El misterio de la muerte de Paul McCartney cuando los Beatles se estaban separando
Poco después de la grabación de su polémico y último disco, ‘Let It Be’, el bajista desapareció de la faz de la tierra y millones de seguidores y periódicos de todo el mundo difundieron la noticia de que el autor de 'Yesterday' llevaba varios años fallecido
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ABC, 13 de diciembre de 1969: «¿Vive Paul McCartney?». La pregunta no era una metáfora sobre la inminente separación de los Beatles ni un gancho promocional del que sería, unos meses después, el primer disco en solitario del bajista. Los rumores sobre el fallecimiento del músico, diez años antes de que su compañero John Lennon fuera asesinado en Nueva York, se había extendido como la pólvora a ambos lados del Atlántico, volviendo prácticamente locos a los millones de seguidores de los de Liverpool.
«A pesar de haber transcurrido dos meses desde que se difundió el rumor —explicaba este diario— se siguen publicando nuevos detalles de la presunta muerte de McCartney, de la cual se ocuparon la mayoría de los periódicos de todo el mundo.
La historia es la siguiente: el 14 de octubre, el periódico de la Universidad de Michigan publicó un artículo en el cual se sostenía que Paul había perdido la vida en 1966 y que, desde entonces, era sustituido por un sosías, después de haber sido intervenido por un cirujano plástico. La noticia, divulgada también por la cadena de radio WKNR, de Detroit, se esparció rápidamente por todo el mundo y fue recogida por la mayor parte de los periódicos».
Unos días más tarde, el diario ‘Detroit News’ abría con un titular parecido: «¿Ha muerto Paul McCartney?». Los seguidores del grupo se preguntaban si era realmente posible que el compositor de los omnipresentes Beatles hubiera muerto en 1966, cuando tenía solo 24 años y la banda estaba en el punto máximo de su fama, sin que se hubieran enterado. Pero la idea caló y el rumor cogió fuerza. Revistas tan prestigiosas como ‘Time’ y ‘Life’ se hicieron eco de él y hasta periodistas de economía y política exterior publicaron artículos en los que analizaban cómo podía haberse ocultado semejante noticia o difundirse tan ampliamente en el caso de ser falsa.
La separación de los Beatles

Esta bomba informativa saltó precisamente mientras los Beatles estaban negociando su separación, para poner fin a los diez años de la carrera musical más exitosa de la historia. Unos meses antes, en enero de 1969, McCartney había alquilado los estudios de Twickenham para empezar las sesiones que darían pie a su disco póstumo: ‘Let It Be’. Los de Liverpool acababan de sacar un elepé doble, ‘The Beatles’ (conocido como el álbum blanco), que había acarreado las primeras discusiones serias del grupo.
En esa época, el bajista estaba intentando que los Beatles dejaran de regrabar una y otra vez para apostar por el sonido en directo. Lennon, en principio, apoyó la idea, ya que su nueva pareja, Yoko Ono, le había hecho interesarse por la música experimental. Sin embargo, no llegó a buen puerto. «A Paul se le ocurrió que primero ensayáramos a lo Simon y Garfunkel en busca de la perfección, pero nosotros éramos unos vagos de mierda que llevábamos veinte años tocando. No estábamos motivados», contó Lennon en retrospectiva.
En ese ambiente, George Harrison abandonó las sesiones de grabación tras una discusión con McCartney y le sustituyó por unos días Yoko Ono. El 22 de enero volvieron a juntarse los cuatro en el edificio Apple de Saville Row. Tras un difícil comienzo, a consecuencia de las condiciones del estudio, las canciones comenzaron a fluir a través de las improvisaciones de McCartney: ‘Get Back’, ‘I've Got a Feeling’, ‘The Long and Winding Road’ y otras del futuro ‘Abbey Road’ que se lanzó antes que ‘Let It Be’. Salieron tan contentos que realizaron su famoso concierto en el tejado, pero ya todo estaba perdido.

La pelea final
El álbum de ‘Let It Be’ retrasó su publicación hasta mayo de 1970, porque Lennon y McCartney se pelearon por el resultado final. Entonces les pasaron las grabaciones al célebre productor Phil Spector, que les introdujo arreglos de orquesta contrarios al espíritu original del proyecto. Eso hizo que McCartney dejara la banda, definitivamente, en abril de 1970, cuando el rumor sobre su muerte ya había dado varias veces la vuelta al mundo, llegando también a la prensa española.
ABC, de hecho, reproducía literalmente la explicación dada por el artículo del ‘Detroit News’: «En la fotografía de Paul que aparecía en la portada del disco ‘Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band’, de 1967, ya encontrábamos al músico con un brazo sobre la cabeza, como también en la foto de ‘Yellow Submarine’ y ‘Magical Mistery Tour’. Ese brazo alzado es un viejo símbolo indio que significa muerte. Igual que la estatuilla de Siva en el ‘Sgt. Pepper's’. ¿No es otro símbolo de la muerte? Si es así, está indicando a Paul».
El 3 de enero de 1970, publicábamos otro amplio reportaje bajo el título aclaratorio de «No ha muerto Paul, muere un misterio». En total, cuatro páginas repletas de fotografías del bajista solo o con la familia en su granja de Escocia, que comenzaban así: «La supuesta muerte del Beatle hizo explosión hace varias semanas, con pólvora de rumores y sensacionalismo. La opinión pública cayó en el desconcierto con una historia llena de detalles extraños, pero este no puede ser por mucho tiempo la cerca que separe el patrimonio de los famosos, su popularidad, del ancho mundo que les rodea».

Escuchar los discos al revés
Y a continuación, el prestigioso periodista musical John Neary explicaba en nuestras páginas la supuesta muerte de McCartney que nunca se produjo. «Miles y miles de desconsolados seguidores de los Beatles estaban concluyendo con ansiedad que algo muy desventurado le había ocurrido a McCartney. Había muerto. O algo así se imaginaban. Existía suficiente tema como para seguir adelante. Los investigadores dedicaron muchas horas a estudiar las cubiertas de los discos de los Beatles con la minuciosidad de la CIA. Repasaron cada surco de cada álbum, reproduciéndolos a 33, 45, 78 o 16 RPM e, incluso, escuchándolos al revés».
Neary comentaba con cierto sarcasmo las llegadas desde Estados Unidos y Gran Bretaña, sobre las investigaciones llevadas a cabo por una serie de supuestos expertos que, efectivamente, habían reproducido al revés los discos de los Beatles en busca de mensajes que dieran alguna dato sobre lo que le había sucedido a McCartney. Y los encontraron. Al reproducir en sentido contrario la canción ‘Strawberry Fields’, se podía escuchar a una persona que decía: «Yo enterré a Paul». Si hacías lo mismo con ‘Revolution 9’, emergían los sonidos de un accidente de tráfico, una explosión y una voz pidiendo ayuda: «¡Sacadme de aquí, sacadme de aquí!». Y al escuchar al revés la cara b del álbum blanco, otro investigado aseguraba oír a Lennon decir que «Paul está muerto, le echo de menos», en el silencio que se producía entre ‘I’m So Tired’ y ‘Blackbird’.
Sorprendidos los mismos miembros de los Beatles de que sus seguidores estuvieran escuchando sus discos al revés, como en una película de misterio, el propio Ringo Starr declaró: «Esto es un montón de porquería». Finalmente, los investigadores consiguieron entrar en contacto con el agente de McCartney, Derek Taylor, quien hizo publica una declaración de este, revelando que se encontraba tranquilamente en el campo con su familia. Y añadió: «Si yo estuviera muerto, sería el último en saberlo». Misterio resuelto, Paul no había muerto. Es más, sigue vivito y coleando.