Pío XI (1922-1939): «La paz de Cristo en el reino de Cristo»

El primer gran gesto justo después de su elección, fue aparecer ante la multitud en el balcón de la basílica de San Pedro, desde donde se dio la tradicional bendición «urbi et orbi», suprimida desde 1870. Desde entonces, se aplicó en llevar a la práctica su máxima: «La paz de Cristo en el reino de Cristo».
Pío XI se iba a convertir en el Papa de las encíclicas. Escribió cartas sobre el matrimonio cristiano, el problema social, el nazismo, el comunismo y la educación cristiana. Lo más trascendental durante su papado fue la firma del Concordato de 1929, por el que se ponía fin a la denominada «cuestión romana». El Vaticano y el reino de Italia vivían una situación insostenible desde hacía sesenta años.
El régimen de Mussolini se percató de la importancia del asunto, tanto en el ámbito nacional como en el internacional. Tras dos años y medio de negociaciones se firmó el Tratado de Letrán el 11 de febrero de 1929. El Vaticano reconocía al Reino de Italia con Roma como capital. Como compensación por la pérdida de su antiguo Estado se conformaba con 44 hectáreas de superficie que se llamaría Ciudad del Vaticano.
Por su parte, Italia garantizaba la soberanía del Estado Pontificio y reconocía la religión católica como propia del Estado italiano. Otro acuerdo importante y de gran trascendencia política fue el concordato firmado con Alemania el 20 de julio de 1933. Pío XI moría el 10 de febrero de 1939, en vísperas de una guerra mundial que se consideraba inevitable.
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