caso nóos
El fiscal Horrach explica en un juicio por corrupción por qué no se imputa a la Infanta
En el caso Scala no se juzga a tres mujeres de acusados que figuraban como administradoras de sociedades de la trama

Hay veces que la realidad cotidiana en los juzgados explica mejor que cualquier escrito situaciones que, para algunos, son difíciles de entender. Es el caso de la no imputación de la Infanta Doña Cristina, defendida por el fiscal Anti corrupción , Pedro Horrach, la persona que ha dirigido y planificado hasta el último detalle la investigación de un caso que, por primera vez en España, puede sentar en el banquillo a un miembro de la Familia Real.
Ayer finalizaba en la Sección Primera de la Audiencia de Palma el juicio por el caso Scala, sobre el expolio de más de 8 millones de euros en el Consorcio para el Desarrollo Económico de Baleares (CDEIB). Durante su informe final, el fiscal Horrach decidió referirse a una circunstancia que hasta entonces había pasado inadvertida: no estaban sentadas en el banquillo tres esposas de acusados en la trama que ejercían de administradoras de distintas sociedades. Dos de ellas estuvieron imputadas y se las exoneró de toda responsabilidad; la tercera, la mujer del principal implicado, ni siquiera eso. «Reflexiono -dijo en tono irónico- porque quizá, y pensando en otros casos, sí debería haber sido imputada por el principio de igualdad».
Se refería el fiscal a la mujer de Kurt Viaene, en cuya cuenta corriente se ingresó dinero en efectivo procedente de las comisiones que percibía su marido, y que por tanto, al menos sobre el papel, tenía una participación mucho mayor en los hechos investigados que Doña Cristina en el caso Nóos , ya que simplemente es copropietaria, junto con Iñaki Urdangarín, de la sociedad Aizoon.
Pero no solo eso; en el caso Scala uno de los acusados, Carlos Guindos, tenía una sociedad de la que era administrador una persona que nunca fue imputada porque no participó en los hechos. «En cada caso de corrupción hay muchísimos ejemplos de estas cosas», sostienen las fuentes consultadas, que solo entienden que se califique de «caso insólito» el trato dado a Doña Cristina desde la mala fe o el desconocimiento: «Solo quien no sabe una palabra de esto puede mantener una afirmación como esa», añaden. «Si no se hiciera así habría que imputar a hijos, abuelos... No se debe hacerlo a quien no tiene el dominio del hecho», precisan las mismas fuentes.
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