para disfrutar de su presencia. «Ávila, sin murallas ante el Papa», titulaba ABC. El Sumo Pontífice arribó en helicóptero de buena mañana, a eso de las nueve y media de la mañana. «En el huerto del monasterio de la Encarnación, cuna de la vocación de Santa Teresa, 3.000 monjas de clausura, franciscanas clarisas representaban a las casi 15.000 religiosas contemplativas de España». Los cánticos coparon la ciudad: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia», «Bendito el que viene en nombre del Señor»...

Ese mismo día paseó en papamóvil ante 200.000 feligreses y clausuró en Salamanca los actos del Cuarto Centenario de la muerte de Santa Teresa. «En Alba, el encuentro fue con la España rural, sencilla y entusiasmada», desveló ABC al día siguiente. Allí donde fue, ya fuera Madrid (en el 'Santiago Bernabéu') o el País Vasco, Juan Pablo II fue recibido por multitudes y entre aplausos. Aquello sorprendió a muchos diarios internacionales que pensaban que la victoria del Partido Socialista en las elecciones hacía apenas unas semanas provocaría que la sociedad se cohibiera. No fue así. «Toda Castilla vibró entorno al Papa», explicaba este periódico.

Visita del Papa Juan Pablo II a Valencia. En la imagen, Su Santidad, saludando a los fieles+ info
Visita del Papa Juan Pablo II a Valencia. En la imagen, Su Santidad, saludando a los fieles - ABC

Con todo, una de las paradas más especiales del Papa fue en Sevilla, tras visitar Toledo y Segovia. Juan Pablo II aterrizó el 5 de noviembre en la ciudad para beatificar a Sor Ángela de la Cruz. Dos jornadas después cruzó la península para darse un baño de multitudes ante 120.000 personas. El 'Camp Nou', donde se celebró el evento, se estremeció aquel día cuando dedicó a los presentes una frase en catalán: «La pau sia amb vosaltres».

Los presentes agradecieron el gesto tras esperar varias horas bajo una lluvia de justicia. Su discurso se zambulló en las novedades que se iban a instaurar en la Iglesia peninsular, y no falló en su diagnóstico.

En la noche del 9 de noviembre, el Papa se despidió de España, aunque solo de forma momentánea, pues regresó hasta en cuatro ocasiones más. De nuestro país se llevó el amor de millones de personas y el sabor de la paella, que probó en Valencia. Un capricho. «Anoche regresó a Roma Juan Pablo II tras una visita apostólica en la que ha visitado una veintena de localidades, celebrado docenas de reuniones, presidido ceremonias, recorrido más de 7.000 kilómetros y pronunciado medio centenar de discursos ante líderes políticos, diplomáticos, periodistas, estudiantes, ancianos, enfermos, educadores...», incidía ABC.

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