El pasado recupera su esplendor
Castilla-La Mancha atesora un notable patrimonio histórico y cultural que, en sus diversas categorías, constituye uno de los más importantes testimonios de su historia. El arte rupestre es otro reclamo para una región muy viva
La región se ha ido transformando, a lo largo y ancho de su extensión por sus cinco provincias: Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Toledo, para ofrecer al visitante no sólo sus dos Ciudades Patrimonio de la Humanidad, Toledo y Cuenca, o sus 31 conjuntos históricos, sino también las 320.000 hectáreas de espacios naturales protegidos y 31 conjuntos históricos.
En los últimos años las rutas temáticas —«Ruta cinematográfica Almodóvar», dedicada al cineasta manchego más universal, la ruta cinematográfica «Amanece que no es poco» que reúne las localidades donde se filmó la película de José Luis Cuerda, y «Un escritor para un viaje», la literaria— se han convertido en un complemento a la amplia oferta turística que posee la región y que atrae cada año a miles de visitantes.
Un nuevo reconocimiento viene acreditar el atractivo turístico que tiene Castilla-La Mancha para los visitantes que deciden pasar su descanso en estas tierras que combina naturaleza, arte, cultura y una rica gastronomía.
Este reconocimiento ha venido de la mano del Comité Director de Cultura del Consejo de Europa que ha concedido la distinción de Itinerario Cultural a los «Caminos de Arte Rupestre Prehistórico» con el que se pone en valor el arte del continente europeo. Castilla-La Mancha, por su rico legado cultural, ha sido incluida en esta designación cultural que se extiende a sus yacimientos de arte rupestre.
Según recoge el texto del Consejo de Europa este nuevo Itinerario Cultural «es el primero basado en destinos arqueológicos de la Prehistoria europea y agrupa a un centenar de exponentes del arte rupestre de primer nivel, la mayoría de ellos declarados Patrimonio de la Humanidad»; constituyendo una imponente red que permitirá desarrollar actividades conjuntas de estudio científico, formación de expertos, conservación, difusión socio-cultural y turismo sostenible. Asimismo, el Consejo de Europa ha determinado que este reconocimiento es una evidencia tangible de que los pueblos europeos de la Prehistoria «constituyeron una unidad cultural, social y espiritual de primer orden».
Riqueza Patrimonial
En la actualidad, en Castilla-La Mancha hay 397 yacimientos catalogados, de los que cerca de un centenar forman parte del Patrimonio de la Humanidad del Arco Mediterráneo. De estos importantes vestigios, destacan por su relevancia los de Alpera, Ayna, Nerpio y Tolmo de Minateda, en Albacete; Villar del Humo en Cuenca, o la Cueva de los Casares, en Guadalajara; yacimientos y abrigos de arte rupestre en los que el Gobierno de Castilla-La Mancha está llevando a cabo determinadas acciones para su protección.
Desde el Gobierno regional se ha manifestado la «enorme satisfacción» por esta «excelente noticia» que va a suponer un incentivo más para el desarrollo sostenible de estas comarcas, desde el punto de vista cultural y de atractivo turístico.
«Esta declaración es una prueba irrefutable de que nuestro patrimonio prehistórico ha contribuido a preservar la diversidad de las culturas de Europa, fomentando el diálogo intercultural y una identidad común», aseguró recientemente el presidente regional, José María Barreda.
Los itinerarios culturales, por tanto, valorizan la cultura y las artes; y constituyen la columna vertebral desde la que pueden partir nuevos proyectos de turismo cultural y desarrollo sostenible para el medio rural, donde se localizan la mayor parte de estas manifestaciones.
Los yacimientos
Entre los yacimientos catalogados con esta distinción destaca Nerpio, un pueblo perdido en la geografía castellano-manchega. Su entorno natural y los restos prehistóricos hallados hace unas décadas están dotando a este lugar de un atractivo turístico cada vez más valorado por los viajeros al ser uno de los territorios más desconocidos de la región. Destacan los macizos de la sierra de Taibilla, Las Cabras, Pincorto y Huebras que rodean este municipio albaceteño.
En Alpera destaca Cueva de la Vieja, descubierta en 1910 y que constituye el primer santuario con pinturas rupestres prehistóricas descubierto en Albacete. Representa un ejemplo paradigmático del llamado «arte levantino» de los últimos cazadores-recolectores epipaleolíticos que poblaron las sierras entre los 10.000 y 7.000 años antes de nuestra era.
La Suiza Manchega, que así es como también se conoce este pueblo, por sus rocas de agua y sus extensiones de pinos, aparece en lo alto de un balcón natural de la roca sobre el bello río Mundo. «La Cueva del Niño», localizada al margen opuesto del Río Mundo, es testimonio del antiguo poblamiento de lo que hoy conocemos como Ayna.
Las Pinturas Rupestres que adornan sus paredes han sido fechadas por los expertos entre 100 y 150 siglos antes de nuestra era; lo que sitúa a esta prehistórica población el periodo Paleolítico Superior. Las diversas excavaciones han demostrado la existencia de pobladores durante la época del Neolítico.
«El Tolmo de Minateda» se encuentra en una zona que, cronológicamente, abarca desde el periodo en que fueron creadas las pinturas rupestres —en el quinto milenio A.C.— hasta la época islámica, y cuenta con uno de los conjuntos eclesiales visigodos más importantes de la España antigua. Es el quinto Parque Arqueológico de la región, está en Albacete y aspira a convertirse en uno de los mejores reclamos turísticos de la región tras unas obras de recuperación.
Bellos paisajes
La localidad de Villar del Humo en la provincia de Cuenca, se levanta junto al río Vencherque y va encajado entre constantes meandros, originando paisajes de singular belleza. La importancia histórica de este pueblo le viene dada por sus Pinturas Rupestres neolíticas, hoy declaradas Patrimonio de la Humanidad e incluidas con esta distinción y que se encuentran a 12 kilómetros del pueblo.
Se conocen un total de 170 figuras aparecidas en los doce conjuntos de abrigos y que representan: figuras humanas, animales y esquematizaciones. El marco cronológico de estas pinturas se sitúa entre el Mesolítico y el Bronce Medio y Final.
Por su parte, la Cueva de los Casares, también llamada la Altamira de los grabados, que se encuentra en el Parque Natural del Alto Tajo, más concretamente en el término municipal de Riba de Saelices, en las orillas del río Linares. La cueva constituye un auténtico santuario del arte rupestre paleolítico y uno de los monumentos que está siempre lleno de misterios. Entre las cien figuras talladas en la roca de su oscuro vientre, hay animales y hombres, hay vida retratada desde hace miles y miles de años.
Y aparte de ser crónica de su tiempo, y templo propiciatorio, es también, muy posiblemente, el lugar donde aparece dibujado el mito más antiguo generado por la mente humana: el de la entrada en el caos de la muerte.un auténtico santuario del arte rupestre paleolítico y que se puede contemplar en esta cueva, ubicada en uno de los parajes naturales más hermosos de la región.
TOLEDO
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