Los asesinos de Facundo Cabral erraron su objetivo
MANUEL M. CASCANTE
CORRESPONSAL EN MĆXICO
La vida, en ocasiones, pende de un hilo tan fino como decidir en el Ćŗltimo instante si desplazarse al aeropuerto en el microbĆŗs de un hotel o en el vehĆculo privado de un conocido. Por tan fĆŗtil detalle habrĆa muerto Facundo Cabral, baleado por unos sicarios que, segĆŗn las autoridades de Guatemala, pretendĆan asesinar al empresario Henry FariƱas, el cual resultĆ³ malherido en el atentado.
El ministro de GobernaciĆ³n, Carlos Menocal, detallĆ³ que FariƱas habĆa contratado a Cabral para unos recitales en Guatemala y Nicaragua. El viernes por la noche el empresario se presentĆ³ en el hotel del artista para ofrecerse a llevarlo personalmente al aeropuerto horas mĆ”s tarde. Pasadas las cinco de la maƱana, y una vez enfilado el bulevar LiberaciĆ³n, un automĆ³vil se colocĆ³ delante del que conducĆa FariƱas ācon Cabral en el asiento del copiloto y su representante, David Llanos, en el posteriorā para obligarlo a reducir la velocidad. Al tiempo, otros dos coches se alinearon a ambos lados y unos sujetos descargaban sus armas.
Ā«Los disparos iban dirigidos al piloto; sin embargo, varios de ellos impactaron en CabralĀ». SegĆŗn la autopsia, una bala alojada en el lado izquierdo del crĆ”neo fue la que acabĆ³ casi instantĆ”neamente con su vida. Henry FariƱas es un empresario nicaragĆ¼ense que promovĆa conciertos y tambiĆ©n tenĆa negocios en Miami. SegĆŗn la prensa argentina, habĆa recibido amenazas de muerte.
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