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Un hombre decapita a su hija de dos años en Gerona por «orden del demonio»

La hermana de la víctima, de 6 años, estaba en el domicilio, en Gerona, cuando ocurrió el crimen

Un hombre decapita a su hija de dos años en Gerona por «orden del demonio»

JANOT GUIL

La culpa fue del diablo. Un diablo vestido de hombre, diga lo que diga el acusado. Ocurrió ayer en un piso del número 8 de la calle Oviedo de la ciudad de Gerona, desde ayer casa de los horrores por un parricidio atroz: un padre decapitó a su hija de 18 meses. Cuando la madre y esposa estaba ausente, pero con la hermana de la víctima, de 6 años, en el domicilio, aunque no resultó herida.

Los Mossos d'Esquadra investigan los detalles de un macabro suceso que atragantó las comidas de toda España. Un hombre de 34 años —Marcelo R. O., de nacionalidad colombiana—, fue detenido por haber decapitado a su hija de año y medio. Porque se lo había ordenado «el diablo», dijo.

Los hechos se remontan a las 12.13 del mediodía, cuando el propio asesino llamó desde su domicilio al teléfono 112 de emergencias y alertó del suceso. Reveló que había decapitado con un arma blanca —un cuchillo de cocina— a una de sus hijas porque unas voces, «el diablo», se lo habían ordenado. Enseguida se desplazaron agentes de Mossos al domicilio, junto con efectivos de emergencias médicas. El parricida, agresivo y visiblemente nervioso —aunque fuentes policiales declinaron confirmar ayer si se hallaba bajo los efectos de alguna droga—, les recibió voceando «¡el demonio está aquí!, ¡sigue aquí!». Durante la mañana, según aseguró una vecina, Marcelo salió varias veces al balcón desnudo y gritando el nombre del diablo.

Ataque de nervios

Hasta seis agentes tuvieron que intervenir para reducirlo, esposarlo y detenerlo para llevarlo a comisaría. Antes, sin embargo, participó en una reconstrucción del crimen, algo poco habitual porque suele hacerse después del levantamiento del cadáver.

En el piso, un infierno. Una niña de 18 meses decapitada y su hermana, de 6 años, en otra habitación del inmueble, aunque se desconoce si presenció u oyó la terrible escena. Cuando la Policía llegó al escenario del crimen la pequeña estaba mirando la tele. Fuentes de la investigación confirmaron que está ilesa.

La madre de las niñas y esposa del parricida, trabajadora del sector sanitario y también de origen colombiano, no estaba en el domicilio cuando ocurrió el crimen. La avisaron y volvió a su casa, pero al llegar allí se la tuvo que llevar una ambulancia porque fue presa de un ataque de nervios. La pareja vivía allí de alquiler desde hacía más de dos años, según relató a ABC un vecino, José Peralta, que, como el resto de la comunidad, no salía de su asombro. «Lo conocía de cruzarnos por la escalera cuando llevaba a sus niñas al colegio o a pasear. Nunca dio problemas entre el vecindario», explicaba. «Hubiera puesto la mano en el fuego por él. Era normal», decía una vecina que no quiso dar su nombre.

Al parecer, Marcelo estaba en el paro desde hacía tiempo, unos dos años. Fuentes policiales señalaron que todavía estaban analizando si tenía antecedentes policiales o judiciales en España o en Colombia.

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