Citroën C4 Aircross, SUV intermedio

Aunque pueda parecer que el mercado está saturado de todocaminos (prácticamente aparece uno por semana) todavía hay sitio para propuestas, entre otras cosas porque es el único segmento que está manteniendo a sus fabricantes con alguna esperanza de crecimiento. Y es que si hace unos años las vedetes del mercado eran los monovolumen, estos están dejando paso a pequeños y medianos SUV que aportan una utilidad no lejana con una imagen exterior más deportiva y diferenciadora.

Justo eso transmite el nuevo Citroën C4 Aircross (4,34 metros de longitud, 1,79 e anchura y 1,62 de altura), distinción, como se puede apreciar pinchando aquí. Aunque parte de la base del Mitsubishi ASX, y además es clónico del Peugeot 4008, exteriormente sólo comparte las puertas, el parabrisas y el techo.

El resto ha sido rediseñado bajo los parámetros dictados por los diseñadores de la marca francesa, que ha conseguido un coche distinto.

El C4 Aircross ofrece una imagen sugerente, con un frontal poderoso que presume de grandes chevrones (el logotipo de Citroën) extendidos a modo de parrilla horizontal cromada hasta los grupos ópticos. La silueta lateral es compacta y caída hacia delante, lo que aporta un aire deportivo muy apreciado por el usuario de estos modelos, mientras que la trasera denota su pertenencia a la familia C4. Todo, como digo, elegante y deportivo.

Dentro, más de lo mismo. Rezuma elegancia hasta en las versiones básicas fruto de una elección de materiales vistosa y agradable al tacto. Los mandos se encuentran bien ordenados y a mano, y la postura más cómoda al volante se localiza con facilidad. Comparte con el Mitsubishi la visión del camino, amplia gracias a la elevación del vehículo y a la inclinación del parabrisas. En cuanto al espacio, resulta suficiente para una familia estándar, y si se opta por el techo solar panorámico fijo la luminosidad es enorme. Hay huecos suficientes para dejar de todo, y el maletero es correcto, con 442 litros muy aprovechables.

La oferta mecánica del C4 Aircross, sin ser excesivamente amplia, cubre las necesidades de casi cualquier usuario. Hay un motor de gasolina 1.6i de 115 CV ligado a la tracción delantera, con caja manual de 5 velocidades y un consumo de 5,9 l/100 km que parte de 21.600 euros. En diésel la propuesta es más amplia, con dos motores HDi1.6 de 115 (desde 23.800 euros) y 2.0 de 150 CV (a partir de 27.600), que combinan con tracciones 4x2 o 4x4.

Con ambos hemos recorrido bastantes km por carreteras de montaña y autopistas, y aunque nos ha gustado más el empuje del pequeño, con tracción delantera, no hay que desdeñar la seguridad de la opción 4x4 y los 150 CV del tope de gama. El primero se conforma con 4,6 l/100 km, y el segundo con un promedio de 5,6.

Citroën combina los motores pequeños con tres acabados: Attraction, Seduction y Exclusive, y el de 150 CV con los dos últimos. Todos vienen muy completos, con ABS ligado a repartidor electrónico de frenada y ayuda a la frenada de urgencia, ESP con ASR y Hill Assist (asistente de arranque en cuesta), 7 airbag (incluido el de rodilla para conductor), retrovisores exteriores eléctricos, radio-CD/MP3 y aire acondicionado.

El Seduction añade encendido automático de luces de cruce y de limpiaparabrisas, luces diurnas LED y antinieblas delanteros, climatizador automático, guantera refrigerada, Bluetooth con USB y toma auxiliar de audio, regulador de velocidad y volante y pomo del cambio en cuer...

Por último, el tope Exclusive agrega acceso y arranque manos libres, ayuda trasera y delantera al estacionamiento mediate sensores de proximidad, faros xenón, embellecedores cromados en los umbrales de las puertas y retrovisores con intermitentes integrados.